Niños Precoces

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NIÑOS PRECOCES

-¿Qué son y a qué se debe que existan niños prodigios?

-Hace algún tiempo la palabra "prodigio" significaba algo sorprendente y diabólico, un portento que presagiaba una alteración del orden de acontecimientos, generalmente llevaba una connotación negativa; después la palabra pasó por lo que en semántica se llama "especialización"; y ahora significa algo sorprendente y maravilloso, de una clase especial. 

-Un niño de genio precoz parece haber nacido con conocimiento y habilidades que otros adquieren sólo después de largos años de aplicación diligente, si acaso.

-Aunque no cabe duda que la música se comprende en forma más amplia, y las matemáticas están reconocidas por ser más útiles para el progreso de la civilización, la aparición de un prodigio en el ajedrez siempre ha ejercido una fuerte seducción para la imaginación popular.

-La aparición de un niño con dichas habilidades provoca inevitablemente una alteración considerable en la esfera en que este genio se manifiesta, y las connotaciones de la palabra en su sentido, no de acuerdo con su significado semántico, sino con su sentido sentimental, puede oscilar entre ambos extremos diabólico o divino.

-No entiendo el por qué, Emilio.

-Debido a que siempre se ha considerado al ajedrez como un juego para gente grande, y el saber que hay un niño que puede derrotar a sus mayores "en su propio terreno" provoca un gran interés, incluso entre personas que ignoran las reglas del juego, y que poco les importa. Este interés refleja un sentido de admiración positiva, ante los misterios de un universo en el cual tal alteración del orden natural de los sucesos puede ocurrir en ocasiones, pero esta sensación también va mezclada con otra clase de curiosidad mucho más común, en la cual un niño que juega ajedrez es algo parecido a un elefante que pueda caminar sobre sus patas traseras, y a un antiintelectualismo que en realidad razona.

-¿Qué puede haber de difícil en el ajedrez -o en la música o en las matemáticas- que hasta un niño puede dominarlo?

-En la historia del ajedrez se han dado casos de niños prodigio, niños que juegan de forma extraordinaria y obtienen fama y éxito, pero entre éstos existen algunos que resultan falsos, demasiado abundantes que por el simple hecho de saber mover las piezas a la edad de cuatro o cinco años, han sido exhibidos en público con afán de publicidad o de dinero, y que a veces de grandes dejen de serlo.

-La inmensa mayoría de los niños prodigio dejan de serlo cuando se convierten en adolescentes. 

-John Stuart Mill leía los clásicos griegos a la edad de seis años y después fue notable economista y famoso filósofo; 

-Mozart tocaba el piano a los cuatro años y componía música a los cinco, llegó a ser famoso compositor.

-Pero ¿qué sucedió con Andrew Nastell, instrumentista a los dos años de edad o de June Masters que dirigió una orquesta sinfónica a los cinco? 

-Se han perdido en el enorme mar de las anónimas multitudes, así, vemos que frecuentemente la precocidad se convirte con el tiempo en sencilla mediocridad.

-¿A qué se puede deber que algunos niños sigan geniales y otros dejen de serlo cuando crecen?

-Se observa que el desarrollo de la mente tiende a eclipsar los fulgores del genio porque interrumpe la comunicación entre el interior y el alma humana, donde radica la inteligencia.

-Para entender con claridad la voz de tu interior, debes aprender a apaciguar la mente para que no piense, detener la memoria para que no recuerde, paralizar los músculos para que no se muevan y suspender la voluntad para que no actúe. 

-En estas condiciones el alma humana se encuentra en calidad de receptor de los mensajes de su interior, así en este estado de inocencia e ignorancia voluntarias, serás párvulo otra vez, pues si no te conviertes en niño, no podrás entrar en el reino de los cielos.

-Después, cuando ya desarrolles la facultad de escuchar la voz interior, podrás oírla y entenderla aún en el torbellino y trajín de la más intensa actividad. 

