martes, 18 de diciembre de 2018

Aforismos (Oscar Wilde)


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                      AFORISMOS DE OSCAR WILDE


         -Emilio, ¿qué opinas de OSCAR WILDE?

        -Gran parte de los humoristas contemporáneos apoyan su arte en la respuesta rápida e ingeniosa y en el comentario corrosivo y demoledor a los que tan dado era OSCAR WILDE. Él fue un producto de su tiempo. La sociedad en que vivió, en época del gran imperio, cuando Inglaterra era la dueña de medio mundo, hizo que su sociedad viviera con patrones enfermizos. 

       -El humor de OSCAR WILDE es el del hombre inteligente ofendido por la mezquinidad y ridiculez de una sociedad pedante como pocas. Sin embargo, no toda la gente inteligente respondía con burla e ironía ante esta situación. Muchos reaccionaron con ira o con pesimismo filosófico. OSCAR WILDE pudo mantener un sentimiento cómico aún en las más apabullantes circunstancias, hasta en los momentos más amargos. También por ser parte de esa sociedad y por haberse comportado como se comportó sufrió las consecuencias. La sociedad le hizo pagar caro a OSCAR WILDE sus osadías. De todos sus actos, su ingenio y mordacidad eran lo único en verdad imperdonable. OSCAR WILDE fue destruido física y moralmente.

        -A continuación te doy algunas afirmaciones que para mi son aforismos.

       -Esperame un momento, ¿qué es un aforismo?

        -Aforismo en una verdad dudosa, que casi siempre beneficia al que la dice.

  -Y, ¿a qué o quién le tiraba OSCAR WILDE?

        -OSCAR WILDE era especialmente experto en lanzar sus dardos contra individuos concretos.

        -¡Dame ejemplos! 

   Frank Harris ha sido invitado a todas las grandes casas de Inglaterra... sólo una vez.
   Estando a punto de estrenar una de sus obras teatrales, Bernard Shaw -colega dramaturgo de OSCAR WILDE, y solamente 2 años menor que él- le envió dos boletos a OSCAR WILDE, con el siguiente recado: "Te ruego asistas al estreno de mi obra. Te incluyo 2 boletos para que vayas con un amigo... ¡Si es que lo tienes!”

        -OSCAR WILDE contestó de inmediato:

  "Te agradezco la invitación, pero no puedo asistir el día del estreno. No obstante iré con gusto al día siguiente... si es que la obra sigue en cartelera”.

        -Seguramente algún desagradable moralista fue blanco de la siguiente afirmación:

   No tiene un solo vicio que lo redima.

        -W. C. Fields compartía esta idea al recomendar: 

 "Nunca hagas negocios con abstemios, no conozco uno que sea confiable”.

 -¿Cómo veía OSCAR WILDE al mundo?

        -Algunas frases humorísticas dan idea ligera de cómo veía el mundo OSCAR WILDE:

    La experiencia es el nombre que todo el mundo les da a sus errores.
    Las discusiones deben evitarse: son vulgares y muchas veces convincentes.
    Si poseemos una idea o concepción que sea especialmente de nuestro agrado, ¿por qué arriesgar que nos la echen a perder?
   ¿Qué es un cínico? Un hombre que conoce el precio de todo y el valor de nada.
   Cínico es la persona que espera lo peor de todos y toma las cosas como vienen, o cínico es aquel que pregona y hasta presume de sus maldades.

        -A propósito de la palabra "cínico", tiene una connotación diferente entre los países anglohablantes y los países hispanohablantes. En los países anglohablantes el cínico se refiere a la persona encallecida que espera lo peor de todos y toma las cosas como vienen y en los países hispanohablantes el cínico es aquél que pregona y hasta presume de sus maldades, pero, disculpame mi interrupción, continúa por favor.

   La única forma de deshacerse de la tentación es ceder a ella.
   La naturalidad no es más que una pose más.
   El deber es lo que uno espera de los demás.
   La clave de todos los problemas sentimentales es la historia.

        -OSCAR WILDE era muy aficionado a las dualidades. Por ejemplo, no es muy alentadora para todos los prospectos de escritores la dicotomía wildeana de qué:

   La diferencia entre el periodismo y la literatura consiste en que el periodismo no se puede leer mientras que la literatura no es leída.
   Los hombres siempre desean ser el primer amor de las mujeres; las mujeres quieren ser el último romance de los hombres.

