-¿Cuánto tiempo se necesita para aprender un idioma?
-No es fácil responder a la pregunta. La contestación depende de las cualidades didácticas del profesor, del interés y capacidad del alumno y del método empleado.
-La lengua es algo tan flexible, tan variable, con tantas excepciones y expresiones no sujetas a ninguna regla, que una de las condiciones más fundamentales para su asimilación reside en la motivación y disposibilidad del estudiante.
-De nada sirve el aprendizaje forzado. De muy poco, inscribirse en un curso por obligación.
-Las aptitudes físicas del estudiante, juegan un papel decisivo.
-¿Qué cualidades se necesitan para aprender una lengua extranjera?
-Se trata de un conjunto de habilidades; capacidad de percepción visual, de comprensión verbal, memoria inmediata y retentiva, velocidad y sentido de la escritura y de lectura.
-Estas aptitudes no siempre se presentan juntas. La falta de éxito no guarda relación con reprobar o pasar. Más bien se refiere al escaso porcentaje de estudiantes que accede a un nivel medio en el domino de la lengua.
-¿Tienen la culpa el sistema de enseñanza, el profesorado, el desinterés de los alumnos?
-Colegios, universidades, academias, etcétera, imparten clases de idiomas con métodos diferentes algunos de ellos siguiendo las técnicas más avanzadas. Pero hasta ahora no se ha demostrado que ninguno de ellos sea la panacea.
-Los procedimientos que se utilizaban -y todavía se usan en algunos centros- eran obsoletos, lentos y poco prácticos: traducción dierecta de textos al español, repetición de las reglas gramaticales, aprendizaje memorístico del vocabulario.
-¿Cuál crees tú, Emilio, que sea la mejor manera de aprender un idioma extranjero?
-La mejor forma de aprender y prácticamente la única forma de llegar a dominar una lengua consiste en vivir una temporada en el país o en viajar periódicamente a él. Estar en la zona donde se habla el idioma no sólo implica la posibiidad de conversar con los nativos, sino estar inmerso en su mundo. Es decir, ir al cine, ver la televisión, leer la carta de un restaurante, desenvolverse en las situaciones cotidianas, oír las conversaciones en el autobus, observar los carteles y letreros que hay en la calle. Unos cuantos meses en el país de origen rinden mucho más que unos cursos en la mejor escuela.
-¿Qué piensas de la costumbre que tienen algunas personas de ir traduciendo las palabras al propio idioma para comprender cabalmente, lo que se les dice en inglés, por ejemplo?
-El estudiante tiene que acostumbrarse, poco a poco, a pensar en otro idioma. Esta es la única manera de que se empiece a desarrollar una intuición en el manejo de una nueva lengua. La fórmula, pasada de moda, de ir traduciendo simultáneamente retrasa la fluidez, la soltura y el dominio. Este sistema de enseñanza, posiblemente heredado de la experiencia en las lenguas clásicas, resulta ineficaz para aplicarlo a los idiomas vivos.
-¿Por qué crees que les da pena a algunas personas el tratar de hablar en un idioma extranjero, aunque si sean capaces de ello?
-El sentido del ridiculo limita muchísimo las posibilidades de soltarse en una lengua. No hay que tener miedo a pronunciar mal, a que la gente se ria, a que el nativo no entienda bien, a meter la pata. Todo el mundo comete faltas, que a veces cambian el sentido de una frase; pero de los errores se aprende.
-Muy pocas personas llegan a dominar realmente una lengua extranjera. Esto, en realidad, no debiera ni decirse, pues ni siquiera los que la tienen como lengua materna la dominan a la perfección. Los términos "soltura" o "fluidez" resultan más adecuados.
-¿Qué características importantes debe poseer un profesor de idiomas?
-Éste no sólo debe saber el idioma, sino despertar la inquietud de los estudiantes, animar a los grupos a que participen, hacer las clases, recurrir a los juegos didácticos, tener paciencia con los más retrasados, sin que se resienta el ritmo del conjunto, etcétera. Otro de los factores fundamentales consiste en la utilización desde el principio de la lengua extranjera. El profesor deberá entonces poner en práctica las técnicas pedagógicas necesarias para que el alumno pueda seguir las clases.
