miércoles, 10 de febrero de 2021

Dolor

                                                              2271 221 10


LA INDUSTRIA DEL DOLOR



                                     Samuel Máynez Puente


-Los avances tecnológicos del siglo XX han hecho progresar fabulosamente la medicina, pero también la han encarecido en forma escandalosa, porque caminan por los rumbos de la industria de la salud, que en tantas maneras se desborda. Pero los triunfos se han ido sucediendo uno tras otro: se dominaron las enfermedades antaño mortales; la esperanza de vida al nacer casi se triplicó en esta centuria; se conocieron los mecanismos más íntimos del cuerpo y del pensamiento humano: se alcanzaron increíbles logros en cirugía, inmunología, genética, en anticoncepción; en las alteraciones de la conducta; en el conocimiento de la biología del cáncer. Los derechos humanos en riguroso análisis.


-Singulares capítulos del trafago humano Momentos estelares, cautivadores y actuales, prostituidos por otros hombres: los mercaderes del dolor, astutos, de codicia implacable, apegados en más sórdido estilo capitalista, siempre al acecho de los que descubre el sabio, de lo que crea el artista, para convertirlo en filón productivo; explotación gigantesca en el caso de los laboratorios de la industria quimicofarmaceútica en todo el mundo. Los antibióticos destacan como ejemplo.


-La medicina como ciencia ha progresado hacia posibilidades increíbles, en cambio 'hay que decirlo' como profesión ha retrocedido a la retagurdia de o  inconfesables profesionalismos. Y nada es más cierto, que en ninguna otra actividad como ésta intervienen con contundentes la reflexión y la moral que sólo dicta la conciencia. El gran problema médico nacional comienza en las escuelas. La enseñanza médica en México está totalmente devaluada y en el más completo hacinamiento.  Infanterías como para regresar a la escuela primaria o por lo menos  a la secundaria.


-Ahí se inicia la escalada de hechos indiganantes que desprestigian esa tarea, la más noble y digna de inspirar respeto y afecto. Graves inmoralidades, inadecuada preparación, afán de lucro y miles de incalificables abusos. Desde la sala de la maternidad privada, hasta hospitales cuyo funcionamiento fue planeado para explotar al enfermo, para imponerle precios descomunales sin derecho a mínima protesta; exigir fuertes cantidades sólo para el ingreso; secuestro de cadáveres cuando la liquidación de una cuenta no satisface. La banda sin fin sigue su marcha. La voracidad de laboratorios y la vil rapacidad de funerarias y cementerios. Actos de pillaje, turbios y crueles, que integran una larga cadena que define speramente una industria poderosa; la del dolor.


 -La crisis actual de la medicina en todo el mundo es reflejo fiel de una crisis más general: el derrumbe de valores en la sociedad contemporánea. Cuando el arma de la publicidad masiva impone el consumo desaforado como ley para vivir. La institución médica no pudo escapar a esta perturbación institución de tan noble rango que paradójicamente se ha convertido en una amenaza contra la salud. El impacto incapacitante ha alcanzado proporciones epidémicas. La nueva epidemia se nombra y atrogenia. Término que define los daños causados por los médicos, los medicamentos y las conductas hospitalarias.


-La etapa final ha existido siempre, pero no así el problema de conciencia que suscita. Fruto de los avances recientes de la medicina, que permiten sostener la vida por días, por semanas, por meses, casi a voluntad. Esos recursos datan de tres o cuatro décadas. 


-Puede mantenerse oxigenado a un enfermo, alimentarlo por vía endovenosa; hay  hacer latir su corazón bajo un estímulo eléctrico: sostener la circulación para sobreponerse al shock; limpiar la sangre mediante diálisis para evitar la uremia y, en casos de descerebración, cuando el control de las funciones orgánicas está perdido por muerte cerebral, conservar la vida biológica, la respiración, la circulación, la nutrición, todo con artificios de técnica.


-Vuelo de pájaro sobre asuntos tan complejos. Cordiales expresiones de reconocimiento, en defensa de los médicos honorables, calificados y queridos que existen en México. La verdadera medicina mexicana, de tan fecunda y digna tradición, representada por ellos. Esos médicos que ejercen su misión con alto espíritu humanitario, enterados, hasta donde es posible, de las constantes novedades y grandiosas adquisiciones.

------------------------------------------------------------------