lunes, 4 de marzo de 2013

Abejas Africanas




A mediados de los años 50,  por causa ignorada, la producción de
miel en el Brasil, se redujo notablemente y alguien decidió darles nuevos bríos a las abejas brasileñas cruzándolas con alguna variedad más dinámica.
Para eso, en el año de 1957, se llevaron a Brasil desde Mozambique un cargamento de abejas muy productivas aunque muy bravas.
En total eran 7 abejas reinas con su respectivos cortejo de obreras y zánganos.
Para estudiarlas se les concentró en un laboratorio de Sao Pulo. Pero, por desgracia, cierto día se escaparo 26 reinas con todo y sus cortejos, surgiendo con ello un tremendo problema.
       Por varios años nada se  supo de las fugitivas hasta que empezaron a atacar a personas y animales. Se decía que las temibles abjeas africanas amenazaban la fauna silvestre del país y que  incluso amenazaban con exterminar a las abejas normales a las que se decía se enfrentaban en abierto combate.
A principios de los años 70 se comenzó a decir que ya se encontraban en Centro América en camino hacia México.
De acuerdo con los informes plenamente combrobados, entre 1957 y 1974 las abejas africanas causaron la muerte de 16 personas, y a muchos animales, especialmente ciertas aves, de plumaje muy colorido, debido a la atracción que ejercen los colores vivos sobre las abejas.
Las abejas africanas al picar no inyectan una cantidad mayor de ácido fórmico que las abejas normales, sin embargo cuando atacan, lo hacen en mayor número.
Las abejas normales, al atacar suman cuando  mucho un centenary y, en cambio, las africanas cuando lo hacen suelen ser mil.
Sin sostener combates a muerte como se decía, las abejas africanas fueron compartiendo las colmenas con las abejas normales y con el tiempo, virtualmente en los  apiarios brasileños convivían ambas especies.
Esto contituyó un gran problema. Para manejar a las abejas normales, así como para recoger la miel, sin ser picado, el apicultor suele usar una mascara de tela de alambre y echar un poco de humo con un pequeño fuelle, para atontarlas. Cuando los granjeros brasileños pretendieron menejar los apiarios con ambas abejas de la misma manera, se llevaron la sorpresa de que las africanas atravezaban fácilmete la ropa con su aguión y que las nubes de humo de los fuelles no las detenían en lo absoluto.
        Durante un par de años, la industria brasileña de la miel fue a la bancarrota.
       Durante esos dos años los apicultures brasileños trataron de encontrar la manera de poder obtener la miel.
Afortunadamente la naturaleza dió la solución final.
A partir de su escapatoria, las abejas africanas no solo  anduvieron persiguiendo gente y animales, también se decidiron cruzarse con sus  congeneres las abjeas normales. La variedad surgida de la cruza tiene un temperamento más llevadero, solo con ocasionales arrebatos de ira, y producen más miel que las abejas normales originales.
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