martes, 17 de abril de 2012

Biografía y citas de Avicena



(980 - 1037)
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1. BIOGRAFÍA
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Avicena, o simplemente Ibn Sina (como fue llamado en Persia) nació el 7 de agoto del año 980 en Afshana (provincia de Jurasán, actualmente Uzbekistán), Persia, cerca de Bujara, murió en Hamadan, 1037).
Sus padres eran musulmanes.
Cuando su padre fue nombrado funcionario, le acompañó, estudiando en la capital (Bujara) los conocimiento de la época, tales como física, matemáticas, filosofía, el Corán, jurisprudencia y lógica.
Cuando tan sólo contaba con 18 años ya gozaba de fama como médico salvando la vida al emir de Bujara, Nun ibn Mansur. A cambio tan sólo pidió permiso para acceder a la biblioteca real de los samaníes, gracias a la cual amplió sus conocimientos de matemáticas, música y astronomía.
Sus discípulos le llamaban Cheikh el-Raïs, es decir 'príncipe de los sabios', o el más grande de los médicos, el Maestro por excelencia, o en fin el tercer Maestro (después de Aristóteles y Al-Farabi).
Es asimismo uno de los principales médicos de todos los tiempos.
Educado por su padre en Bujara (pasó toda su vida en las regiones del centro y el este de Irán), a los diez años ya había memorizado el Corán y numerosos poemas árabes. Estudió medicina durante su adolescencia, hasta recibir, con sólo dieciocho años, la protección del príncipe Nuh ibn Mansur, lo cual le permitó entrar en contacto con la biblioteca de la corte samánida.
Su vida sufrió un brusco cambio con la muerte de su padre y la caída de la casa samánida por obra del caudillo turco Mahmud de Ghazna.
Necesitó echar mano de su gran capacidad de concentración y de su enorme fuerza intelectual para continuar su extensa labor con una meritoria consistencia y continuidad.
Durante el siguiente período de su vida ejerció la medicina en diversas ciudades de la región de Jorasan, hasta recalar en la corte de los príncipes Buyid, en Qazvin.
En estos lugares no encontró el soporte social y económico necesario para desarrollar su trabajo, por lo que se trasladó a Hamadan, ciudad gobernada por otro príncipe Buyid, Shams ad-Dawlah, bajo cuya protección llegó a ocupar el cargo de visir, lo que le valió no pocas enemistades que le obligaron a abandonar la ciudad tras la muerte del príncipe.
Fue en esta época cuando escribió sus dos obras más conocidas. El Kitab ash-shifa es una extensa obra que versa sobre lógica, ciencias naturales (incluso psicología), el quadrivium (geometría, astronomía, aritmética y música) y sobre metafísica, en la que se reflejan profundas influencias aristotélicas y neoplatónicas.
Por último se trasladó a la corte del príncipe Ala ad-Dawlah, bajo cuya tutela trabajó el resto de sus días.
En 1021, la muerte del príncipe Shams al-Dawla y el comienzo del reinado de su hijo Sama' ad-Dawla cristalizaron las ambiciones y los rencores.
Víctima de intrigas políticas Avicena fue a la cárcel. Disfrazado de derviche consiguió evadirse y huyó a Ispahán, al lado del emir kakuyida Ala ad-Dawla Muhammed.
Sus trabajos abarcaron todos los campos del saber científico y artístico de su tiempo, e influyeron en el pensamiento escolástico de la Europa medieval, especialmente en los franciscanos.
Escribió cerca de cuatrocientos cincuenta libros sobre diferentes temas, predominantemente de filosofía y medicina.
A los 20 años, y por mediación de Abú Bakr al-Barjuy, escribió diez volúmenes llamados "El tratado del resultante y del resultado" y un estudio de las costumbres de la época conocido como "La inocencia y el pecado". Con estos libros su fama como escritor, filósofo, médico y astrónomo se extendió por toda Persia, dedicándose a viajar.
Cuando tan sólo contaba con 32 años, Avicena inició su obra maestra, el celebérrimo Canon de Medicina (traducida al latín por Gerardo de Cremona), que contiene la colección organizada de los conocimientos médicos y farmaceúticos de su época en 5 volúmenes.
Esto no es de extrañar si echamos un vistazo a los hallazgos científicos que logró, gracias a su pasión por el estudio.
Vease algunos de ellos:

