Anécdotas (Ángela Peralta)

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ANÉCDOTAS DE 

ÁNGELA PERALTA

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Henriette Sonntag

Henriette Sonntag, famosa coloratura alemana contratada por el Teatro Nacional de México para la temporada de ópera, estaba fatigada de los empalagosos homenajes que le rendía la sociedad capitalina de mediados del siglo antepasado.

Tenia además que soportar interminables demostraciones del talento musical de cuanta aristocrática señorita que estudiaba canto, y cuando el director de ópera Agustín Balderas le pidió que escuchara a su discípula de 9 años de edad, la prima donna exhaló un suspiro de desaliento antes de aceptar.

Cuando vio aparecer a la chiquilla en la sala de su residencia, quedó aturdida por la sorpresa.

Pobremente vestida, chaparrita y regordeta, de piernas flacas, nariz chata, una boca enorme y ojos saltones.

La niña saludó con grotesca falta de gracia y sin más preámbulos se puso a cantar la cavatina de la ópera

Belisario.

La diva cambió de expresión al percibir el timbre de increíble dulzura y la voz potente que la garganta modulaba con asombrosa flexibilidad.

Desbordante de entusiasmo, en cuanto la niña hubo terminado, quiso probar las posibilidades de una voz que alcanzaba sin esfuezos el re

natural y que, en cuanto apuntos superiores flauteados, parecía no tener fin: trazó un pentagrama, inscribió en él algunos ejercicios con saltos que sólo ella dominaba y los puso en manos de su visitante.

Ésta los estudió un momento y en seguida atacó y sorteó fácilmente todas las dificultades.

-¿Cómo te llamas, maravilla?     -preguntó Henriette Sonntag.

-Angela Peralta...

-Si te llevaran a Italia, llegarías a ser una de las cantantes más grandes de Europa.

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Lucía de Lammermoor

Ángela Peralta estudió en Milán, donde su maestro exclamaba entusiasmado:

-¡Angelical de voz y de nombre!

-Debutó en el teatro de la

Scala de esa ciudad a los 18 años, el 13 de mayo de 1862, con Lucía de Lammermoor de Donizetti.

En su siguiente actuación en Turín, en que sería su gran creación, Sonámbula de Bellini, deslumbró materialmente al público.

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Soprano ligera

Lo cierto es que llegó a ser una excelente soprano ligera.

Los contratos menudearon y Ángela Peralta emprendió una gira por Piacenza, Alejandría, Reggio, Pisa, Turín, Piamonte, Bérgamo, Cremona, Bolonia, Lisboa.

Muy pronto pudo jactarse de haber cantado en todas las grandes salas europeas y con los mejores tenores de su tiempo.

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Adelina Patti

Las noticias de sus triunfos conmovían a la patria.

Una de las anécdotas que corrían sobre Ángelaa Peralta se refiere a la gran soprano Adelina Patti, mujer hermosísima, quien se mostraba indiferente y altiva frente a la mexicana.

Invitada a cantar, la Patti quiso demostrar su superioridad e hizo prodigios.

Al terminar su aria, dijo en voz baja a Ángela Peralta:

-Así cantamos en Italia.

Ángela logró que también la invitaran al estrado.

Cantó entonces la aria de Sonámbula, hechizando a todos los asistentes, que acudieron en masa a felicitarla.

La oyeron susurrar a su competidora:

-Así cantamos en México.

Uno de los violinistas gritó:

-¡Así se canta en la gloria!

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