jueves, 8 de agosto de 2019

Año 1629


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AÑO 1629


-¿A que correspondían los diversos calendarios al año 1629?

-1629 en otros calendarios:

  Calendario gregoriano: 1629.

1629 (MDCXXIX) fue un año común comenzando en lunes, según el calendario gregoriano.

  Calendario armenio: 1078.
  Calendario chino: 4325-4326.
  Calendario hebreo: 5389-5390.
  Calendario hinduí: 1684-1685.
  Calendario persa: 1007-1008.
  Calendario musulmán: 1038-1040.
  Calendario rúnico: 1879

-¿Qué tiene de especial el año 1629?

-Los acontecimientos importantes ocrridos en ese año fueron:

  28 de junio: Se deroga el Edicto de Nantes en Francia.
  Las tropas neerlandesas de las Provinias Unidas asedían Bolduque en el marco de la guerra de Flandes.
  Inundación en la Ciudad de México.
  En octubre surge la peste de Milán.
  Batalla de Las Congrejeras en el contexto de la Guerra de Arauco.

Nacimientos importantes nacidos en 1629:

  14 de abril: Christiaan Huygens, astrónomo, físico y matemático neerlandés.
  8 de mayo: Niels Juel, almirante noruego-danés.
  17 de octubre: Baltasar Carlos de Austria, aristócrata español, hijo del rey Felipe IV.

Fallecimientos en 1629:

  11 de julio: Bartolomeo Cesi, pintor italiano.
  2 de octubre: Pierre de Berulle, cardenal y escritor ascético francés.

-¿Qué me puedes decir de la gran inundación de México en 1629?

-El 20 de septiembre de 1629, el cielo azul y transparente del valle de México se ennegreció como nunca antes y un cúmulo nubes se agolparon sobre la capital de la Nueva España. 

-Al caer la noche, rayos y truenos anunciaron la  impresionante tormenta que se avecinaba. 

-Durante treinta y seis horas ininterrumpidas el agua cayó sobre la ciudad de México y la tranquila vida colonial fue trastocada. 

-Para unos, el torrencial aguacero era un castigo de la Providencia por los excesos de los españoles. 

-Para otros, Tláloc, el antiguo dios de la lluvia de los aztecas, lloraba sobre México desde su derrota en 1521.

-En julio anterior había comenzado la temporada de lluvias con una intensidad inusual. 

-Los niveles del lago de Texcoco y la laguna de México crecían precipitadamente y parecía advertirse una difícil situación: en las afueras de la ciudad las aguas avanzaban lentamente sobre las calles de tierra. 

-Septiembre trajo consigo el momento más crítico de la temporada y la capital novohispana quedó completamente inundada. 

-Sólo una pequeña parte de Tlatelolco y otra de la plaza mayor quedaron a salvo de las aguas. La pequeña isla que se formaba donde se erigían el palacio virreinal y la catedral se le conoció como ‘isla de los perros’ por la  gran cantidad de canes que alcanzaron su salvación al refugiarse en ella.

-La inundación de 1629 fue considerada como una de las calamidades o plagas bíblicas. 

-Los estragos fueron terribles; cerráronse los templos, suspendieron sus trabajos los tribunales, arruinóse el comercio, comenzaron a desplomarse y a caer multitud de casas.

-En octubre, el arzobispo don Francisco Manzo de Zúñiga, escribió al rey “que en menos de un mes habían perecido ahogados o entre las ruinas de las casas más de treinta mil personas y emigrado más de veinte mil familias”. 

-La gente sólo encontraba consuelo en la iglesia y los oficios se realizaban en cualquier lugar disponible:

-En balcones -escribió Francisco Javier Alegre-, en andamios colocados en las intersecciones de las calles y aun en los techos se levantaron altares para celebrar el santo sacrificio de la misa, que la gente oía desde azoteas y balcones, pero no con el respetuoso silencio de los templos, sino con lágrimas, sollozos y lamentos, que era un espectáculo verdaderamente lastimoso.

-Curiosas escenas se presentaban cotidianamente. 

-La gente recurrió a la intercesión de la virgen de Guadalupe y las autoridades civiles y eclesiásticas acompañadas por gran cantidad de gente del pueblo, organizaron una procesión sin precedentes en la historia de México: a bordo de vistosas embarcaciones -canoas, trajineras, barcazas- la Guadalupana fue llevada desde su santuario en el cerro del Tepeyac hasta la Catedral de México.

-La inundación duró varios años y las pérdidas fueron cuantiosas. 

-El otrora esplendoroso valle de México aparecía devastado por las epidemias y el hambre. 

-Muchas de las familias españolas emigraron a Puebla de los Ángeles y propiciaron su desarrollo comercial, mientras la ciudad de México continuaba su decadencia. 