        -Otra dualidad wildeana:

   En este mundo sólo hay dos tragedias: Una es no obtener lo que uno desea y la otra es... obtenerlo.

        -Esta última sentencia nos lleva a otra obsesión de OSCAR WILDE: el problema de que nadie sabe lo que le conviene, por eso nos dice:  

   Cuando los dioses desean castigarnos, responden a nuestras plegarias.
   En este mundo solo hay 2 tragedias: Una es no obtener lo que uno desea y la otra es... obtenerlo.

        -Una obsesión de OSCAR WILDE era el problema de que nadie sabe lo que le conviene:

   Cuando los dioses desean castigarnos, responden a nuestras plegarias.
   La finalidad del embustero consiste simplemente en agradar, deleitar, proporcionarnos un placer; es la base misma de la sociedad civilizada.
   No hacer absolutamente nada es la cosa más difícil del mundo, la más difícil y la más intelectual.
   La risa no es un mal comienzo para una amistad y es la mejor manera de terminarla.
   El llanto es el refugio de las mujeres feas, pero la ruina de las bonitas.
   El placer es la única cosa por la que se debe vivir. Nada envejece como la felicidad.
   El hombre es un animal racional que le saca de quicio que se le invite a obrar de acuerdo con los dictados de la razón.
   Los hombres llegan a ser viejos, pero nunca llegan a ser buenos.
   Las mujeres son un sexo decorativo. Nunca tienen nada que decir, pero lo dicen de manera encantadora.
   El encanto del pasado consiste en que ha pasado; pero las mujeres nunca saben cuando ha caído el telón, siempre quieren un sexto acto.
   Las mujeres son cuadros; los hombres, problemas. Si queréis saber lo que significa realmente una mujer, contempladla: no la escuchéis.
   Las mujeres han sido siempre protestas pintorescas contra la simple existencia del sentido común.
   La manera de conducirse con una mujer consiste en hacerle el amor si es bonita, y en hacérselo a otra si no lo es.
   Las mujeres aman a los hombres por sus defectos; si tienen bastantes, les perdonan cualquier cosa, hasta una inteligencia gigantesca.
   Cuando un hombre ha amado una vez a una mujer, hará por ella cualquier cosa, excepto seguir amándola.
   Todo hombre mata aquello que ama. Unos lo hacen con una mirada cruel; otros con una palabra halagadora. El cobarde lo hace con un beso; el valiente, con un cuchillo.
   La única diferencia entre un capricho y una pasión inextinguible consiste en que el capricho dura un poco más.
   Los que son fieles conocen solamente el aspecto trivial del amor; son los infieles los que conocen sus tragedias.
   El mundo mira con desconfianza todo cuanto tiene la apariencia de una vida conyugal feliz.
   20 años de aventuras dan a una mujer el aspecto de una ruina; pero 20 años de matrimonio hacen que parezca algo así como un edificio público.
   La felicidad de un hombre casado depende de las personas con quienes se ha casado.
   Las mujeres se han vuelto tan instruidas que nada las sorprende, excepto los matrimonios felices.
   Los hombres se casan porque están cansados, las mujeres por curiosidad; ambos sufren una decepción.
   Un marido es una especie de pagaré: La mujer se cansa de atenderlo.
   Hoy día es sumamente peligroso para un marido tener atenciones para su esposa en público: esto hace siempre pensar a la gente que le pega cuando están solos.
   Se puede reconocer siempre a las mujeres que tienen confianza en sus maridos; ¡parecen tan profundamente desdichadas!
   No hay nada en el mundo como la devoción de una mujer casada. Es algo acerca de lo que nada sabe un hombre casado.
   Los hombres jóvenes quieren ser fieles y no lo son; los viejos quieren ser infieles y no pueden.
   Los padres no deben ser vistos ni oídos: esta es la única base acertada para la familia.
   Los hijos empiezan por amar a sus padres; pasado algún tiempo, los juzgan; rara vez los perdonan.
   Nunca se debe confiar en una mujer que dice a uno su verdadera edad. La mujer que dice eso sería capaz de decir cualquier cosa.
   Yo he descubierto que tan pronto como las personas, son lo bastante viejas para estar mejor enteradas, no se interesan absolutamente de nada.
   La tragedia de la vejez estriba, no en que uno sea viejo, sino en que uno no es joven.
