viernes, 1 de marzo de 2019

Biografía (Yehuda Ibn Tibón)

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 BIOGRAFÍA DE YEHUDÁ IBN TIBÓN 


Gutierre Tibón

-¿Quién fue YEHUDÁ IBN TIBÓN?

-Yehudá ben Saúl ibn Tibón fue judío, granadino, médico, filosofo, poeta y patrón de los traductores al ser el fundador de la dinastía de los Tibónidas.

-¿Cuándo y dónde nació YEHUDÁ IBN TIBÓN?

-Nació en 1120 en Granada, España. Su padre fue Saúl ibn Tibón, uno de los hombes más ilustres de España en la Edad Media.

-La lengua vernácula de España bajo los moros era el árabe; en ella estaban escritas las obras más importantes, incluso de autores judíos, como Yehudá ha Leví y Maimónides. 

-El árabe no era comprendido en Francia ni en el resto de Europa; gracias a las traducciones de los Tibónidas del árabe al hebreo "hicieron accesible a la Europa medieval la ciencia arábiga, y a tra­vés de ella, la ciencia griega." 

-Esta fue la labor que se propuso llevar a cabo YEHUDÁ IBN TIBÓN, seguido luego por sus descendientes. 

-De aquí el título de "Padre de los traductores" que se le ha aplicado. 

-En esta función de traducir del árabe al hebreo, YEHUDÁ IBN TIBÓN realizó una labor muy meritoria.  

-La filosofía mereció particular atención por parte de YEHUDÁ IBN TIBÓN, quien hubo de crear la filosofía moral o de caracterología, Tiqqun middot ha néjes, "Corrección de las cualidades del alma".­

-YEHUDÁ IBN TIBÓN tradujo al hebreo la obra ética escrita en árabe: Kitab al-hidayya ila jaraid alqulub, "Libro de la guía sobre los deberes de los corazones"; el título hebraico quedó algo reducido: Hobot ha lebabot, "Deberes de los corazones".
Del célebre Saadia ha-Gaón tradujo al hebreo su obra filosófica, también escrita en árabe. 

-He aquí su título en hebreo: Séjer ha-emunot we-ha-deot, "Libro de las creencias y de las opiniones". Del eminente gramático hispanohebraico Yoná ibn Yanah, tradujo diferentes obras gramaticales, pues sabido es que también en árabe se escribía sobre gramática, filosofía y lexicografía hebraica. Así se tituló en hebreo Séjer ha-Riqmá la obra gramatical "Libro de los arriates floridos" en la que Ibn Yanah estudiaba las leyes de la lengua hebrea, y paralelamente también tradujo su obra lexicográfica: "Libro de las raíces". De Yehudá ha-Leví tradujo su gran obra apologética "El libro del Cuzarí", resumiendo el largo título que apareció en el original árabe: "Libro de la prueba en favor de la religión despreciada" (el judaísmo).

-El nombre de Cuzarí se debe a que su trama descansa en la conversión al judaísmo del rey de los cuzares o jazares. No puede dejar de elogiarse el valor de todo este trasiego de obras clentíficas hebraicoespañolas del árabe al hebreo.

-Las dificultades que hubo de vencer YEHUDÁ IBN TIBÓN en sus traducciones se aclaran en una carta dirigida a Rabí Asher. 

"El idioma árabe -dice- es muy rico y amplio. En él es muy fácil expresar cualquier materia, cualquier pensamiento en todos sus matices porque el estilo árabe está desarrollado en alto grado, no cómo en el idioma hebreo, cuyo caudal de palabras y expresiones es limitado. Sacamos siempre todo de la misma toda una terminología científica especial. 

-He aquí algunas de estas traducciones hebraicas del árabe llevadas cabo por el granadino: De Salomón ibn Gabirol, o sea Avicembron, la obra de logía, Mibhar ha-peninm, "Selección de perlas", de Bahya, fuente -la Biblia-, y ésto no puede ser suficiente para todas las necesidades. Por ello, no podemos trasmitir en forma tan bella, tan clara y expresiva, nuestros pensamientos en hebreo, como lo podemos hacer en un idioma como el árabe".

