sábado, 10 de febrero de 2018

Leyenda (Matusalén y su Hijo Noé)



   
   
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MATUSALÉN Y SU HIJO NOÉ


  -Los hombres del tiempo bíblico eran longevos y retrasaban tanto la muerte como el tiempo de dedicarse a procrear.

-Según el GÉNESIS (5), Adán vivió novecientos treinta años.

-A los ciento treinta años tuvo un hijo llamado Set que, lógicamente era hermano de Caín y Abel parentesco que no menciona el Libro Santo a lo que todo pasado le parece lejano y como se dice ahora, obsoleto.

-Ese Set fue más precoz que su padre porque a los ciento cinco años ya tuvo a Enós.

-Al parecer la gente iba aprendiendo a iniciar antes sus actividades eróticas porque Enós tuvo a Cainán -nombre de resonancia fatídica- cuando sólo tenía novena años. Claro que también murió antes que Set y en lugar de novecientos doce años duró novecientos cinco.

-En una progresión acelerada de madurez sexual a los setenta años Cainán fue ya capaz de engendrar a Mahalel y este a su vez a los setenta y cinco fue padre de Jared.

-La palma de la longevidad, como ha transmitido la sabiduría popular, se lo lleva Matusalén que consiguió una edad -que me niego a considerar “envidiable”- de novecientos setenta años.

-Claro que tuvo más cautela que sus abuelos en lo que se refiere al placer de la carne, y no se decidió a engendrar un hijo hasta estar convencido de que poseía la responsabilidad de un padre.

-Esto le ocurrió a los ciento ochenta años y el fruto de su meditada eugenesía fue Noé.

-Los autores del Antiguo Testamento eran evidentemente gente de tierra adentro, para los que el mar era una incognita, efectivamente, la descripción del Arca que Dios quizo que Noé construyera no tiene nada de náutica

-Se habla de ella como de una casa, aunque tenga detalles propios del elemento en que tiene que navegar. Se advierte que se uso madera resinosa y se “calafateara por dentro y por fuera con pez” para hacerla resistente a la humedad. Pero el resto de la descripción indignaría a un marinero.
  
“Tres cientos codos de largo” (por eslora) “cincuenta de ancho” (en vez de manga) “treinta de alto” (por puntal), llama “puerta“ al portón de babor y estribor y luego se atreve a usar la palabra “pesos” para los puentes.

-Si la paternidad de aquellos hombres era tardía tampoco fueron primerizos las actividades navales.

-Noé tenía seis cientos años cuando empezó a construir el arca de acuerdo con las instrucciones de Jehovó metiendo después las famosas parejas de animales que tantos temas han proporcionado a humoristas de todo el mundo.



  -Según el GÉNESIS (8), tras asentarse el Arca sobre los montes de Ararat, es decir, tras quedarse varada en tierra firme, esperó todavía cuatro meses y pico para soltar un cuervo que regresó.

-Siete días después liberó una paloma que también volvió al no encontrar dónde pararse y a los siete días la volvió a mandar.

-Cuando reapareció con una ramita olivo dedujo Noé que había vuelto a surgir el verde del campo sobre las olas, pero su temor le hizo esperar todavía otros siete días para soltar a la paloma que esta vez desapareció, probablemente, al hallar un hogar.

-Luego, estaba ya seca la tierra, pero, así y todo, tuvo que ordenarle Jehová que saliera y sólo entonces Noé se decidió.

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