-Pero, no es recomendable que se prohiba tajantemente el uso de la lengua materna, porque en ocasiones priva al estudiante de la comprensión exacta de los términos o expresiones.
-¿No me podrías dar un ejemplo?
-Por ejemplo, las declinaciones en alemán son complicadas, si las explico en alemán, no me las va a entender el alumno, mejor se las explico en español.
-¿No me podrías dar otro ejemplo?
-Si tengo que explicar el modo subjuntivo, si lo hago en francés no me lo va a entender el alumno principiante, mejor se lo explico en español y ya luego le doy ejemplos en francés.
-Oye, Emilio, conozco personas muy inteligentes, pero que son incapaces de aprender un idioma extranjero. ¿A qué crees que se deba?
-Cualquier persona con un nivel de inteligencia medio puede llegar a adquirir cierta soltura coordinando correctamente las estructuras de un idioma. Pero, conozco a varias personas que han sido incapaces de aprender un idioma extranjero. Creo yo, que ello se debe a su filiación idiológica.
-¿No entiendo?
-Los canadienses de habla inglésa tienen resquemores contra los canadienses de habla francesa, y viceversa.
-Los daneses son renuentes a hablar alemán pues se acuerdan de las acciones horrendas durante la segunda guerra mundial en su país.
-Muchos mexicanos ven con desagrado a los gringos, los ven como la causa de todo lo malo que pasa en nuestro país.
-¿Qué papel juega la diferencia de los sonidos de la lengua materna y la lengua que se desea aprender?
-La diferenciación de los sonidos con respuesto a la lengua vernácula llegan a constituir un serio obstáculo en los comienzos. Las lenguas, como se desprende incluso del propio nombre, guardan más relación con el área oral que con la escrita.
-De este hecho se deriva el principal problema físico para acceder al idioma: la fonética, es decir el conjunto de sonidos que lo componen.
-En términos generales puede decirse que se refiere tanto a la producción como a la percepción de los sonidos.
-El aire expulsado por los pulmones sufre toda una serie de alteraciones a través de los órganos que forman parte de la boca.
-Puede ser modificado por la posición del ápice, el dorso de la lengua en relación con los dientes, la zona alveolar, el paladar y también por la posición de los labios y el grado de tensión de las cuerdas vocales. Existe una enorme gama de sonidos, de los que cada idioma sólo utiliza unos pocos. En la mayoría de los casos, la pronunciación correcta de un sonido extraño a nuestro oído suele requerir práctica. Pero, a pesar de las dificultades, todas las lenguas son susceptibles de ser dominadas.
-¿Qué papel juegan los dos hemisferios en el dominio de una lengua extranjera?
-Los dos hemisferios del cerebro, derecho e izquierdo, están unidos entre sí por un cuerpo compuesto de fibras nerviosas; a través de ellas, circula la información que es recibida con diferente intensidad por un hemisferio u otro.
-En los recién nacidos, sus funciones no alcanzan el pleno desarrollo y ambos hemisferios no están vinculados de forma tan estrecha.
-La base de nuestra memoria, la masa cerebral, se desarrolla en los tres primeros años de vida, pero las funciones de los hemisferios no se dividen hasta de los seis a los nueve años. Entonces es cuando la zona del habla se sitúa casi en su totalidad en el izquierdo, mientras que el derecho desempeña un papel secundario en este sentido.
-¿Por qué los niños tienen más facilidad que los adultos para aprender un idioma extranjero?
-La diferencia entre los niños y los adultos encierra un mundo de normas, leyes y excepciones.
-En la niñez los conceptos y los conocimientos son recibidos de forma automática e inconsciente.
-El aprendizaje de un idioma extranjero es inmediato, pero, en cambio, el adulto todo lo cuestiona, los conocimientos no se adquieren inconscientemente.
-Los conocimientos adquiridos en la infancia resultan muy sólidos.