-El granadino escribió también varias obras originales. Su tratado de gramática y retórica titulado "El secreto de la pureza de la lengua" se ha perdido; pero por suerte, la Biblioteca Bodleiana de Oxford conserva su "Testamento ético" que escribió para su hijo Samuel, quien habría de continuar notablemente la labor de su progenitor. "Musar abija", ‘Admonición de tu padre', la llamó YEHUDÁ IBN TIBÓN, siguiendo una tradición muy arraigada entre los judíos, y produciéndose en un noble y bello estilo.

-En el Testamento revela su cultura realmente universal; pero manifiesta algo más: su amor casi místico por el libro; no sólo por las obras teológicas, sino por todo libro en sí. Cada libro es para él sagrado, y debe cuidarse, protegerse como un tesoro. Con todo, el amor no se convierte en egoísmo y avaricia que oculta los libros en los estantes: según la costumbre judía, también el pobre debe participar en el goce de su lectura. El libro -era consuelo y sosiego para el judío, pero también arma y de­fensa. Buscaba en él paz y compensación por lo que le estaba vedado del gran mundo. Así se volvía siervo del libro, pero tam­bién su incansable difusor.

-Entre los documentos más hermosos de todos los tiempos del amor por el libro sobresale Musar abija de YEHUDÁ IBN TIBÓN. El sabio sefardí de Granada escribe a su hijo: 

"Te he honrado con la adquisición de muchas obras, evitando exponerte a la necesidad de pedir libros en préstamo, como sucede a tantos estudiosos que a veces buscan un libro largamente, sin encon­trarlo. Gracias a Dios, tú perteneces a los que le prestan, y no a quienes los piden prestados. De muchas obras tienes hasta dos o tres ejemplares. Además he adquirido para tí libros de todas las ciencias y espero que los conservarás con cuidado. Ya que Dios te ha concedido un corazón sabio y comprensivo, me he preocupado en procurarte hábiles maestros para las ciencias extrateológicas, sin parar mientes en gastos ni esfuerzo.

-Hijo mío, haz de tus libros tus compañeros; haz que tus li­breros y estantes sean tu jardín y tu paraíso, aliméntate en tus frutales, coge sus rosas, recoge sus frutos, sus aromas, sus mi­rras; y, si te cansaras, tórnate de jardín a jardín, de surco a surco, de imagen a imagen: así tu deseo volverá a despertarse y tu espíritu hallará placer.

-Pasa en revista tu biblioteca hebrea todos los meses, la arábiga cada dos meses y ordénala de manera clara, para que no tengas pena en buscar un libro que necesitas, y para que conoz­cas el lugar de cada libro en los anaqueles. Los estantes deben cubrirse con hermosos tapices o cortinas y protegerse contra el agua, los ratones y otros daños: ya que los libros son tu mejor tesoro. Cuando prestes un libro, anótalo al momento en un cuaderno especial, antes de que salga de tu biblioteca, y cuando te lo restituyan, bórralo de allí.

-Cada pesaje y fiesta de las cabañas haz que te devuelvan to­dos los libros prestados.

-Inscribe en un cuaderno los libros de cada estante, para encontrar con una mirada en el cuaderno dónde se encuentra el que buscas; evitas así de producir desorden. Ten cuidado también con las cartas sueltas colocadas en los códices, ya que con frecuencia contienen datos valiosos que yo mismo he recogido y apuntado. Mira siempre que puedas el catálogo de tus libros para que sepas lo que posees.

-No te niegues a prestar libros a aquéllos que no tienen los medios para comprarlos, pero siempre que te garanticen que te los devolverán".

