0087 725 23
LA MUJER Y LAS RELIGIONES
Las leyendas contienen elementos fantasiosos pero con una base real indiscutible.
Por ejemplo: la derrota de las Amazonas por Hércules destaca el triunfo simbólico sobre la mujer.
Existen otras leyendas, como la asirio-babilónica de Bel-Marduk, hijo de Tamiat (la mujer-madre) que lucha contra ésta en combate sangriento y después de una batalla terrible mata a su madre cortando su cuerpo en dos.
El origen de la lucha entre madre e hijo había sido el que Tamiat y otra diosa consideraban que sus descendientes se habían vuelto demasiado turbulentos.
La leyenda griega es semejante. Orestes mata a su madre, Clitemnestra para vengar la muerte de su padre de la que Clitemnestra había sido cómplice. El tribunal que lo juzga termina absolviendo al hijo asesino y proclama que antes de ser hijo de Clitemnestra, lo es de Agamenón, su padre. En este drama el concepto de paternidad adquiere importancia de tal modo que anula el papel de la mujer en la procreación.
Desde este momento, todavía muy antiguo, la mujer aparece como una amenaza, se la representa como un peligro, como el mal mismo.
De la época en que se empieza a considerar a la mujer como un mal, conservamos un recuerdo que cada vez que es posible se menciona en las iglesias, esta leyenda es la de Adán y Eva.
La Biblia presenta este hecho como el principio de la Humanidad, pero, en vista de la teoría de Darwin, esta historia no explica en modo alguno el comienzo de la Humanidad, más bien simbóliza, como las otras leyendas de que he hecho mención, otra cosa diferente de lo que ella misma dice.
Allí Eva, la mujer, es el símbolo del mal, es la puerta que lleva al hombre a pecar. En sentido estricto Adán pecó y desobedeció tanto como Eva, nadie lo forzó a que comiera de la manzana, sin embargo, se responsabiliza a Eva principalmente, es ella quien mordió primero, es ella quien sucumbió a las tentaciones e insinuaciones de la serpiente.
Hay entre los griegos un mito parecido al de Adán y Eva: el de la caja de Pandora. según los griegos, Pandora fue la primera mujer del género humano. Fue creada por el dios más importante de los griegos, Zeus, como castigo para Prometeo quien había robado el fuego del cielo para dárselo a los hombres. Era Pandora una mujer hermosísima, pues la diosa del amor y la belleza la había dotado de todos sus bienes, también era muy elocuente y hábil en todas las artes, pues había recibido todos los dones propios de cada dios con el fin de seducir y llevar al mundo, bajo la máscara de la belleza, todo lo horrendo y miserable. Llevaba una caja en la que estaban contenidos todos los males: las enfermedades, la muerte, etc., males que antes de llegar Pandora estaban ausentes.
Zeus encargó a Pandora que entregara dicha caja a Epimeteo, hermano de Prometeo. Epimeteo, asombrado por la belleza de Pandora, la tomó por esposa. Y cuando ella pudo, destapó la caja de los males. Enseguida volaron éstos y se desparramaron sobre la Tierra. Hasta el fondo de la caja yacía la Esperanza pero ya no pudo salir porque Pandora, recordando que no debía abrir la caja, la volvió a tapar. "Desde entonces vagan por la Tierra la muerte, las enfermedades y todos los males asolando a los seres humanos y haciéndolos sufrir.
La Esperanza en el fondo de la caja de Pandora quedó para siempre encerrada en el arca.
Gracias a Pandora es que existe el mal, gracias a ella el hombre se hizo mortal, corruptible.
Tanto Eva como Pandora son la puerta que conduce al pecado. Ambas son fuentes de sufrimiento y de miseria humana.
Estas leyendas ejemplifican ya no la derrota del matriarcado, sino el proceso en el que el hombre devalúa a la mujer ante sus propis ojos.
