sábado, 22 de junio de 2013

Pobrecitos




POOR THINGS

       En varios Ford "T" los jóvenes de izquierda llegan al campo algodonero.
       El calor, el sol de oro que funde la nieve y siembra la riqueza.
       En cambio más al sur calcina sólo desmontes, rocas desnudas, polvo erosión, devastación, sequía.
       Llevan sus libretas y sus cámaras.
       Piel rosada, ojos azules o verdes o grises, pero siempre salud y fortaleza.


       Buena ropa informal junto a los overoles raídos de los trabajadores, sombreros de palma, cuatro siglos de subalimentación.
       Van a hacer un reportaje colectivo para el diario de su universidad sobre las condiciones en que se explota a los pizcadores mexicanos.
       El tamo de la borra que envuelve las semillas de la planta espinosa flota en el aire y se pega a la piel húmeda.
       Un estudiante observa las manos hendidas, supuradas, cicatrizadas de los trabajadores sin guantes.
       Piensa en Jack London: Tenemos manos blancas y blandas porque otras se agrietaron y endurecieron para darnos el ocio.
       Furtivamente los trabajadores, entrenados para no alzar los ojos, miran las piernas de las muchachas.
       Por vez primera desde la antigüedad se usan faldas que dejan al descubierto las rodillas.
       La seda de las   piernas y de las medias.
       Los gusanos que mueren hervidos para que con su baba se hagan medias, camisas, sábanas, pañuelos.
       Poor things, susurra una de las muchachas.
       Pobres mexicanos cociéndose al sol, sin mujeres, sin patria, sin lengua, sin esperanza, sin mañana.
       Y sobre todo sin dinero.
       Oro color de sol, color de espiga, color de miel, color de las muchachas que van y vienen.
       Toman fotos y regalan al bálsamo de su piedad.
       Poor things.
       Apuntan, retratan, comentan entre sí.
       Appalling conditions.
       El tamo de algodón en los cuerpos que nunca acariciarán las manos heridas de ningún pizcador.
       En voz baja uno pregunta a su compañero: ¿Quién con quién? ¿Todas con todos? El otro no entra en el juego y quedamente rezonga:
       -Váyanse al circo, pinches gringos. No somos sus monos.
       Poor things.
       Apuntan, conversan, retratan.
       Pero nadie habla con los trabajadores, en primer lugar porque desconocen su idioma.
       Appalling conditions.
       A la de verde yo le daba hasta por las orejas.                      Capitalism is evil.
       A mí ni me gustan muy vistosas pero a la hora de la verdad, frías como el hielo.
       The cost of production of labour power is the cost required for maintaining the worker as a worker and off developing him into a worker.
       -Qué van a ser frías; lo que pasa es que aquí no saben darles cran.
       Dark, short, fat spics.
       La explosión del magnesio del flash entre el tamo que impregna el aire caliente.
-Mejor regálame una foto tuya, güera.
The oppressed masses of the world.
-La de rojo tiene unas chiches que ay mamacita.
       El administrador desafiante recibe a los jóvenes en su oficina.
       -¿Por qué los obliga a vivir en la basura?
       -Siempre han vivido en la basura.
       -¿Por qué no les paga salario mínimo?
       -La miseria que les pago es una fortuna allá abajo.        
-¿Por qué los mata de hambre?
       -Nacieron muertos de hambre.
       -¿Por qué los obliga a trabajar como animales?                    
-Porque los mexicanos son animales.
       -Retraten lo que deseen, publiquen lo que se les antoje.
       -Nadie dejará de comprar algodón ni de comer frutas ni ensaladas.
       -Me gusta la actitud de ustedes.
       -Yo también pensaba así de joven.
       -Ahora mismo tengo gran simpatía por las vacas pero consumo leche, queso, y mantequilla, y todas las noches ceno mi New York cut o mi T-bone steak. Ja, ja, ja.
       -Poor things.
       El tamo de algodón en el aire ardiente.
----------------------------------------------------

No hay comentarios:

Publicar un comentario