-En el propio Testamento, YEHUDÁ IBN TIBÓN pone de     mani­fiesto su agudo conocimiento del genio de la lengua y su con­cepción del arte de traducir en los consejos que da a su hijo Samuel. Le suplica leer la porción arábiga de su biblioteca cada sábado, para iniciarse en el arte de traducir. Recomienda un estilo fácil, incisivo, elegante, no sobrecargado de palabras; que evite palabras extranjeras y construcciones afectadas; que use palabras con sonido armonioso y fáciles de pronunciar. Siempre hace hincapié en las ventajas de tener un escritura clara y recomienda de usar bonito papel, buena tinta. En aquella época, tres siglos antes del descubrimiento de la imprenta, la suerte de un libro dependía a menudo de su forma exterior y de la cla­ridad del manuscrito; los consejos de YEHUDÁ IBN TIBÓN eran pues, singularmente oportunos.

-Luego ofrece al hijo consejos profesionales (ambos fueron, médicos) acerca de cómo deben tratarse los enfermos; que no debe recibir dinero de enfermos pobres; que debe revisar las medicinas cada semana, y no usar aquéllas cuyos efectos no co­noce a ciencia cierta; y, finalmente, que debe cuidar de su propia salud. Debe honrar a su esposa, puesto que el proverbio árabe dice de las mujeres: "Solamente los honorables las honran y solamente los despreciables las desprecian". Le dice que no sea despilfarrador y que cuide de la educación de sus hijos.

-YEHUDÁ IBN TIBÓN enriqueció su profesión médica con investigaciones farmacéuticas y se dedicó al estudio de la botáni­ca y al arte de preparar medicinas.

-En una carta de Maimónides a Samuel ibn Tibón, fechada en El Cairo, 30 de septiembre de 1199, el filósofo se refiere a YEHUDÁ IBN TIBÓN, fallecido nueve años antes, llamándole "hon­rado príncipe"; elogia además la elegancia de su estilo y su sabiduría. Maimónides se había enterado de la fama que tenía en Granada como médico y hombre de letras, por medio de otros, granadinos desterrados, Alfajar e ibn Mosca.

-Debido al fanatismo de los almohades, que pusieron a judíos y cristianos ante el dilema de convertirse al Islam o dejar a su país, Maimónides, entonces de 13 años de edad, huyó a Fez; más tarde se refugió en Egipto, "tierra ajena", escribió el sabio que se denominaba a sí mismo "sefardí" o sea español. YEHUDÁ IBN TIBÓN tenía 28 años cuando tuvo que abandonar su patria, en 1148. Como única riqueza llevó consigo su biblioteca granadina.

  -También esta carta se conserva en la Biblioteca Bodleiana, en Oxford.

-Se asiló en la ciudad de Lunel, donde doce años más tarde lo visitó el famoso viajero Benjamín de Tudela. En Provenza YEHUDÁ IBN TIBÓN ejerció la medicina, como Maimónides en El Cairo, y realizó su magna obra de traductor iniciada en Andalucía, amén de escribir sus propios libros.

-Para aquilatar la importancia de las versiones de los Tibónidas y la influencia que tuvieron para el redescubrimiento de las ciencias antiguas, conviene recordar la del Moré Nebujim, "Guía de los descarriados", de Maimónides, que se debe precisamente a Samuel ibn Tibón. Siguiendo el ejemplo paterno, creó nuevos términos filosóficos, que se impusieron durante siglos en el mundo literario hebreo 

-De Maimónides tradujo también el "Tratado sobre la resurrección de los muertos"; Shelosh esré ikarim, "Trece principios de la fe", famosos porque la expresión "estarse, mantenerse uno en sus trece" aplicada a los judíos re­ lapsos que seguían fieles, pese a la amenaza de la hoguera, a los principios del judaísmo, procede del libro de Maimónides; además virtió al hebreo la famosa epístola del cordobés a los judíos del Yemen. De otros autores tradujo los comentarios de Alí ibn Ridwan al Ars parva de Galeno; tres tratados de Ave­ rroes; "Señales del cielo", basado en la traducción árabe de Me­ te.ora, de Aristótelles.

-Entre sus obras originales destaca un estudio sobre las aguas que tituló Yikkavu ha-Mayim. En él analiza las causas por las cuales el mar no se desborda en las costas, inundando las tie­rras (Ir).

