Garry Kasparov
En su libro sobre el mundo de los negocios en Japón, Kenichi Ohmae sintetiza el papel del estratega con la siguiente frase: "El método del estratega consiste en enfrentarse a las ideas predominantes con una simple pregunta: ¿por qué?"
¿Por qué? Es la pregunta que distingue a los empleados de los visionarios, a los estrategas corrientes de los auténticos expertos. Si hacemos constantemente esa pregunta.
Cuando observo a los estudiantes noveles jugar al ajedrez y veo un movimiento totalmente erróneo, le pregunto al estudiante por qué lo ha hecho. A menudo no obtengo ninguna respuesta.
Obviamente, algo en su cerebro le ha indicado que ese movimiento era la mejor decisión, pero es evidente que no formaba parte de un plan elaborado que contemplara objetivos estratégicos.
Todos saldríamos ganando si nos detuviéramos antes de cada movimiento, de cada decisión, y nos preuntaramos: ¿por qué este movimiento?
¿Qué intento conseguir y en qué modo va a ayudarme esta decisión a conseguirlo?
En el ajedrez se demuestra muy claramente la importancia de ese ¿por qué?
Todos loa movimientos tienen una consecuencia, cada movimiento se corresponde o no con nuestra estrategia. Si no cuestionamos muestros movimientos de forma constante, un jugador que emplee un plan lógico para jugar nos vencerá.
Imaginemos que lo aplicamos con regularidad a nuestro trabajo, e incluso a nuestras actividades privadas.
Tenemos cientos de objetivos profesionales y personales, pero suelen ser listas de aspiraciones vegas y mal definidas en lugar de metas en las que poder fundamentar nestra estratégica.
"Quiero tener más dinero es como decir "quiero encontrar el verdadero amor"
Un deseo no es un objetivo..
Para poner un ejemplo práctico, todos hemos tenido en algún momento el deseo de conseguir un trabajo mejor. Solo debemos abordar ese cambio cuando tengamos un conocimiento profundo del porque de ese deseo. Quizá no sea solamente el trabajo, puede que necesitemos cambiar de profesión. O quizá nuestro puesto de trabajao actual permita ciertos cambios. Hasta que nos separemos en qué circunstancias nos sentiríamos satisfechos, no sabremos lo que estamos buscando.
Cuando emprendamos la búsqueda, debemos guiarnos por esa lista de objetivos inmediatos que conforman nuestro objetivo de un "trabajo mejor".
Por ejemplo, si el dinero no es uno de los principales problemas de nuestro trabajo actual, no debemos dejarnos tentar por otro trabajo que suponga un salario mejor, pero que no modifique realmente lo que no nos satisfacer del trabajo actual, no debemos dejarnos tentar por otro trabajo que suponga un salario mejor, pero que no modifique realmente lo que no nos satisface del trabajo que tenemos actualmente.
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