miércoles, 10 de febrero de 2021

Feminismo (1)

 


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¿QUÉ ES EL FEMINISMO?


        -Marcela, dime, ¿qué tanto pelean ustedes las feministas?

        -Las feministas estamos contra un sistema que establece que lo "natural" y bueno para la mujer, por muy inteligente y capaz que sea, es sacrificar totalmente sus intereses al hogar. 

        -Es tan absurdo suponer que todas son felices con la misma clase de trabajo como lo sería imaginar que a todos los hombres les gusta el oficio de carpintero. 

        -Y sin embargo se nos educa de esta forma. Todas hemos aprendido que ser emprendedora, lógica, audaz e independiente es ser masculina; y que ser, en cambio, pasiva, irracional, sumisa y tímida -características históricamente asociadas a los pueblos esclavos- es ser femenina.

        -Y esto, ¿por qué?

        -Sencillamente, porque los hombres han sido quienes han determinado siempre la condición de la mujer. 

        -La costumbre de que la esposa tome el nombre del marido se remonta a los tiempos en que las mujeres pasaban a ser propiedad marital. Y hoy todavía la mayor parte de las mujeres casadas pierden su identidad por la de sus maridos. 

        -El cambio de nombre es algo más que un símbolo, pues se supone que la esposa ha de plegar sus opiniones a las necesidades de su marido y seguirlo donde quiera que lo lleve su carrera; se estima que debe abandonar sus intereses para hacerse cargo de los hijos.

        -Pero Marcela, ¡eso ha sido así siempre!

        -La tradición de la supremacía masculina es tan vieja como la civilización. 

        -San Pablo declaró que las mujeres habían sido creadas para el hombre y ordenó a las esposas someterse a la voluntad del marido.

        -En la época moderna la misoginia llegó a su colmo con Freud, quien afirmó que el afán de algunas mujeres empeñadas en producir algo más que hijos, no es más que el neurótico deseo de estar dotadas de órgano masculino.

        -A los niños se les inculca todavía el mito del "sexismo" desde el momento mismo en que aprenden a distinguir el significado de las ropitas azules y rosas de los bebes.

        -A las niñas se les dan muñecas, cocinitas y escobas de juguete. Los chicos tienen mucho más donde escoger: trenes, coches, trajes de astronautas y equipos de medicina, de química de deportes.

        -Después de todo, lo que tiene que aprender una niña es a ser esposa y madre, mientras que del niño nunca se sabe qué será de mayor.

        -El fomento del sistema "sexista" continúa en la escuela.

        -A las alumnas de las escuelas se les exige generalmente el estudio de la economía doméstica y se las excluye de las artes industriales, con lo que se las priva del estímulo que tal vez las convertiría en buenos ingenieros.

        -Terminados los estudios, los varones que quieren conseguir trabajo tienen que pasar por pruebas de aptitud, y las jóvenes, en cambio, por pruebas de mecanografía.

        -Hay otros muchos aspectos de la cultura nuestra que inculcan en la sociedad la idea del "sexismo".

        -Eso se ve en los anuncios, por ejemplo, son aquellos en que la mujer aparece como doméstica o como coqueta seductora; o está histérica por la ineficacia de un líquido lavaplatos, o se desliza con paso de sirena sobre la cubierta del motor de un coche.

        -Estas influecias hacen que las mujeres terminen creyéndose el mito de que son más emotivas y menos competentes e inteligentes que los hombres.

        -Muchas mujeres instruidas se quejan con frecuencia de que las demás no les parecen "interesantes". Y al despreciar a todas, no hacen más que despreciarse a sí mismas, puesto que a fin de cuentas no pueden desentenderse de su sexo.

        -El sistema "sexista" también perjudica a los hombres, pues engendra estereotipos masculinos tan insensatos como los femeninos. 

        -Los hombres aprenden desde la niñez que la masculinidad está ligada a la fuerza y a la violencia.

        -Se tilda de "maricones" a los muchachos que evitan las peleas, y se les llama "poco hombres" si no son agresivos. Y más tarde, quiéranlo o no, se ven forzados a mantener a sus familias, a ganar dinero y a triunfar, lo cual trae como resultado que muchos de ellos apenas pueden disfrutar de sus hijos ni de la compañía de sus mujeres.

        -Pero, ¿por qué se ha aceptado durante tanto tiempo la discriminación de la mujer, si tan mala es? 

        -¡Claro que no se ha aceptado! Tan vieja como la dominación masculina es históricamente la lucha de las mujeres contra ella.

        -En el año 215 a.C., las mujeres romanas hicieron una campaña contra las leyes que limitaban la cantidad de oro que podían poseer y contra las que les prohibian salir de Roma en carruaje a una distancia mayor de una milla fuera de la ciudad.

        -En 1847 Charlotte Brontë escribió en Jane Eyre que era preciso conceder a las mujeres las mismas oportunidades que a los hombres para desarrollar su intelecto, y que no debían ser relegadas a la cocina y a tejer.

        -Cuál ha sido el impetu del movimiento feminista actual?

        -Son cada vez más las mujeres que, después de haber estudiado para instruirse, se han dado cuenta de que sus cocientes intelectuales tienen menos importancia que su rapidez como mecanógrafas.

        -Por otro lado, los progresos hechos en Estados Unidos por el movimiento dirigido a obtener la igualdad de los derechos civiles, originó también el deseo de conseguir la igualdad de oportunidades y de que no existiera discriminación en el empleo por razón de sexo.

        -Finalmente, las mujeres comprendieron que un buen sistema político podía cambiar su situación y empezaron a trabajar en pro de una legislación que se ocupara de la protección a la infancia y de la igualdad de oportunidades en el trabajo, y a luchar para que se derogaran las leyes que coartan el derecho de la mujer al aborto y al uso de medidas anticonceptivas.

        -Nosotras las feministas vemos el porvenir con optimismo. Sabemos que formamos en las orgullosas filas de las valerosas mujeres que nos han precedido, y que inevitablemente conseguiremos una completa igualdad.

        -Sabemos, lo mismo que miles de mujeres que están cada vez más de acuerdo con nosotras, que no es "masculino" ser acometedor e indepediente, sino que es humano, y que todo individuo necesita conseguir la satisfacción de llegar a realizarse plenamente.
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