-El hijo de Samuel, Moisés, tradujo otras obras de Maimóni­des: los "Comentarios a los aforismos de Hipócrates"; el "Tra­tado sobre venenos"; el "Tratado sobre higiene"; el "Tratado sobre lógica" y el "Libro de los preceptos".

-De otros autores: los comentarios a De Coelo et Mundo, De Sensu et Sensato, De Generatione et Corruptione, De anima, Metaphysica, todos obras de Aristóteles; los Elementos de Euclides; la "Introducción ar Almagesto de Ptolomeo; "El pequeño canon" de Avicena. Entre sus propias obras hay que mencionar un comentario del Pentateuco y otro del Cantar de Cantares.

-El bisnieto de YEHUDÁ IBN TIBÓN, Jacobo ben Majir ibn Tibón (1230-1312), se conoció también con su nombre romance Profeit, del latín Profatius; y aun se le designaba con la ante­ posición del honorífico don: detalle muy significativo por el uso excepcional del don en e] siglo XIII. Se le atribuye el invento de un instrumento astronómico llamado Quadrans novus, alabado por Copérnico y Kepler. Entre sus traducciones destacan el "Tratado sobre la esfera en movimiento" de Autólico, el "Compendio del Organon", de Averroes, la Paráfrasis de los libros XI a XIX de la Historia de los animales, de Aristóteles; la Sphaerica, de Teodosio Tripolitano; "Tres tratados sobre la esfera"; de Menelao de Alejandría y el "Tratado de la azafea de Azarquiel". El interés de este instrumento astronómico, la azafea, estriba en que se puede utilizar indistintamente en todas las latitudes, lo que no ocurre con el astrolabio”.

-Don Profeit Tibón estableció la posición de muchas ciuda­des asiáticas y africanas; determinó la inclinación de la eclíp­tica, o sea de la órbita que parece describir al sol alrededor de la tierra; compuso tablas de las fases lunares; en 1300, cuan­do tenía 70 años, se le nombró rector de la Facultad de  Medi­cina de Montpellier.

-A otro Tibónida, Abraham ibn Tibón, se debe la traducción de la Oekonomica de Aristóteles. El yerno de Samuel ibn Tibón, Jacobo Anatoli, tradujo la "Guía de los descarriados" al latín. Llamado a la universidad de Nápoles por el emperador Federi­co II, tradujo textos de Aristóteles y de Averroes. Sin duda Santo Tomás de Aquino, durante sus estudios en esa universidad, se familiarizó con las doctrinas de Averroes y Maimónides; y es probable que como Miguel Escoto, Santo Tomás haya trabado amistad con Anatoli. Su libro "Aguijón de los estudiosos", Malmad ha-talmidim, está inspirado muy de cerca en la doctrina de Maimónides sobre el Pentateuco.

-La versión castellana del Cuzarí basada en el texto hebreo de YEHUDÁ IBN TIBÓN se publicó medio milenio más tarde en Amsterdam.

-A principios del siglo XVI los descendientes de los Tibónidas en Provenza (así como otras familias hebreas, entre ellas la de Nostradamus) puestas ante la alternativa de convertirse al cristianismo o refugiarse en otro país, aceptaron el bautismo. Gustave Thibón (la hache se añadió apenas a principios del siglo pasado) es uno de los más connotados filósofos de la
actualidad. Vive en Saint-Marcel-d'Andecre; Sobre el amor humano (Ce que Dieu a uni) ha tenido un singular éxito tam­bién en su traducción española; tres ediciones en ocho años. Thibon conserva la tradición ocho veces secular de las raíces andaluzas y de las hazañas intelectuales de su familia.

-¿Cuándo murió YEHUDÁ IBN TIBÓN? 

-YEHUDÁ IBN TIBÓN a mediados del siglo XII se se estableció en el Sur de Francia (Lunel), donde siguió practicando su profesión de médico. Allí murió en 1190 en Marsella, Francia.
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