• Puede ser considerado el inventor de la traqueotomía.
• Describe las dos formas de parálisis faciales (central y periférica)
• Da la sintomatología del diabético.
• Da una descripción de la Catarata, de la meningitis, etc.
• Presiente el papel de las ratas en la propagación de la peste.
• Indica que ciertas infecciones se transmiten por vía placentaria.
• Descubre que la sangre parte del corazón para ir a los pulmones, y volver, y expone con precisión el sistema de ventrículos y de válvula del corazón.
• Es el primero en describir correctamente la anatomía del ojo humano.
• Emite también la hipótesis según la cual el agua y la atmósfera contendrían minúsculos organismos vectores de algunas enfermedades infecciosas.
• Entre otras muchas cosas…
También fue una eminencia en filosofía: planteó, muchos siglos antes, unos pensamientos similares a los del Cogito ergo sum de Descartes e influyó poderosamente en los pensamientos de Tomás de Aquino, Buenaventura y Escoto.
Sus libros filosóficos suponen el hermanamiento del Islam a la filosofía griega.
Su figura ha inspirado también importantes novelas como el famoso libro de Noah Gordon, El médico, que narra la ilusión de un joven inglés, aprendiz de medicina, por aprender del gran maestro de su época o Avicena o la ruta de Isfahán de Gilbert Sinoué que nos cuenta la biografía de este gran médico con sus pasiones y sabiduría..
Del conjunto de su obra nos han llegado 105 volúmenes, algunos de marcado carácter enciclopédico como su otra gran obra conocida: el Libro de la Curación.
La obra de Avicena dentro de la filosofía es de una importancia capital, pues supone la presentación del pensamiento aristotélico ante los pensadores oocidentales de la Edad Media. Sus obras se tradujeron al latín en el siglo XII, reforzando la doctrina aristotélica en Occidente aunque fuertemente influída por el pensamiento platónico.
Avicena declaró haber leído en más de cuarenta ocasiones la Metafísica de Aristóteles sin llegar a entenderla del todo, pues no expone el orígen de las cosas como obra de un Creador bondadoso. Avicena mezcló la doctrina aristotélica con el pensamiento neoplatónico, adaptando a su vez el resultado al mundo musulmán. Colocó a la Razón (encarnada en el propio Dios) por encima de todo ser y explicó que con esto se nos llama a buscar la perfección. También distinguió entre la esencia abstracta y el ente concreto que no exige existir, pero existe por la esencia. Además, el ente está compuesto por una parte necesaria (en este caso Alá, que existe siempre) y una parte de lo posible (el resto de los seres mundo, que sólo existen por una causa: la voluntad de Dios). Niega también la inmortalidad del alma como ente individual.
Además de numerosas obras de medicina escribió también sobre filosofía, donde conjugaba la tradición aristotélica con elementos neoplatónicos.
También planteó un pensamiento similar al de Descartes, pero mucho antes que éste, en el que exponía que un hombre suspendido en el aire aislado, sin ningún contacto con nada, ni siquiera su propio cuerpo, sin ver ni oir, afirmará sin duda alguna que existe, intuirá su propio ser.
En muchos libros de filosofía se hermanan el pensamiento de Avicena con el del cordobés Averroes(1126 - 1198), pues suponen el acercamiento del Islam (y del Cercano Oriente en general) a la filosofía griega.
Murió en 1037 en Hamadán (entonces Persia, actualmente Irán), donde aún hoy se le venera.
Durante una expedición a Hamadán, en el actual Irán, el filósofo sufrió una crisis intestinal grave, que padecía desde hacía tiempo y, que contrajo, según dijeron, por exceso de trabajo y de placer. Intentó curarse solo pero su remedio le fue fatal. Murió a los cincuenta y siete años en el mes de agosto de 1037, tras haber llevado una vida muy ajetreada y llena de vicisitudes, en parte por la vida disipada que llevaba, y por el exceso de trabajo. Arruinado pronto, murió en 1037 de un cólico. Esta enterrado en Hamadán donde todavía hoy día se le venera.
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2. CITAS
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• Ahora está establecido en las ciencias que ningún conocimiento es adquirido excepto a través del estudio de sus causas y comienzos, si es que ha tenido causas y comienzos.
Avicena, (980 - 1037); erudito persa.
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• El conocimiento de cualquier cosa, dado que todas las cosas tienen causas, no es adquirido o completo a menos que sea conocido por sus causas.
Avicena
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• El vino es el amigo del sabio y el enemigo del borracho. Es amargo y útil como el consejo del filósofo, está permitido a la gente y prohibido a los imbéciles. Empuja al estúpido hacia las tinieblas y guía al sabio hacia Dios.
Avicena
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• Por lo tanto en medicina debemos saber las causas de la salud y la enfermedad.
Avicena
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4 citas de 9 de Avicena
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