-En cualquier momento de tu vida, tu voz interna podrá interrumpir tus labores para comunicarte un mensaje importante, alguna advertencia de peligro o el recuedo de un deber olvidado.

-Es genio la persona que logra ponerse en contacto con su voz interior, para así manifestar su grandeza en la obra fecunda y creadora, de esta forma el alma humana se convierte en lente cinematográfico, a través del cual se proyectan las maravillas que los seres humanos atesoran en lo más recóndito de su ser.

-No entiendo eso de la voz interior. Dame ejemplos para que te entienda.

-Sócrates, famoso filósofo griego, podia señalar el deber moral y distinguir con claridad entre la conducta buena y mala, porque su Daimon, así llamaba su voz interior, estaba siempre con él para aconsejarle.

-Robert Louis Stevenson, novelista escocés, decía. "Mis duendes, ¡Dios los bendiga! Ellos hacen la mitad de mi trabajo mientras estoy dormido, y lo más probable es que también hagan mi trabajo cuando estoy despierto y neciamente creo que yo mismo lo hago."

-Rudyard Kipling, escritor inglés, acostumbraba recostarse en espera de su Demiurgo, para que le dijera lo que debía escribir.

-Los psicólogos hablan de la superconsciencia como la parte más elevada del ser humano, asiento de la conciencia y de los impulsos y afanes desinteresados e idealistas.

-A través del tiempo el ser humano ha sentido la benévola presencia de su voz interior y la ha llamado de diversas maneras: ángel de la guarda, espíritu protector, consciencia, etc. El desarrollo de la mente tiende a desaparecer los resplandores de genialidad porque interrumpe la comunicación entre la voz interior y el alma que es donde radica la inteligencia.

-Ya que estamos Hablando de este tema, cuéntame, por lo menos, el caso de un niño precoz.

-Sí, como no, Marcela. Un caso extraordinario fue el de José Raúl Capablanca y Graupera. En su libro Mi carrera en ajedrez nos da una amena relación de su introducción al juego:

"Nací en La Habana, capital de la isla de Cuba, el 19 de noviembre de 1888. Todavía no tenía cinco años y entre por accidente a la oficina privada de mi padre, lo encontré jugando con otro caballero. Nunca había visto antes un juego de ajedrez; las piezas me interesaron y fui al día siguiente a verlos jugar; al tercer día, mientras observaba, mi padre -principiante reglar-, hizo un movimiento equivocado, jugó un caballo de una casilla blanca a otra casilla blanca, su oponente, que en apariencia no era mejor jugador, no lo notó. Mi padre ganó, me reí y lo llamé tramposo, después de la confusión, durante la cual estuve a punto de ser arrojado de la oficina, mostré a mi padre lo que había hecho. Me preguntó cómo y qué sabía yo de ajedrez. Contesté que podia derrotarlo; repuso que era imposible, considerando que ni siquiera podia yo colocar las piezas en forma correcta. Jugamos y le gané, ese fue mi principio. Días después mi padre me llevó al club de ajedrez de La Habana, en donde los más fuertes jugadores no quisieron darme la dama. Más o menos en aquella época el maestro ruso, Taubenhaus, visitó La Habana y declaró que estaba más allá de él darme tal ventaja. Después, en París, en 1911, el señor Taubenhaus diría con frecuencia: "Soy el único maestro que vive que ha dado al señor Capablanca una dama de ventaja."

-El padre no cabía en sí de orgullo, paseó a su hijo en señal de triunfo por La Habana, lo llevó al club de ajedrez, en donde los ajedrecistas acogieron con burlona sonrisa al ufano papá y al chiquillo. Para no herir la vanidad del caballero, uno de los ajedrecistas destacados de la capital quiso jugar una partida con el niño, concediéndole la ventaja anticipada de la dama para compensar la superioridad. Aun cuando una partida en donde las blancas juegan sin dama no tiene interés en su mérito, asume un valor enorme cuando nos enteramos de que el pequeño José Raúl la jugó a la edad de cuatro años y 10 meses.

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