domingo, 25 de marzo de 2012

Origami

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Oscar F. Iglesias

"La belleza del Origami trasciende las barreras del idioma y puede ser captado por todos. Tengo el deseo de que este arte pueda ser un lazo de unión para todo el mundo" expresó el maestro Akira Yoshizawa al principiar su plática explicativa sobre qué es y para qué sirve el Origami.
"Es el arte de crear varias figuras y formas sobre múltiples combinaciones de superficies y líneas en un papel. Sólo con una hoja de papel y sin técnica especial, cualquiera puede producir buena obra de Origami. En Japón se usaba desde hace mucho tiempo en varias ceremonias y ritos religiosos. Después, junto con la elaboración de sus formas se popularizó como un arte de entretenimiento".
La plática, exposición y breve enseñanza de los rudimentos de ese arte, se realizaran en la sala de conferencias del Museo Nacional de las Culturas, bajo el patrocinio de la embajada de Japón y de la Fundación Japonesa, por encargo especial del Ministerio de Asuntos Extranjeros de ese país.
El público, formado por madres de familia, maestros y niños, recibió con beneplácito las explicaciones e intentó, casi siempre con buen éxito, realizar a la vez las creaciones, figuras de papel, que el maestro Yoshizawa producía con sorprendente facilidad y poco común destreza.
Akira Yoshizawa, miembro prominente del Centro Internacional de Origami, fue presentado en breve alocución por el licenciado Julio César Olivé, director del museo. Se contó con la presencia del señor Hiroji Hoshinoya, agregado cultural de la embajada japonesa.
El maestro Yoshizawa informó: En España se practico desde la Edad Media este arte, sin que haya perdido vigencia, y en Japón es conocido desde hace, más o menos, mil años y las creaciones servían de ornamentación para los actos religiosos, las ofrendas y las oraciones y posteriormente pasaron ser motivo de ornato y de alegría en las ceremonias matrimoniales, para convertirse, en cada hogar, como sencillo medio de entretenimiento para los niños, bajo la dirección de sus madres.
Se popularizó, indica el maestro, hace aproximadamente 100 años y 30 luego, las autoridades escolares lo adoptaron como un medio no solamente de enseñanza, sino para despertar imaginación y la facultad creativa de los niños.
En 1954 la UNESCO convocó a un congreso de arte y el Origami no fue aceptado, pues se argumentó que las creaciones seguían un molde, una serie de figuras ya determinadas, lo que obligó a sus adeptos a separarse de lo clásico para buscar libertad de representación, lo cual enriqueció el número de figuras".
Akira Yoshizawa prosigue: "El arte moderno del Origami tiene un mundo plástico muy amplio: ha llegado a crear no sólo figuras realistas de flores, pájaros y otros animales que viven en la naturaleza, sino, también, formas abstractas que reflejan el estado anímico.
En el Origami se hacen obras con toda libertad, sólo doblando, cortando y, a veces, pegando con goma una simple hoja de papel, pero sin que intervenga la pintura. La estructura de líneas que he diseñado para Origami puede llegar a ser algo muy personal, según el arte y creatividad que se pongan y por eso es muy apreciado y disfrutan con él un gran número de personas".
Supone que quizá nuestros antepasados, como los de otros pueblos, conocieron el arte de crear figuras de papel, porque, afirma, "El Sol sale para toda la Tierra". Elogía el trabajo manual y sobre todo las sorprendentes obras creadas por la mano del hombre, cuyo uso es lo que diferencia al animal del hombre y por esto se han logrado sorprendentes avances humanos, porque el hombre con sus manos ha inventado, creado, estudiado y realizado un progreso incesante. Yo he viajado por 21 países y he observado que lo que se expone en los museos son las guerras que ha sufrido la humanidad y creo que ya es la hora en que cambiemos de horizontes y nos tratemos como civilizados y dejemos de destruirnos mutuamente".
– Piensa el profesor Yoshizowa que este arte puede servir como lazo de unión entre los hombres, como medio de comunicación entre éstos, como una ayuda para fortalecer la lucha por la paz.
Define al Origami como "el arte por excelencia de la expresión humana; pero que es, al mismo tiempo música que se puede ver, porque es poesía con forma".
Como final, el artista, tras enseñar a las presentes a elaborar figuras sencillas, mostró su dominio y conocimiento al crear, con una sencilla hoja de papel, un ave cuyas alas movíanse ante una mínima presión, misma que, mediante dobleces, convirtió en gallo, gallina y pollo, consecutivamente.
El público admiró una pequeña, pero muy ingeniosa, exposición de los trabajo elaborados por el maestro, de los cuales descartaban, pro su belleza, ingenio y perfección, un pavo real, un eleva elefante y una jirafa.
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