-Existen casos curiosos de personas que emigraron a otro país de niños y que en cincuenta o sesenta años no habían hablado ni escuchado nada en su lengua natal. Aparentemente ya no lo recordaban, o sólo sabían alguna palabra suelta. Y sin embargo en la vejez o momentos antes de la muerte, empezaron a hablar exclusivamente en su lengua vernácula y parecían haber olvidado la que habían utiliado el resto de su vida.
-En publicaciones científica se ha señalado reiteradamente que la fatiga, el estado febril y la narcosis constribuyen a hacer olvidar temporalmente los idiomas asimilados.
-No obstante, a medida que mejora el estado de salud de la persona, se van reconstruyendo espontáneamente las estructuras, las palabras y los conocimientos adquiridos.
-¿Quienes son mejores para aprender idiomas, los hombres o las mujeres?
-Las mujeres tienen el hemisferio izquierdo más desarrollado que los varones, tienen más facilidad con el habla y con el oído. Por esa razón, las mujeres tienen más facilidad y están más capacitadas para el aprendizaje y el dominio de las lenguas extranjeras.
-¿Cómo es eso posible, entre los políglotas más conocidos de la Historia, no se encuentra, que yo sepa, ninguna mujer?
-Esto se debe, sin duda, a causas de índole culturales, más no genéticas. Pero, tienes razón, Marcela, por muy extraño que parezca, son varónes.
-El pedagogo checo Jan Amos Komensky (1592-1670), hablaba y escribía quince idiomas. El húngaro Korosi Csoma Sándor dominaba dieciocho.
-El poliglota más grande del mundo ha sido, hasta la fecha, el cardenal italiano Giuseppe Mezzofanti, que en 1839 escribía: "Domino 50 idiomas, además de boloñés". Siete años más tarde, sabía ya 78 y varios dialectos.
-Me acuerdo de un libro que decía "Aprenda Inglés en diez días".
-Los libros titulados "El Inglés en treinta días", "El alemán sin esfuerzo" o "Sepa francés en dos meses", no pasan de ser un engaño. En el mejor de los casos se limitan a recoger frases hechas de uso cotidiano y ayudan a utilizar ciertas expresiones para un momento determinado.
-¿Es cierto que al estudiar otro idioma se aprende mucho del propio?
-Efectivamente, al hacer comparaciones con el idioma propio, contribuye comprender nuestro propio idioma, y viceversa. Cuando se estudia un lenguaje extranjero, estamos a la vez aprendiendo y comprendiendo nuestra lengua materna.
-¿Y qué me dices de los métodos audiovisuales? ¿Con cuál de ellos se consiguen mejores resultados en menos tiempo y de forma más atractiva?
-Los procedimientos audiovisuales facilitan muchísimo la educación del oído; pero para soltarse se requiere mucho más: comentario y comprensión de libros y prensa, diálogos sobre temas variados, textos excritos que despierten la capacidad imaginativa y que exijan un amplio vocabulario, etcétera.
-¿Qué requisitos debe exigir el alumno a la hora de inscribirse en una escuela?
-En primer lugar, no conformarse con que el profesor sea nativo; en muchas escuelas sucede que eligen a un profesor extranjero, que habla la lengua que va a enseñar, pero que no está calificado; se trata simplemente de personas que vienen a pasar una temporada a México y que dan clases para ganar dinero.
-Es bueno que el maestro sea nativo, pero debe ser también maestro.
-Por cierto, es indispensable que éste domine algún otro idioma además del propio.
-Y qué me dices de esos grupos muy numerosos en las escuelas, ¿no crees que sea ello un problema para aprender un idioma?
-Ese es un punto muy importante cuando el número de alumnos que hay por aula es muy grande; si asisten muchas personas por clase, resulta imposible corregir los errores del estudiante, hacerle repetir, entablar conversaciones con ellos, darles oportunidad para que se expresen. En estos casos suele suceder que sólo hablan los más decididos y el resto de los compañeros están de oyentes.
-Finalmente, Emilio, ¿qué me puedes decir de las máquinas traductoras?
-En la actualidad son sólo útiles para situaciones muy concretas.
-Probablemente en el futuro serán perfeccionadas.
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