-¡Hola Quetzalli!
-¡Qué tal Emilio!
-¡Supiste que robaron el Museo Nacional de Antropología!
-Sí, Emilio, estoy consternada, atónita e indignada. Es un desastre. Es un crimen contra la Humanidad. ¿Cómo es que no sonó una alarma? ¿Es que no hay ningún mecanismo de alerta, de aviso, que prevenga un robo en un museo que guarda tanta riqueza? ¡Es bochornoso! Lo único que puedo decir es que lo considero un verdadero desastre. No veo cómo es posible que tal cosa se produzca.
-Quetzalli, a mi me parece impresionante que el Presidente de la República no haya hecho alusión alguna al robo. No le ha dado importancia al despojo que sufrió México. La reacción gubernamental ha sido de una sangre fría, como lo fue con el temblor. Yo no sé si es por apatía, desinterés o ignorancia, pero el hecho es sumamente grave. No sólo desprestigia a nuestros gobernantes, sino por igual al país.
-Culturalmente hablando, el valor de lo robado no se puede calcular. Son piezas que no se pueden reproducir, por que las civilizaciones que las produjeron han desaparecido hace siglos. Es una pérdida sin posibilidad de recuperación. Naturalmente, gracias a publicaciones y fotografías, podemos volver a contemplar imágenes de esas joyas. Pero no es igual que la realidad. Es una pérdida para la Humanidad. A México llegan miles de personas para ver esas piezas. Los científicos y los amantes del arte mexicano antiguo podían venir a contemplarlas, a estudiarlas, y eso, ya no se podrá hacer. Por eso considero que es un verdadero desastre. Y no veo cómo es posible que eso pase.
-El robo al museo fue resultado más de nuestros vicios antiguos y omiprsentes, de la imprevisión, del culto a las apariencias, de una distorsionada jerarquización de prioridades, de la falta de respeto por el país, nada distinto de los demás problemas nacionales.
-Por otro lado Emilio, en general, cuando hay un robo, es que alguien quiere apoderarse de una suma de dinero o algo por el estilo. Pero ¿qué van a hacer los que han robado esas piezas? No se pueden exibir en ninguna parte. Tendrán que venderse a coleccionistas privados. Es un horror, es una falta de escrúpulos absolutamente fantástica. ¿No hay esperanza de descubrir a los culpables? Lo que me parece claro es que no se trata de un robo cualquiera. Es decir, los que lo han hecho tenían indicaciones precisas sobre las piezas más interesantes.
-Lo que más me frustra es pensar que en este robo hayan participado mexicanos, que se prestaron al saqueo patrimonial. El museo ha funcionado durante 21 años, y hasta ahora, es la primera vez que lo roban. La verdad es que se trata de un robo inexplicable.
-Sabe Emilio, tengo la esperanza que si los ladrones son mexicanos, los mueva el platriotismo y si son extranjeros, que los mueva la falta de un mercado. No hay mercado para esas piezas en el mundo...
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