Carta a Emilio

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 CARTA A EMILIO

  

Hola Emilio querido:

Una vez más te agradezco muchísimo el envío constante de artículos.

Sigue impresionándome la variedad de intereses que ocupan tu mente y mucho más respeto y admiración por tu actitud al compartir ésto con tus afortunados cuates... :) esta vez quiero mandarte un dato importante que creo que servirá también para tus amigos.

Yo tengo una amiga en México (arquitecta también, Alma Rosa Ortega) cuya hija es zurda (Karina, quien es además una hermosa muchacha de 18 años ya), así que en cuanto recibí los artículos pensé inmediatamente en remitírselos a ella (ahora es la hija la que maneja el correo electrónico, la madre se ha quedado en el precámbrico de las comunicaciones... :) ella se lo pierde, por lo pronto le voy a enviar los Artículos y las direcciones.

Ayer estuvimos platicando mucho sobre una zurda muy querida para nosotros: mi mamá.

El motivo para hablar de mi amá siempre es cualquiera y a cualquier hora, pero ayer fue especial porque hubiera sido su cumpleaños número 73.

Ella fue una de las víctimas del concepto escandaloso ése de que los zurdos son un error corregible y recuerdo que nos platicaba de las torturas a la que la sometían sus maestros en complicidad con los padres, entre otras lindezas, amarrarle la mano izquierda a su silla para que "aprendiera a escribir correctamente", lo de hacerla sentir diferente por defectuosa era un añadido suave a los manazos A DIESTRA Y SINIESTRA, los regaños y humillaciones de toda una época. Aprendió a escribir con la derecha, pero FUE IZQUIERDISTA TODA SU VIDA.

Y dejó a varios de su familia con la convicción mortal de que izquierdista se nace y se muere así. Zurdo también, cómo no.

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