MORGAN FREEMAN
El actor estadounidense Morgan
Freeman, reconocido activista contra la discriminación racial, afirmó que ese
prejuicio sigue vivo en su país, aunque confía en que es una cuestión de tiempo
y que va a pasar.
El actor estadounidense Morgan
Freeman, reconocido activista contra la discriminación racial, afirmó que ese
prejuicio sigue vivo en su país, aunque confía en que es una cuestión de tiempo
y que va a pasar.
Morgan, de 75 años, escogó vivir en
Mississippi -uno de los estados más violentos durante la época de segregación
racial estadounidense- pese a que sus cinco nominaciones al Oscar y la
admiración de su trabajo por prominentes cineastas le permitirían vivir en un
palacete de las colinas de Beverly Hills.
Como en la mayoría de los estados del
sureste, en Mississippi siguen existiendo sucesos de discriminación racial que
reviven la historia social más triste del país y mantienen al actor con los
pies en la tierra, contó Freeman en Clearwater, un balneario cerca de Tampa
(Florida, sureste) donde promocionó la cinta Dolphin Tale, que se estrena este
viernes en las salas.
El pasado 26 de junio el adolescente
blanco Deryl Dedmon y su grupo de amigos salieron de una fiesta con la decisión
de ir a matar a algún afroamericano en los barrios del oeste de la capital del
estado, Jackson.
Su víctima fue James Anderson Craig,
un hombre de 49 años, cuyo único pecado fue encontrarse en el camino con estos
jóvenes con ideas racistas.
El racismo sigue
vivo en este país, no solamente en el sureste, dijo el ganador de un Oscar en
2005 por Million Dollar Baby. Y recuerda que en el pueblo donde vive,
Charleston, todavía ahora, los niños no están autorizados a socializar entre
blancos y negros.
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