miércoles, 25 de diciembre de 2013

Perros en la Guerra


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PERROS EN LA GUERRA
            
        A través del tiempo, los perros han sido empleados para la guerra.
En la antigüedad eran principalmente usados como combatientes junto a los guerreros.
Un perro entrenado para atacar era tan mortífero como una espada o una lanza.
        La historia nos da muchos ejemplos:
          Los Bretones utilizaron sus fieros mastines como combatientes contra los invasores romanos;
          el rey Enrique VIII regaló al emperador Carlos V de España 400 perros de guerra para que los empleara en su guerra contra Francia;
          la reina Isabel I dió 100 perros de guerra al Earl of Essex para que los usara en su campaña en Irlanda;
          los ingleses emplearon Bull Terriers de Staffordshire contra los invasores de la Gran Armada Española;
          los conquistadores españoles emplearon grandes mastines en el Nuevo Mundo.
        Con la invención del cañón los perros fueron relegados como combatientes. Pero aún se les siguió empleando de múltiples maneras para fines militares.
        Los perros convenientemente entrenados pueden ejecutar faenas asombrosas:
          Un perro mensajero puede pasar desapercibido al ir a través de una calle en un pueblo ocupado por el enemigo, llevando un mensaje en clave escondido en su collar o entre su pelaje;
          un perro puede conducir a una patrulla de reconocimiento alertando de inmediato la presencia del enemigo;
          pueden detectar minas;
     encontrar soldados heridos y pilotos derribados;
          puede llevar pequeños suministros de municiones o de comida a lugares fuera del alcance de otros transportes;
          actuar como un perro guardian;
          como perro de patrulla; etc.


        Existen inumerables historias que prueban que tan grande es el entendimiento e inteligencia para fines castrenses del perro.
       Usualmente un can se encoge y amedrenta al oir explosiones y aulla con dolor si se le pisa una pata, pues bien, en tiempos de guerra, los perros bien entrenados son capaces de mantenerse en silencio con bombas que explotan alrededor de ellos y aún cuando han sido heridos no hacen el menor gemido pues saben que al hacerlo ponen en peligro a su gente.
          Se sabe que los perros guardianes podían diferenciar a los turcos de los cristianos;
          en la Primera Guerra Mundial, los perros guardianes podían detectar a hombres que pertenecían a otros regimientos diferentes del propio;


          durante la Batalla de Moscú, en la Segunda Guerra mundial, los soviéticos entrenarosn a perros para que cargados con explosivos, se hecharan debajo de los tanques alemanes causándoles tremendas bajas; etc.
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