Fábulas de la Pendejez

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FÁBULAS DE LA PENDEJEZ

RIUS

            -Riiiinnngg,  riiinngg

            -Chin..¿y ora quién será?

            - Señor, señor... ¡Ahí lo buscan¡

            -¿Quién?

            -Pos parece una persona...

            -¿Estás segura, rufina?

            -Pos creo que sí: tiene dos patas y no tiene cola... ¿o será una gaviota o un gorrión? Pero me parece que no, porque yo nunca he visto un gorrión con pantalones..

            -Entonces es un señor. ¿y qué quiere?

            -Pos dice  que quiere quesque hablar con usted...

            -¿Segura que no vende nada, ni viene a cobrar nada...?

            -No señor. Y tampoco es de los Testiculos de Jonás...

            -De Jehová, Rufina, de Jehová...

            -De ésos, pues.. ¿le digo que pase o que regrese otro día..?

            -No, pos dile que pase...

            -¿Y si ya se jué que le digo?

            -Pues le dices que... ¡Déjalo, yo voy a ver quién es...!

            -¿Si?

            -¿El señor Monero? Mire, vengo del Ministerio de  Gobernación... del Subministerio Calificador de Libros y Revistas en concreto...

            -¿Y qué se le ofrece?

            -Pues si me ofreciera una silla y un vaso de agua, se lo agradecería...

            Bueno: el ése señor pasa, se sienta, se empieza a tomar el agua, se aclara la gargante, prende un cigarro, y se dirige al monero:

            -Sí, mire señor Monero, nuestros servicios de investigación se han enterado del, este, título de su historieta, ¿Sí?

            -Ah caray, no sabía  ¿...y...?

            -Bueno pues... como usted debe comprender, nos tiene un poco alarmados...

            -¿Por qué? "Fábulas de la Pendejez" no tiene nada de alarmante...

           

            -Aparentemente no pero... ¡Ya ve usted lo que está pasando en los últimos tres años del sexenio...!

            -¿Como qué?

            -Pues, las declaraciones, los discursos, las entrevistas... ¡Usted me entiende!

            -Pues no mucho...

            -¡Por favor! usted es una de las plumas más agudas en el país... ¿cómo no lo va a entender?

            -Pues no lo entiendo: en serio, No le entiendo...!

            -¡Si lo entiende! No me diga que no...

            -¡Pues sí le digo que no! y apúrese a explicarme, que el espacio viaja más rápido que´l tiempo...

            -¿Por qué me obliga a que le explique lo que entiende usted perfectamente?

            -¡Porque no le entiendo ni siquiera imperfectamente!

            -Bueno... ¿Cómo ve la economía del pais...?

            -Pues.. ¡la veo como está: de la fregada!

            -¡Ahi tiene..! pues Él dice que ya nos estamos recuperando y que no vamos a cambiar el modelo...

            -¿Quién es "Él"?

            -Espérese, por favor.. ¿cree usted  que ya se acabó la impunidad en este país...?

            -Claro que no: siguen libres los Hank, los Madrazo, los Bartlett, los banqueros, los asesinos de Aguas Blancas, del caso Polo Uscanga, de los perredistas de...

            -Sí, sí, no le siga, no le siga... ¿Y qué es lo que Él declara?

            -¡No sé! ¿cómo voy a saber si no sé quién es Él?

            -No importa... ¿usted cree que en este país hay democracia?

            -Pos no mientras haya PRI.

            -¿Verdad? ¡y Él se pone a decirle a media Europa que sí, que somos un país democrático a todas emes...!!

            -Pero yo...

            -Espérese, ya voy a acabar.. ¿Se respetan en este país los derechos humanos?

            -Hombre, por supuesto que no: ¡Ni la PGR, ni el ejército, ni los carceleros, ni nadie los respeta....!

¡Nomás vaya y pregúnteles en Chiapas o en Guerrero o en donde se le dé su gana!

            -Ya lo sé, pero Él declara todo lo contrario...! Que vivimos en un régimen de derecho, que nadie compra el voto, que se castigará a los culpables, que los huracanés nos la pelan... ¡Ya nos da miedo que abra la boca, señor! Hasta cuando habla de futbol nos entra el pánico...

            -Ah, ya empiezo a entender...

            -¿Verdad? ¡Yo sabía que usted era una persona muy inteligente!

            -Pero no por completo: Lo que no entiendo es a qué vino...

            -Señor: yo tengo familia, y seis hijos, mis superiores lo mismo... ¡No quiero perder mi trabajo! ¡Por favor hágame caso! ¡No comente lo que Él dice: ya es bastante penoso que diga esas Pendejadas...! ¡Usted me entiende¡

            -Bueno, yo en realidad no pen...

            -¡Gracias, mil gracias! Juro que viviré eternamente agradecido... ¡Adiós!

            -Ay Dios: con este gabinete de Pendejos... ¿a quién se habrá referido?

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