martes, 18 de junio de 2019

Misiva (para Juana Inés de la Cruz)


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MISIVA PARA 
JUANA INÉS DE LA CRUZ


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El 12 de noviembre nació Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, hace 366 años.
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Querida Juana:

  -He leído tus obras y verdaderamente son bellas, humanas, con imaginación y en algunas de ellas nos solicitas a los hombres que no convirtamos a las mujeres en simples objetos sexuales. 

-A través de tus obras defiendes a la mujer en su derecho a la educación y a ser reconocidas como entes inteligentes. 

-No obstante la rígida moral social y religiosa de tu tiempo, con tu pluma aguda, penetrante e ingeniosa, fuiste la primer mujer que luchó por la igualdad entre el hombre y la mujer. 

-Es por ello, y con toda justicia, que en el año de 1974 fuiste nombrada la primera feminista de América. 

-Esta es una de las razones por las que ahora te estoy escribiendo estas líneas.

  -Desde los 3 años de edad en que empezaste a aprender las primeras letras se mostró tu precós ansia de saber y con tanta facilidad para aprender que fueron las características que te acompañaron toda la vida, mismas que son la razón por la que tus obras están llenas de tanta enseñanza.

-Han pasado ya más de 300 años desde que escribiste tus obras y seguramente sentirás curiosidad en cuanto a si han sido remediadas las injusticias que tú denuncias. 

-Déjame informarte de inmediato. En nuestro país la posición de las mujeres ha mejorado notablemente. Ahora, aunque sea a regañadientes, se acepta la igualdad intelectual de la mujer, y por derecho humano se han abierto para ella las puertas de la educación. 

-Te acordarás que en tu tiempo el hombre temía la ilustración de las mujeres, se les prohibía la entrada a las escuelas y universidades, y cuando alguna destacaba por el estudio privado, se le perseguía con ataques de todo tipo. 

-Ahora algunas mujeres valientes ya se atreven a solicitar la libertad sexual y el derecho al aborto.

  -¿Derecho de aborto? ¿qué es eso? ¿preguntarías... Bueno, has de saber que en nuestro país existe un millón de mujeres que acuden al aborto anualmente para librarse de un mal que consideran mayor que el mismo aborto: la maternidad. 

-El problema de la legalización del aborto se comprende si se ve a la maternidad no como una bendición sino como un tremendo mal. 

-En aras a su libertad, las mujeres recurren al aborto eliminando una vida, de un ser que quizá antes de los 3 meses aún no tiene conciencia. 

-Esto se les toma a mal, sin embargo, los seres humanos premian con honores y gloria a aquellos que asesinan a granel en nombre de su libertad, como en el caso de las Guerras Mundiales.

-Pero volviendo a ti, a menudo me he preguntado. ¿Por qué la gente que tiene genes superiores evita tener hijos, y en cambio, todos los indeseables están sepultando al mundo y llevándolo a la extinción? 

-La respuesta que me doy respecto a ti es que el escribir era la cosa más importante del mundo. Ya me imagino a tu madre y tu hermana exigiéndote que te casaras para formar un hogar, en fin, que cumplieras con el destino de toda mujer común, y me supongo que les dirías:

-Para mí el escribir es la cosa más importante del mundo, pero vosotras no necesitáis compartir mi obsesión, y por eso mismo, ¿por qué debo compartir la vuestra? Puede parecer absurdo, pero en realidad no siento la falta ni de marido ni de hijos. Quiero decir que me gustan los chicos, pero en realidad soy feliz con mi trabajo, y no quiero sentirme más realizada de lo que ya lo estoy. Me llevó tiempo aprender lo que se y soportar la soledad y el terror del fracaso, y el terrible silencio y el papel blanco. Y ahora que puedo soportarlo... ahora que por fin puedo hacerlo... realmente aprecio la posibilidad de seguir. No quiero que nada interfiera en mi trabajo.

-Pero te encantaría tener hijos -insistirían de veras te gustaría.

-Por Dios, ¡probablemente estéis en lo cierto! Pero como con los hijos de mi hermano y de mi hermana creo que es suficiente en la familia... ¿necesitamos más? ¿Y por qué debo hacerlo? ¿A quién beneficiaré? ¿A vosotros? ¿A mi misma? ¿Al hijo que todavía no existe? 

-¡No creo que la especie humana se extinga si no tengo hijos!

-Seguramente que para tu familia eras un fracaso, porque no tenías marido y por lo tanto no podrías tener hijos. Con toda seguridad algo en ti se disculpaba con todas las personas que elogiaban tus poemas. 

-Algo en ti decía: "Oh, pero recuerden que no tengo hijos". No es tener un bebé lo que te ha de haber parecido injusto, sino el tenerlo para darle esplendor a un hombre. Bebés que reciben los nombres de hombres. Bebés que atan a la mujer mediante el amor a un hombre a quien es necesario complacer y servir, so pena de abandono. Y después de todo el amor es la atadura más firme. La que irrita más y dura más tiempo. Y si se llega a ese momento, la mujer queda atrapada para siempre. Será el rehén de sus propios sentimientos y su propio hijo.

-Te he escrito esta misiva, pero debo confesar que no me siento tan satisfecho con las palabras que aquí he escrito. Siento que no he mencionado la mayor parte de lo que podría decirse acerca de ti, y que no he escrito muy bien lo que podría haber sido dicho en mejor forma. Sin embargo, me queda un consuelo: lo más importante no es que se escriba acerca de ti sino que se adquiera conciencia de que para que el ser humano sea libre, se le de su lugar a la mujer, tal como tu lo dijiste...
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