Es una manera de justificar el deseo de poderío del hombre. Es decir, el hombre toma todo el poder para él y una buena forma de convencerse así mismo de que no obra mal, fue inventando leyendas en las que la mujer apareciera como un ser indigno de detentar el poder que hasta entonces había tenido.
Inventó leyendas que luego hizo creer a los demás.
Cuando el patriarcado se consolida, quita a la mujer todos sus derechos sobre la tierra: la mujer pasa a formar parte de los bienes del hombre: primero pertenece al padre y luego a su marido.
En las religiones, el Ser Supremo, es un principio masculino. Los profetas han sido hombres: en la religión judía: Moisés; en la cristiana: Jesús; en la mahometana: Mahoma; en la budista: Buda; en la brahamánica: Vishnú.
En el Islam la mujer ha sufrido y sufre vejaciones tremendas. El Corán, según los mahometanos, sobre pasa la humana inteligencia. Por lo tanto esperan respuestas a todas sus preguntas.
En el Corán, sura XVI, versículo 608 puede leerse:
"Cuando se anuncia a un hombre el nacimiento de una hembra, su rostro se ensombrese. Ruborizado, se aparta de los suyos por sentir vergüenza de este nacimiento, preguntándose si consevará a esta hija par su deshonor o la enterrará en el polvo".
No cabe duda alguna de la claridad de Mahoma sobre la bárbara costumbre de enterrar vivas a las hijas cuando no eran deseadas.
La religión islámica posee además del Corán otro libro santo: el Hadiths. En el primero se expresa sólo la voluntad divina, tal y como le fue trasmitida a Mahoma.
El segundo es una colección postuma de las palabras, hechos y gestas del profeta según fue tomada por auditores.
En el Hadiths se dice que el profeta encontró a una mujer practicando la escisión (los mahometanos mutilan voluntaria y salvajemente a sus niñas para quitarles la mayor parte de su capacidad de goce sexual mediante una extirpación parcial del clítoris) y le dijo:
"No operes en forma radical... es preferible para la mujer".
Esto significa que la costumbre es mucho más antigua que el profeta.
De acuerdo con las palabras escuchadas por los auditores, Mahoma estaba de acuerdo.
Al respecto un cheikh, hombre sabio encargado de interpretar las leyes, dijo:
"La escisión se limita a cortar la piel en forma de hueso que se encuentra en el vértice del órgano. Así, pues, se debe cortar la epidermis protuberante, sin llegar a la oblación".
Más tarde añadió:
"La escisión forma parte de las costumbres del Islam, y la ciencia perfecta sólo pertenece a Alá".
Se sabe que cuando Mahoma supo que los persas habían nombrado reina a la hija de Kosroes dijo:
"El pueblo que confía sus asuntos a una mujer, nunca conocerá el éxito. A la atribución de una función pública a una mujer sigue siempre el fracaso. La ley islámica sólo reconoce el testimonio del hombre".
En el Corán se lee:
"Los hombes deciden por las mujeres, ya que Alá ha concedido preferencia a los unos sobre las otras". "La función pública ha sido atribuida, por la Ley islámica a los hombres quienes cumplen ciertas condiciones precisas".
Los mahometanos ponen un énfasis enfermizo sobre la virginidad que tiene parte de su origen en la descripción del paraiso que Mahoma promete a sus fieles:
"Jardines bajo los que correrán arroyos donde reinará una sombra densa".
Cuando habla de sus futuras compañeras en dicho paraiso dice: "Huries de ojos grandes que hemos guardado vírgenes y frívolas, de una eterna juventud.. Hermosas, de senos bien formados... Virgenes de mirada modesta que ni el hombre ni demonio habrán tocado... Huries enclaustradas en Pabellones... ".
Este puede ser un factor místico y los islamitas lo traducen en el himen. Gozar por anticipado de las delicias que tendrán en el paraíso.
