sábado, 4 de mayo de 2013

Adolecencia




-¿Qué te pasa Emilio?, te noto preocupado.

         -Hola Julio, no es nada serio. Estaba pensando en mi cuñada Yolanda. Ella amenaza que si yo no le presto el carro a mi hijo, ella le va a prestar el suyo. Ello fue a raíz de que mi sobrino Manuelito chocó por segunda vez el auto de su mamá.


       -Pues mira, precisamente, acabo de enterarme que un muchacho, como de 16 años, compañero de un sobrino mio, recibió un Mustang de regalo con motivo de su cumpleaños. A los dos o tres días iba con su hermana cuando un VW se le cerró  con lo que el joven dió el volantazo volcándose sobre un desnivel. Como resultado, pues, el muchacho tuvo una fractura en la columna vertebral y a la fecha ya fue intervenido quirúrgicamente
sin que recupere la sensibilidad ni el movimiento de sus piernas.           Afortunadamente su hermana salió ilesa. La operación fue en el Hospital Español.
       -Un dato curioso es que sus compañeros se encuentran impresionados. El joven estudiaba en tercero de secundaria en el Centro Escolar del Lago.
       -Por lo que te acabo de platicar, dile a tu cuñada que se quite de tonterias y no le preste el coche a Sebastian. No vaya a ser que le pase lo mismo que a ese pobre muchacho.
       -Haz de saber que los muchachos no son responsables, ni siquiera de su propio cuerpo, sino hasta mucho después de los 23 años. Por eso a esa edad se le llama "adolecencia", porque adolecen de criterio, adolecen de responsabilidad, adolecen de los valores morales mínimos indispensables para la sobrevivencia... en fin, adolecen de todo.
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