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CARPINTERO PELANGOCHE
Hace varios años, mientras hacía yo un trabajo de carpintería en un convento, una ráfaga se llevó una hoja de madera y la arrojó contra una ventana sobresaliente recién instalada. furioso, proferí algunas palabras, pero luego, recordando dónde estaba, me volví y vi a una monja de edad que se hallaba de pie cerca de mi.
-Disculpe mi lenguaje -comenté, pero la religiosa alzó la mano para callarme.
-No hay necesidad de disculparse -explicó-. Me trajo un torrente de recuerdos de mi niñez: También mi padre era carpintero.
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