viernes, 31 de mayo de 2013

La Hoja de Coca



(Entrevista a Jaime Paz Zamora)

        La comunidad internacional se sorprendió cuando el pabellón de Bolivia en la Expo de Sevilla intentó repartir hojas de coca a los asistentes. Para ella, era como distribuir droga...


        -El consumo de hoja de coca es milenario e inofensivo. La cocaína, en cambio, es nociva, ajena a nuestra cultura y extranjera. Yo protesté por el hecho de que en Sevilla no se nos permitiera exhibir al público la hoja de coca como un producto de la cultura boliviana y demostrar nuestra visión no delictiva de la hoja.

          -¿Existe confusión entre la coca y la cocaína?

        -Sin duda, y es lo que estamos tratando de combatir. Aún se confunde el uso lícito, ritual, cotidiano de la hoja de coca y el uso ilícito de la cocaína.


          -¿En qué consiste la Diplomacia de la Coca de su Gobierno?

        -Los bolivianos hemos pasado por tres etapas en esta materia. Primero lograron avergonzarnos de tener y consumir coca; después, reaccionamos y resolvimos rescatar a los campesinos que han contado siempre con su dosis de hojas de coca; y ahora, finalmente, hemos resuelto defender la coca orgullosamente, como parte de nuestra tradición y nuestra cultura. Esto es lo que estamos haciendo desde hace unos meses con la Diplomacia de la Coca.

         -¿Cree que se entiende lo que ustedes tratan de hacer?

       -Poco a poco se entenderá más. Bolivia ha acabado con los narcotraficantes de forma pacífica y ha reducido los cultivos no autorizados de hoja de coca. Eso nos confiere credibilidad para pedir que se respeten las tradiciones vinculadas al cultivo de la coca.

          -Pero, de todos modos, la hoja de coca es legal en Bolivia. Entonces, ¿qué sentido tiene la campaña?

        -Porque nos negamos a aceptar esta especie de arresto demiciliario de la coca, que aquí sea legal, pero que fuera sea un delito. O somos marcianos o nos discriminan.


            -¿Para qué les interesa mejorar la imagen internacional de la hoja de coca?

            -Aparte de que eso mejora también nuestra imagen, pretendemos buscar aplicaciones sanas a la hoja de coca. Ojalá el mate de coca que tomamos los bolivianos y los extranjeros que nos visitan fuera consumido en otros lugares del mundo. Intentamos que se divulgue el valor científico y cultural de la hoja de coca. Bolivia ha solicitado a la comunidad internacional organizada en el sistema de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que se realice un estudio serio sobre la composición química y las benéficas propiedades de la hoja de coca.
        -Sin embargo, han pasado varios meses desde que se elevó la solicitud a la OMS y no ha habido una respuesta concreta ni se sabe nada sobre el análisis pedido.
        -Nosotros mísmos estamos organizándonos para hacer nuestros propios trabajos. También contamos con la colaboración de países que han propuesto trabajar en este terreno y con la de algunos sectores privados a los que les interesa el estudio de los usos lícitos de la hoja de coca. Pero debemos reconocer que en la organización internacional hay un marcado eurocentrismo excluyente de los valores culturales de los países en desarrollo, que la hace más lenta para tratar solicitudes como la nuestra.

            -En síntesis, ¿no hay una respuesta concreta?
           
        -La respuesta ha sido afirmativa, pero no se ha empezado el estudio.

            -¿Qué opina de las recientes noticias basadas en presuntos estudios científicos que aseguran que hay cocaína en la infusión o mate de coca?

             -A mi juicio, es una agresión más de tipo cultural y económico contra nuestro país. Empieza a aparecer lo que me temía: las grandes trasnacionales de las infusiones tienen miedo de que la hoja de coca entre de forma masiva en el consumo internacional.

            -¿La Diplomacia de la Coca podría ser un paso no sólo para legalizar el uso tradicional de la hoja de coca en el mundo, sino también para legalizar el consumo de cocaína y otras drogas?

        -No necesariamente. La producción de la hoja de coca es un asunto de toda la región andina. La producción de cocaína, en cambio, es un problema de los países industrializados, que tiene millones de consumidores de cocaína. Por lo tanto no se debe confundir la reivindicación cultural y económica de la hoja de coca con un intento de legalización de la cocaína y otras drogas.

             -¿Qué opina de la legalización de la cocaína en particular y la droga en general?

             -Yo creo que este asunto corresponde de manera más directa a los países consumidores. No es un tema que se haya planteado en Bolivia, porque no somos un país consumidor. Los países que inventaron la cocaína y que consumen droga a gran escala son los que tienen que asumir, a partir de su experiencia y su ordenamiento jurídico, lo que deben hacer al respecto.
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