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FECHA: 9 de diciembre de 1984.
LUGAR: Catedral Metropolitana ante el Altar del Perdón.
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Frente a un centenar de feligreses que acudieron ese domingo a la misa de ocho, el padre Rafael Velázquez, vestido de blanco y oro, dijo sobre Hernán Cortes lo siguiente:
"Como todo hombre tuvo defectos, pero también tenía un corazón grande y noble. Cierto también que se cometieron muchos delitos, muchas injusticias, pero, ¿qué hombre no los comete? A pesar de sus debilidades humanas, fue instrumento de la Providencia para arrancar de la idolatría y del error a los habitantes de estas tierras vírgenes del Anáhuac.
La justificación del sufragio que hoy ofrecemos por el alma de ese hombre excepcional, está en que no buscó solamente el saqueo y los intereses personales, sino también los intereses espirituales para todos aquellos que yacian en las tinieblas sojuzgados por un imperio sanguinario.
Quisiera nuestro Señor junto con su Madre Santísima, hacer desaparecer la parte negra, negativa que muchas veces se usa para denigrar la memoria de aquellos que tuvieron parte en la formación de nuestra nacionalidad.
Que nuestra gratitud haga justicia a este hombre exepcional y que Dios premie sus acciones".
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