El Enojo como Autosabotaje

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EL ENOJO COMO AUTOSABOTAJE

-¿A qué se debe que una persona sea muy enojona? 

-¿No será que alguien en casa estaba constantemente enojado cuando era niña o niño y ahora está repitiendo un patrón o que el enojo sea un factor genético?

-La mayoría de nosotros pensamos que enojarse es tan común como fugaz y que no podemos hacer nada para evitarlo toda vez que algo nos saca de nuestros casillas.

-Sin embargo, resulta mucho más profundo que eso ya que cuando nos enojamos la química de nuestro cerebro se desequilibra y nuestro cuerpo  segrega cortisol y adrenalina para poder volver a sus niveles normales.

-¿En qué afectan las sustancias cortisol y adrenalina? 

-Las desargas constantes de estas sustancias impactan principalmente en nuestro sistema inmunológioco quedando completamente a merced de las enfermedades. Desde una gripe hasta cáncer. Entre más nos enojamos más normal se nos hace sin saber que nuestro cuerpo se deteriorá inevitalemente.

-Además del daño en este sentido, podemos crear una adicción al enojo provocando así, de manera inconsciente, situaciones que nos llevan a lo mismo: reacciones exaerbadas ante cualquier provocación.

-¿De qué depende que uno se enoje?

-Nosotros le damos sentido a las cosas, situaciones y personas, así que solo de nosotros depende el enfoque que le damos a las acciones. 

-Eso sin contar que bajo el efecto del enojo podemos lastimar a terceros, afectar nuestras relaciones interpersonales y perder oportunidades ya que en la etapa del enojo se cae en la “ilusión” de que se tiene el valor suficiente para decir lo que se ha callado durante mucho tiempo y es inevitable caer en excesos.

-Al estar bajo los efectos del enojo podemos contaminar el ambiente de nuestro trabajo, casa o afectar a otros miembros de la familia.

-Se nos hace fácil ofrecer  disculpas una vez pasado el vendaval a quienes lastimamos, insultamos, ignoramos, etc., mientras estamos  enojados, pero lamentablemente una palabra no borra el dañó que le hacemos a nuestros seres queridos y a nosotros mismos a través del remordimiento. 

-Valora lo que tienes y aprende a manejar esta emoción y a sanar todo el dolor contenido dentro de ti.

-Nuestros procesos emocionales son personales y no colectivos, y son temporales y no eternos, por lo que   respirar, enfriar la cabeza por un momento y hacerse un espacio para sentir, manejar, reflexionar y regresar al centro de uno mismo resulta decisivo.

-La próxima vez que sientas enojo haste la siguiente pregunta: ¿Vale la pena qué me enoje?

-El enojo seguirá presentándose pero la forma de manejarlo marcará la diferencia en tu calidad de vida y en la armonía en tus relaciones.

-El enojo no es una reacción inmediata, es una elección.

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Tomado de Revista SOLO de abr 2019

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