Otra teoría dice:
"El musulmán prefiere a su mujer virgen porque el himen toma el lugar de un documento de propiedad exclusiva. La membrana es la única prueba de que el marido ya la tenía predestinada desde el nacimiento".
El profesta afirma (sura IV, versículo 38):
"Los hombres son superiores a las mujeres, debido a sus cualidades, que han hecho que Alá los eleve por encima de su imperfección, siempre dispuestas a buscar camorra sin motivo. Es ley divina aquélla por la cual el hombre le puede pegar a la mujer.
Mahoma tuvo nueve esposas, sin contar las esclavas, pero el musulmán común y corriente sólo esta autorizado a tener cutro mujeres legítimas.
Resulta muy atractivo, para el hombre burdo, el paraíso musulmán, en que cada fiel tiene 80,000 mujeres exentas de toda mancha.
En el código hindú de Manú se afirma:
"La mujer no mira si el hombre es joven ni si es hermoso ni si es contrahecho, es hombre y basta, porque el mar jamás está harto de rios, ni el fuego de leña, ni la muerte de seres vivientes, ni la mujer de hombres... Dios hizo a la mujer naturalmente perversa, enamorada de su lecho, prendada de su silla, de sus adornos y desordenada en sus pasiones...".
Los judíos rezan todas las mañanas, agradeciendo al Señor el haberlos hecho nacer varones y las mujeres se expresan con resignación por no tener la calidad de tales.
Volviendo nuevamente a la explicación bíblica del origen de la Humanidad, tenemos que Adán fue creado primero y Eva, de una costilla de Adán y como acompañante para él.
Las palabras textuales son:
"Se le dijo a Eva" tu deseo será el de tu marido y él dominará sobre tí."
En la fe cristina, el apóstol Pablo escribe:
"El hombre es dueño de la mujer como Cristo es cabeza de la Iglesia".
Y también escribe:
"El hombre es imagen y gloria de Dios y la mujer, gloria del hombre".
El apóstol Pablo ordena:
"No debe permitirse que la mujer adquiera educación o instrucción: que obedesca, sirva y calle".
Tertuliano, presbitero cristiano, afirmaba:
"Mujer, debieras ir vestida de luto y andrajos, presentándote como una penitente anegada en lágrimas, redimiendo así la falta de haber perdido al género humano. Tú eres la puerta del infierno, tú fuiste la que rompió los sellos del árbol vedado, tú la primera que violate la ley divina, tú la que corrompiste a aquel a quien el diablo no se atrevía a atacar de frente, tú fuiste la causa de que Jesucristo muriera...".
La voz de Dios es la voz del hombre. De hecho, la religión incorpora las creencias humanas, las actitudes y los códigos sociales y morales de las personas que practican esa religión.
Tertuliano, con toda la literatura misógina de la Edad Media, es buen ejemplo de ello. Y aún ahora, cuando ya el Concilio Vaticano II proclamó que se puede hablar de una nueva época de la Historia Humana que se caracteriza por cambios profundos ya acelerados que progresivamente se extienden al Universo entero, todavía se sacralizan modos concretos de vida religiosa, social y familiar de la mujer que no van más allá de una especialización sexual.
El papel de las religiones ha sido fundamental para moldear la estructuración actual de las sociedades, divulgando un concepto de la familia, donde la mujer tiene que estar sujeta al marido, siendo éste el jefe.
Las religiones estucturadas en diversos grados jerárquicos, comandadas por hombres, han
encontrado siempre en la mujer un instrumento dócil, abnegado
y maravilloso para conservar el estado de cosas. Siempre han encontrado los medios de convencerlas de que sierviendo a las religiones sirven directamnte a su dios, según sea la religión de que se trate.
No obstante que las Sagradas Escrituras y Libros Sagrados en las distintas religiones están plagados de citas tremendamente vejatorias hacia la mujer, ¿por qué razón, son las mujeres, quienes abarrotan, día con día, los templos?
------------------------------------------------------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario