domingo, 10 de diciembre de 2017

¡Maldito Vicio!


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!MALDITO VICIO!  


  Fausto Contreras, instructor de una compañía dedicada a la fabricación y venta de máquinas troqueladoras, acababa de llegar a la Ciudad de Quito, Ecuadar, para impartir un curso.

  Mientras esperaba un libre en el aereopuerto "El Dorado", sufrió un acceso de tos, cayendo de bruces al suelo.

  Al llegar al hospital, Contreras ya había fallecido.

  Este ingeniero, de 29 años y con un futuro prometedor, se había convertido en el espacio de una hora en fiambre listo para la sala de autopsias con una etiqueta amarrada al dedo gordo del pie, mientras a 5,000 kilómetros de distancia sonaba un teléfono para dar la trágica noticia a su bella esposa y a sus dos hijitos, ambos de corta edad.

  Contreras había sido un fumador incorregible desde el momento que su padre le dijo "Cuando ganes tu dinerito podrás fumar lo que quieras".

  Pues bien, apenas empezó a trabajar le entró con más fe al vicio del tabaco.
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  -¿Pudo el cigarrillo causar la muerte a este hombre? -pregunta Marcela al doctor Ospina.

  -Probablemente -responde el doctor Ospina-. El cigarrillo puede causar directamente la muerte repentina de tres maneras. Antes de que le explique debemos recordar que la nicotina es una droga muy activa que provoca una brusca liberación de la hormona conocida con el nombre de adrenalina y que normalmente se tiene por la excitación o el miedo súbitos.    

  -Pues bien, la nicotina del humo del cigarrillo provoca descargas de adrenalina que aumenta la adhesividad de las plaquetas sanguíneas acelerando la formación de coágulos.

  El doctor Ospina pone el cerebro de Contreras sobre un escurridor para que se le escurra el formol y continua.

  -El corazón de este hombre revela algunas lesiones anteriores. Hay una cicatriz y un coágulo, señal de que había sufrido antes un ligerísimo ataque cardiaco sin consecuencias mortales. Probablemente se había debilitado. Debemos considerar la posibilidad de una parálisis cardiaca repentina debida a un corazón fatigado que se detiene o un órgano cardiaco débil que entró en una arritmia convulsiva de consecuencias mortales.

  -La segunda manera en que el fumar puede causar una muerte súbita es su acción sobre los vasos sanguineos, especialmente las arterias del corazón y las que van al cerebro.

  El doctor Ospina abre una sección de una coronaria y, con la punta del bisturí, raspa y extrae depósitos viscosos de sus paredes.

  -Aquí encontramos indicios evidentes de aterosclerosis. En este caso se deposita materia lipoide en las paredes de las arterias ocasionando una reducción del flujo sanguíneo y la merma consiguiente de oxígeno que llega a los tejidos. Si una arteria principal se obstruye totalmente, la muerte suele ser fulminante. Esta obstrución puede ser causada por un coágulo. Si un coágulo llega a una de las principales arterias que van al cerebro, el resultado es un ataque de apoplejía. El continuo ataque de la nicotina hace que el corazón dé 20 latidos más por minuto en la persona que fuma, forzando el corazón y ejerciendo mayor presión sobre los vasos sanguíneos obstruidos, lo que puede sumar 10 millones más de latidos por año, consumiendo tres y medio años de vida en uno. El peligro de muerte repentina por embolia del corazón o del cerebro va siendo cada vez mayor.

  -Oiga doctor Ospina, ¿y cuál es el tercer modo en que el tabaco puede ser factor de muerte repentina?

  -La tercera causa está relacionada con una condición vascular llamada aneurisma que consiste en el adelgazamiento, la dilatación y el abultamiento de una sección débil de las paredes arteriales, que por una tensión puede reventar como si fuera la cámara de un neumático. Hay dos lugares principales donde la hemorragia producida por una aneurisma puede ser fatal. Uno es la aorta que es la arteria principal que sale del corazón y el otro es el círculo de Willis que es la región cerebral formada por una unión circular de arterias en la base del cerebro.

  El doctor Ospina levanta el corazón de Contreras y señala con su bisturí:

  -Este círculo de 5 centímetros es el círculo de Willis, es una especie de estación central receptora de la sangre que va al cerebro. Una hemorragia significa la muerte. El peligro más serio es la hipertensión arterial. Cualquier esfuerzo cardiaco, y hasta una tos violenta, puede causar una ruptura mortal.

  -Entonces doctor Ospina, ¿se podría afirmar que este hombre ha muerto por fumar demasiado?

  -Como en toda muerte ocasionada por factores complejos, la certificación de la causa del fallecimiento tiene que ser discrecional, basada en la valoración de las pruebas. Pero en este caso, este señor murió por un ataque fulminante. Se interrumpió completamente el riego sanguíneo del cerebro. Este coágulo, que puede ver usted aquí, obstruye la arteria, tiene las características distintivas de ser muy reciente: duro, granular y no adherido a las paredes arteriales. Quizá se desprendió del que vimos antes en el corazón. Se puede certificar como factor importante del desceso el abuso del cigarrillo. Este joven murió por arteriosclerosis generalizada, alvéolos rotos y capilares destruidos en el pulmón, combinados con el conocido efecto de la nicotina en el corazón, las arterias y la coagulación sanguínea, constituyen una evidencia convincente...
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  Debido a este triste acontecimiento, la compañía de máquinas troqueladoras tuvo que enviar a otro instructor para que impartiera el curso, al ingeniero Vitalio Gómez, que afortunadamente no fuma.
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