domingo, 22 de noviembre de 2015

Chiitas vs Sunitas


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CHIITAS VS SUNITAS


  Los pleitos entre Chiitas y Sunitas hoy son una realidad con múltiples facetas. Pero en sus orígenes tuvieron una expresión económica, étnica y lingüística muy concreta.

  Cuando se establece el Califato en Kufa, por Alí, se está reconociendo una diferencia fundamental entre ambos grupos:

  Kufa, la antigua Babilonia, se encuentra en el centro de una región agrícola (de hecho, ahí o muy cerca, se inventó por primera vez la agricultura). 

  El resto de las tierras árabes seguía siendo de pastores nómadas o seminómadas. Y esto lleva a múltiples diferencias.

  Para los pastores la libertad de tránsito es indispensable; cuantos más miembros tenga una familia, más manos tendrá para trabajar (niñas y niños de menos de 10 años ya pueden cuidar a las ovejas o cabras). Por eso Mahoma (El Profeta) estableció que sí era legítima la poligamia: cada esposa y sus hijos, son mano de obra barata. Y a nadie le interesa el título de propiedad de un pedazo de desierto.

  Para el agricultor la propiedad exclusiva de la tierra es asunto de vida o muerte: no es negociable. El agricultor sí genera excedentes para sostener a una clase de sacerdotes y de mercaderes: existe una aristocracia. 

  El agricultor depende de múltiples factores para la producción anual de grano, así que vive con un grado elevado de incertidumbre respeto a la cosecha de este año. Pero sólo tiene sus manos (ayudadas por algunos animales de trabajo) para producir: es un trabajo de gran intensidad física, en el que no pueden participar niños y mujeres –al menos no con la intensidad que si pueden ser pastores; por tanto, no necesita muchas esposas fabricando hijos. Porque además, los hijos varones adultos requerirá de tierras para trabajar. Así que: la familia pequeña vive mejor.

  Los dos modos de producción, la agricultura y el pastoreo, son mutuamente incompatibles. Y esto lo han demostrado: los tutsis y hutus de Ruanda y Burundi, los ibos y yorubas de Nigeria y Biafra, los indios y blancos de Estados Unidos, los cosacos y los rusos en Ucrania y muchos otros pueblos.

  Así que ya hay una primera diferencia entre los sunitas de la Península Árabe y los chiitas de Mesopotamia y Persia. Al menos en el pasado.

  Pero, ya que mencioné a Persia, es posible tratar la segunda diferencia entre ambos grupos: la etnología (por no decir: la raza).

  Los habitantes de Mesopotamia y la llanura Persa son de orígenes indo-arios, al igual que los afganos (recuerdas la fotografía de la niña afgana de ojos verdes, portada de National Geographic). Y como tales, hablan lenguajes de origen indoiranio, como el persa y el farsí, ambos hablados por la minoría chiita en Irak. 

  Los sunitas son de origen árabe, lo que significa que son de origen semítico. Y hablan árabe.

  Así se establece la tercera diferencia original: el idioma.

  A partir de estas diferencias llegamos al actual ministro del exterior iraquí declarando respecto a los chiitas: “…oj-Allah la sangre se congele en sus venas y sus hijas sean vendidas como esclavas…”.

  Esa es la expresión pública de un alto funcionario del actual gobierno y ya no es necesario añadir más con respecto al odio entre chiitas y sunitas.
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Alfonso Carrillo Molina
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