   Amarse así mismo es el comienzo de una aventura que dura toda la vida.
   La ambición es el último refugio del fracaso.
   Espero que no habrás llevado una vida doble, aparentando ser malo y siendo en realidad bueno: eso sería hipocresía.
   ¿En que consiste una hermosa mentira? Simplemente en que aquélla se sostiene por sí sola. Si un hombre carece de imaginación hasta el extremo de tener que presentar pruebas en apoyo de una mentira, más vale que diga la verdad sin tardanza.
   La ambición es el último refugio del fracaso.
   Algo había muerto en cada uno de nosotros, y lo que había muerto era la esperanza.
   Para la mayoría de nosotros, la vida verdadera es la vida que no llevamos.
   La vida imita al arte mucho más que el arte imita a la vida
   La vida es terriblemente deficiente en cuanto a la forma.
   Sus catástrofes acontecen de manera equivocada y a las personas a quienes no corresponden. En sus comedias hay un horror grotesco, y sus tragedias parecen culminar en farsa.
   Se debe absorber el color de la vida, pero no se deben recordar nunca sus detalles.
   La vida es una cosa demasiada importante para hablar de ella seriamente.
   La vida es simplemente un mal cuarto de hora formado con momentos exquisitos.
   Cuando un hombre dice que ha agotado la vida, se sobreentiende siempre que es la vida la que le ha agotado a él.
   Los hombres conocen la vida demasiado pronto; las mujeres, demasiado tarde.
   La muerte y la vulgaridad son los únicos dos hechos que en el siglo XIX no han podido ser explicados satisfactoriamente.
   Aquel que vive más de una vida tiene que sufrir más de una muerte.
   El alma nace vieja, pero se vuelve joven: ésta es la comedia de la vida. El cuerpo nace joven y se vuelve viejo: esa es la tragedia de la vida.
   Los que no ven ninguna diferencia entre alma y cuerpo, no tienen ninguna de las dos cosas.
   La conciencia y la cobardía son en realidad la misma cosa. La conciencia es la marca de fábrica de la firma.
   La conciencia nos hace egoístas a todos.
   Hay tres clases de déspotas. Hay el déspota que ejerce su tiranía sobre el cuerpo. Hay el déspota que ejerce su tiranía sobre el alma. Hay el déspota que ejerce su tiranía sobre el cuerpo y el alma por igual. El primero se llama el príncipe; el segundo, el Papa; el tercero, el pueblo.
   La historia de la mujer es la historia de la peor forma de tiranía que el mundo ha conocido: la tiranía de los débiles sobre los fuertes. Es la única tiranía que dura.
   Mientras la guerra sea considerada como una cosa mala, ejercer su fascinación. Cuando se la considere como algo vulgar, dejar de ser popular.
   En cuestión de religión, la verdad es simplemente la opinión que ha sobrevivido.
   Las religiones mueren cuando se demuestra que son verdaderas.
   La ciencia es el archivo de las religiones muertas.
   Yo puedo creer cualquier cosa, con tal que sea increíble.
   El hombre puede creer lo imposible, pero jamás creer lo improbable.
   En la Iglesia anglicana el hombre triunfa, no por su capacidad para creer, sino por su capacidad para dudar. Nuestra Iglesia es la única donde el escéptico tiene un altar y donde Santo Tomás es considerado como el apóstol ideal.
   Una cosa no es necesariamente cierta porque un hombre muera por ella.
   La literatura se anticipa siempre a la vida. No la copia, sino que la modela con arreglo a sus fines.
   El público es maravillosamente tolerante. Todo lo perdona menos el genio.
   No hay poemas morales o inmorales. Los poemas están bien escritos o están mal escritos: eso es todo. 
   El poeta es el espectador de todos los tiempos y de toda la existencia. Para él no hay formas anticuadas ni temas pasados de moda.
   Todo el mundo puede hacer Historia. Sólo un gran hombre puede escribirla.
   El periodismo moderno justifica sus propia existencia por el gran principio darwiniano de la supervivencia de lo más vulgar.
   Los periódicos han degenerado: ahora se puede tener absoluta confianza en ellos.
   El primer deber de un critico de arte es sujetar su lengua en todo momento y sobre todos los temas.
   Si no podéis disfrutar leyendo un libro repetidas veces, de nada sirve leerlo ni una sola vez.
   El público tiene una curiosidad insaciable por saberlo todo, excepto lo que es digno de saberse.
   Discrepar con las tres cuartas partes del público inglés sobre todos los puntos es uno de los primeros elementos de la cordura, uno de los consuelos más profundos en todos los momentos de duda espiritual.
   El arte nunca se perjudica por permanecer por encima de los problemas sociales del día. Antes al contrario, procediendo así, realiza de manera más completa para nosotros lo que esperamos de ella.
   El que no ama el arte en todas las cosas no lo ama en ninguna, y el que no la necesita en todas las cosas no la necesita en ninguna.
   Cuando se ama el arte, es menester amarlo más que a ninguna otra cosa, y contra semejante amor, la razón protestaría si se la escuchara.
   Mentir, decir cosas inciertas maravillosamente, es la finalidad adecuada del arte.
   Todo arte es completamente inútil.
   Revelar el arte y ocultar al artista es el objeto del arte.
   Los buenos artistas lo entregan todo a su arte, y, por consiguiente, no tienen ellos mismos nada de interesante.
   Ningún artista desea probar nada.
   El verdadero artista no repara para nada en el público. Para él, el público no existe.
   Ningún gran artista ve las cosas como son en realidad. Si lo hiciera, dejaría de ser artista.
   La música es el arte en el que la forma y la materia son siempre una, el arte cuyo tema no puede separarse del método de expresión, el arte que realiza de manera más completa el ideal artístico.
   Cuando se oye mala música, el deber de uno es ahogarla con su conversación.
   Cuando se toca buena música la gente no escucha, y cuando se toca mala música, la gente no habla.
   Los músicos son absurdamente irrazonables. Siempre quieren que uno sea perfectamente mudo en el preciso momento en que uno desea ser completamente sordo.
   La filosofía puede enseñarnos a sobrellevar con ecuanimidad los infortunios del prójimo. 
   Yo puedo soportar la fuerza bruta, pero la razón bruta es completamente intolerable.
   Pensar es la cosa menos saludable del mundo, y la gente muere de ella como de cualquier otra enfermedad. Por fortuna, en Inglaterra al menos, esta enfermedad no prende.
   Todo pensamiento es inmoral, su misma esencia significa destrucción. Cuando uno piensa en algo, lo mata. Nada sobrevive al hecho de que se piense en ello.
   La memoria en una mujer es el comienzo del desaliño.
   La memoria es el diario en el que se consignan cosas que nunca han ocurrido ni hubieran podido ocurrir.
   La razón de que a todos nos guste pensar bien de los demás se debe a que todos estamos asustados de nosotros mismos. La base del optimismo es el puro terror.
   Sólo hay una clase de la sociedad que piensa más en el dinero que los ricos, y son los pobres. Los pobres no pueden pensar en otra cosa. En ese consiste la desgracia de ser pobre.
   Una comunidad es embrutecida muchísimo más por el empleo habitual del castigo que por los delitos que puedan cometerse de vez en cuando.
   En Inglaterra basta que un hombre trate de producir cualquier obra de belleza importante para que pierda todos sus derechos de ciudadanía.
   La belleza es la única cosa que el tiempo no puede dañar.
   Los filosofías se dispararán como arena, las creencias se sucederán unas a otras como las hojas marchitas del otoño; pero lo que es bello representa un goce para todas las estaciones y una posesión para toda la eternidad.
   No hay objeto tan feo que, en determinadas condiciones de luz y sombra o de proximidad con otras cosas, no parezca bello. No hay objeto tan bello que en determinadas condiciones no parezca feo.
   La moda es aquello merced a lo cual lo fantástico se convierte por un momento en universal.
   Lo elegante es lo que uno lleva. Lo que no es elegante es lo que llevan los demás.
   El primer deber de una mujer en esta vida es atender a su modista. En cuanto al segundo, nadie lo ha descubierto todavía.
   La conversación debe tocar todas las cosas, pero no debe concentrarse en ninguna.

         -¿Qué opinas de OSCAR WILDE, Marcela?

        -Era un cerdo misógino, ¡en suma! un mazacote.
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