-Emilio, ¿qué es la Masonería?
La Masonería es una institución de naturaleza filosófica y moral, integrada por personas amantes de la justicia y la verdad, que lleva como fin fundamental de sus actividades, el perfeccionamiento del carácter y el progreso de la especie humana.
Por supuesto que es de deplorarse que algunos pérfidos masones utilicen la augusta institución como campo de explotación, haciendo de ella su modus vivendi, y abusando de la buena fe de los demás masones para fines de lucro puramente personales.
El sincero masón debe empeñarse por buscar los medios más atinados y sabios para borrar tal estigma de la Masonería.
Una orden moral maravillosa y trascendental impera en el Universo, por virtud del cual paulatina y evolutivamente se va elaborando un mundo mejor.
La misión grande y noble de la Masonería consiste en coadyuvar con inteligencia en el feliz desenvolvimiento de ese plan de progreso; y contrarrestar por cuantos medios lícitos estén a su alcance, la nefasta y perniciosa obra de los rezagados y obstruccionistas que se empeñan neciamente por estorbar y detener el progreso humano.
La libertad del pensamiento es principio básico de la Masonería, motivo por el cual no es indispensable que haya una identidad absoluta de criterio entre los miembros de la institución.
Sin embargo, si es importante que el candidato que pise el umbral del templo de la sabiduría entre con un firme anhelo de despejarse de todo prejuicio.
El templo masónico es escuela de superación espiritual, en la que se perfeccionan conocimientos, se fortalece el carácter y se purifica el corazón.
El sincero masón debe hacer de sí mismo una obra maestra, utilizando los instrumentos del aprendiz para arrancarse las asperezas de su carácter, mejorándose apreciablemente con cada día que transcurra.
Los verdaderos masones deben dedicarse con entusiasmo y alegría a tan noble tarea de cultura humana, sabedores de que la institución masónica será tan grande como los hombres y mujeres que la integran.
La unión es principio cardinal del progreso humano, motiva por el cual precisa una estrecha coordinación de todas las dispersas energías masónicas, a fin de hacer sentir su influencia poderosamente en bien de la Humanidad.
Una completa solidaridad debe imperar entre los masones cuando se trate de principios básicos de la institución, tales como la libertad de conciencia la soberanía de los pueblos y el triunfo de la justicia y la virtud.
Mas cuando se trate de asuntos de importancia secundaria, permítase la más amplia tolerancia de pareceres y criterios, sin que la diversidad de opiniones y puntos de vista sea causa alguna para que se exalten los ánimos ni se rompan los lazos de la fraternidad.
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