martes, 20 de mayo de 2008

La Mujer y el Ajedrez

-Emilio, en verdad me asombra que el ajedrez tenga tantos aficionados siendo un juego carente de acción, sin movimiento de esfuerzo físico.

-Cierto, quizá por ello son muy contadas las mujeres que juegan al ajedrez. ¿Por qué crees que sea así, Marcela?

-Esa falta absoluta de fervor entre nosotras se debe a que es el juego menos social que existe, fuera de algún raro y ahogado gruñido, impera durante todo el juego un silencio absoluto, no es un juego en el que se den violentas emociones, ni las sorpresas de los juegos de azar, ni siquiera tiene en su haber la virtud de contribuir al fomento de la salud o al acrecentamiento del saber. No figura el nombre de una sola mujer en la constelación de los grandes maestros. ¿Por qué las mujeres no somos tan buenas en ajedrez como ustedes los hombres? Me duele decirlo, porque a mí me gusta, pero debo admitirlo, es obvio que el ajedrez femenino es inferior al masculino.

-En la actualidad hay un buen número de mujeres que juegan bien, algunas aun mejor que el promedio de los hombres, pero como tú dices, con tristeza se admite que el ajedrez femenino es inferior al masculine. Creo que una de las diferencias entre el hombre y la mujer es que al hombre le encanta competir, son reminiscencias de nuestros ancestros cavernícolas que tenían que ir de cacería para llevar de comer a las mujeres que estaban en amena charla y tertulia gestando y cuidando niños.
A los hombres nos gusta el futbol, en cambio a las mujeres les encantan las telenovelas; a las mujeres no les gusta competir, prefieren compartir, no pelear por las cosas, lo vemos a diario, los niños suelen jugar a las luchas y las niñas juegan a las muñecas.

-Emilio, quizá la explicación que me agrada más es que faltan estimulos y oportunidades para las mujeres, es probable que se deba en principio, a la falta de enseñanza a las niñas de edad escolar o en el ambiente familiar.

-A mí me parece que el ajedrez por ser un juego de guerra en el que se enfrentan dos ejércitos, ha sido considerado por siglos como juego exclusivo para los hombres; sin embargo, los tiempos cambian y la mujer ha ido conquistando, con todo merecimiento, su lugar en el campo del ajedrez.

-Emilio, no he sabido de mujeres que hayan sobresalido en el ajedrez, sólo se sabe de los grandes campeones como Capablanca, Fischer, Spassky, Karpov, por mencionar algunos, sin embargo, no sé de ninguna mujer que haya dejado su huella en la historia.

-Cómo no, ¿No has oído hablar de la gran Vera Menchik?

-¿Quién?

-Vera Menchik fue la primera en demostrar que las mujeres pueden jugar al mismo nivel que los hombres, ganó el primer campeonato mundial femenino en 1927 y conservó el título hasta su muerte en 1944. Entre los grandes maestros que perdieron alguna partida con Vera Menchik, estuvieron Max Euwe (campeón mundial de 1935 a 1937), Samuel Reshevski, Sultán Khan, sir George Thomas, Colle, Colombek y Yates.

-¿Era rusa?

-Aunque ella nació en Moscú, su padre fue checo su madre inglesa.

-¿Cuándo nació?

-Nació el 16 de febrero de 1906, los primeros 15 años de su vida los pasó en Moscú, su amor por el ajedrez lo adquirió en el seno familiar, en 1921 se trasladó a Hastings, Inglaterra. A los 17 años de edad, Vera se asoció al club de ajedrez Hastings, donde fue discípula del gran maestro húngaro Goza Maroczy, uno de los mejores ajedrecistas de la época. Debutó de forma magistral en el torneo de Scarborough, en 1928, con 50% de los puntos, en 1929 jugó en París y en Carlsbad; el campeonato de Carlsbad lo ganó Nimzowitch, con medio punto de ventaja sobre Capablanca y Spielmann. Vera quedo en último puesto con tres puntos, en ese torneo se fundó el famoso "club Menschik", exclusivo para hombres.

-¿Cómo un club exclusivo para hombres, si se trata de ganar terreno para las mujeres?

-Antes de comenzar el campeonato en Carlsbad, el maestro vienés Becker propuso en forma desdeñosa que todo aquel que perdiera con la campeona femenina debería otorgarsele el privilegio de ser socio del "club Menchik". Becker fue su primer asociado, seguido de Sämish, quienes fueron derrotados por ella. El nivel alcanzado por Vera Menchik fue tan alto que varios de los mejores ajedrecistas del momento se vieron obligados a rendir su rey, y el "club Menschik", iniciado en broma entre los que perdían, pronto llegó a tener un grupo numeroso de miembros.

-Oye, Emilio ¿cómo murió?

-Siendo la mejor ajedrecista del momento quedo enterrada, junto a su madre y hermana, en su casa de Londres, al estallar en el techo una bomba alemana V-2 en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial, el 27 de junio de 1944.
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