miércoles, 10 de enero de 2018

El Placer de Fumar


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EL PLACER DE FUMAR


Gustavo Sainz y Alessandra Luiselli

-Fijate Sandra, que en mi oficina había un letrero de "Prohibido Fumar", y nadie le hacia caso. A uno de los muchachos se le ocurrió cambiarlo por "Sí, nos molesta que usted fume", y como los visitants reían pero respetaban la sugerencia, pronto pusieron otro que dice con enormes letras rojas: "Su derecho a fumar termina donde comienzan nuestras narices". Sin embargo, la resistencia de los fumadores es infinita, y no falta visitante que viendo los letreros y a pesar de ellos, desenvaina un cigarro al mismo tiempo que dice: ¿puedo?

-Desde tiempos inmemoriales está prohibido fumar y la gente fuma…

-Yo creía que el tabaco lo habían descubierto los aztecas y que lo propagaron los españoles.

-Acabo de leer que en 1604, el Rey Jaime I, monarca de Gran Bretaña e Irlanda, e hijo único de Mary of Scotland, emitió un curioso decreto en contra de la costumbre de fumar que a la letra decía: "Un hábito repugnante para los ojos, detestable para la nariz, perjudicial para el cerebro, peligroso para los pulmones, y el negro y fétido humo que provoca es casi parecido al horrible estigio que hay en lo más profundo del infierno".

-Yo recuerdo un movimiento en algún condado inglés donde a principios de siglo pasado un grupo de damas pidio su eliminara de un libro de poemas para niños, un verso donde el anciano rey pedía su pipa, con objeto de educarlos en la aversión hacia el tabaco.


-Los intentos para acabar con los fumadores han sido muchos y feroces, pero todos inútiles. Para seguir con los decretos de Jaime I, te diré que éste elevó los impuestos para la importación del tabaco hasta en un 4,000%, pero el hábito de fumar continuó extendiéndose a lo largo de toda Inglaterra.

-Y de todo el mundo. Aunque el problema, quizás, es que en ninguna parte se ha hecho algo verdaderamente radical.

-¿No? Se sabe, por ejemplo, que en Turquía, el sultan Murad IV llegó a ejecutar hasta a 18 fumadores, y ni así pudieron lograr que los ciudadanos abandonaran el hábito.

-En Estados Unidos me gustan mucho las campañas de las ligas antifumadores. Fueron los primeros en conseguir un área específica para no fumar en los aviones, lograron que se prohibiera el cigarro en lugares públicos tales como teatros, cines, salas de exposiciones, autobuses y elevadores. Y, sin embargo, creo que están perdiendo la batalla pues en vuelos dentro de la Unión Americana, por lo menos en Continental, cada vez son menos las filas para no fumadores, y están situadoas al centro del avión, donde no es posible evitar la inhalación de humo.

-Bueno, pues en México ni siquiera se ha presentado batalla. Si las cajetillas incluyen el letrerito donde ls Secretaría de Salubridad y Asistencia advierte que tal producto puede ser nocivo para la salud, la publicidad se encarga de anular ese mensaje, por lo demás, casi ilegible.

-A mi me gustaría ver con frecuencia en la televisión letreros como los que se transmiten en los Open Channels estadounidenses por ejemplo: "Besar a un fumador es como lamer un cenicero sucio", o "Los fumadores apestan"…

-El problema es que esa guerra está pérdida de antemano.

-¿Por qué va a estar pérdida?

-Mira, piensa nada más en el porcentaje de gente que fuma. La Asociación Mexicana de Estudios para la Defensa del Consumidor afirma que 40% de los adultos lo hacen. En Estados Unidos los fumadores pagan 138 mil millones de pesos más de impuestos federales, estatales y locales que los no fumadores. En México, los medios audiovisuales, ganan con anuncios de diferentes marcas de cigarros, y finalmente nuestro país también adquiere buenos ingresos por la exportación de tabaco.

-Pero se Libran todos los días pequeñas escaramuzas. Sandra, y hay algunas muy buenas. En un restorán, digamos, un comensal enciende un cigarro después de comer y su compañero de mesa mete los dedos en el café del fumador. "¿Qué te pasa?, dice éste. "Si no te gusta que contamine tu café, no contamines mi aire", replica su compañero.

-La verdad es que siempre te hacen fumar de segunda mano, y el olor de su humo se impregna en los cabellos. Además presionan fuertesimo: sacan su cajetilla, reparten y si tú dices no, se te quedan viendo como a animal raro.

-También los hostigamos mucho. Hay un rumor constante acerca de que los cigarros producen cáncer. Cuando pasa un entierro es común que el no fumador lo señale y diga; "Mira, allí va otro fumador". Y por último las advertencies en las cajetillas que ahora son leídas como un desafío. Imaginate, aunque en Estados Unidos se consideró que el licor era bastante peligroso como para prohibirlo durante 15 años, todavía no ha aparecido ni una advertencia relativa a esto en una botella de whisky. Y en nuestro país menos. Y eso que aquí, el alcohol causa la muerte de un número abrumador de personas diariamente.

-Pero Gus, la prohibición de whisky no provocó más que el incremento del contrabando de alcohol y las destilerías clandestinas. Sucedería igual con los cigarros.

-Yo no habló de prohibir los cigarros, sino simplemente de educar al público. Lugares para fumardores y para no fumadores. Impedir que el no fumador se sienta como un individuo detestable en las reuniones. Impedir también la circulación de ideas que asocien el habíto de fumar con la sofisticación femenina, la masculindad o un equilibrador nervioso.

-Y también impedir la exageración en la lucha contra el cigarro, impedir la formación de sociedades delirantes como es que se autonombra Sociedad para Humillar, Irritar, Mortificar y Desconcertar a los Fumadores.

-Entonces, ¿estamos por la coexistencia pacífica?
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