-Las canoas que transitaban junto al palacio virreinal y cerca de la catedral, recordaban las viejas acequias de Tenochtilan, por donde corrían libremente sin que la ciudad estuviera inundada.

-A oídos del rey Felipe IV llegó la terrible noticia de la gran inundación de 1629 y considerando que todo remedio para salvar a la capital de la Nueva España era imposible ordenó abandonar la ciudad y fundarla nuevamente en tierra firme, en las lomas que se extendían entre Tacuba y Tacubaya.

-Sorprendentemente, las autoridades virreinales y las pocas familias que permanecieron fieles a la ciudad, rechazaron la idea del rey de España. 

-El argumento económico era muy sólido: trasladar la sede del virreinato costaría cincuenta millones de pesos y desecar la laguna tres o cuatro millones de pesos. 

-Las pérdidas ascendían a poco más de seis millones, pero aún así, la cantidad era considerablemente menor.

-Al igual que Cortés en 1521, en 1629 los españoles comprendieron que la grandeza de la ciudad de México tenía su origen en el sitio que había ocupado la imperial Tenochtitlan. 

-Su nombre era ya reconocido en el mundo y la historia de su grandeza ahí estaba escrita.
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LA GRAN INUNDACIÓN DE 1629

Bernardo García Martínez

-La ciudad colonial de México prosperó a pesar de las dificultades que le planteaba su entorno natural en medio de un lago. 

-Llegó un momento en que su situación se hizo casi insostenible, pues quedó inundada por varios años. 

-Se propuso mudarla a la ribera del lago, donde tendría un asiento más favorable, pero se impuso el punto de vista de quienes querían dejarla en su lugar original.

-La ciudad de México está situada, como es bien sabido, en una cuenca cerrada por naturaleza, es decir, en un recinto fisiográfico cuyas aguas no tienen salida natural hacia tierras más bajas y el mar. 

-El que dicha cuenca sea conocida comúnmente como Valle de México es inexacto desde el punto de vista geomorfológico, pero esa pequeña violencia al purismo en las expresiones es aceptada por casi todos. 

-Además, la cuenca ya no es cerrada pues se le han abierto salidas artificiales por las cuales fluye el agua que se desea extraer. 

-El que se haya hecho violencia a la naturaleza es algo también generalmente aceptado, o al menos rara vez cuestionado.

-Casi todas las cuencas cerradas suelen albergar cuerpos de agua, resultado de las precipitaciones y escurrimientos de las laderas, los cuales tienden a ser salobres cuando su limitada circulación se combina con un suelo de naturaleza salina. 

-Es historia sabida de todos que la cuenca de México albergaba varios lagos de considerable extensión y que en una de las islas que había en ellos se fundó Tenochtitlan. 

-Diversos estudios nos permiten conocer la extensión y otras características de esos lagos -México, Texcoco, Xochimilco, Xaltocan, Zumpango y otros- en tiempos prehispánicos. 

-Los límites entre ellos eran ambiguos, marcados en algunas partes de manera natural por franjas cenagosas y en otras por obras artificiales - diques, compuertas, áreas chinamperas- que propiciaban una distribución diferencial de las aguas, que en partes eran dulces y en partes saladas. 

-Tales construcciones contenían los excedentes de los lagos más altos (Zumpango, Xaltocan, Xochimilco) y mantenían las aguas salobres (de Texcoco) lejos del entorno de la ciudad. Con todo, el espejo de agua, en gran parte de su extensión, era muy poco profundo, lo que lo hacía muy susceptible a los efectos de la evaporación. 

-La aparente unidad lacustre desaparecía en periodos de seca, cuando los distintos cuerpos de agua quedaban desconectados.

-La ciudad de México, reedificada con traza española, ocupó durante sus primeros años de vida el espacio de Tenochtitlan y algo más. 

-El lago cedía en superficie, pues por un lado los escombros de la antigua ciudad llenaron muchos canales y por otro avanzaba el azolvamiento. 

-Éste era resultado de un proceso connatural al contexto hidrológico de toda cuenca cerrada, pero ya se había acelerado con las obras que entorpecían la circulación de las aguas y se aceleró aún más en la época colonial con el arrastre de materiales de erosión que provenían del pastoreo, el uso del arado y la tala de grandes árboles. 

-Sus troncos se destinaban por millares a cimentar - o mal cimentar- las nuevas construcciones que se erigían sobre el suelo fangoso y mal consolidado. 

-Todo ello era reflejo de los nuevos usos del suelo y las nuevas tecnologías traídas por los españoles, aunque también de sus cuestionables decisiones: 

-¿Por qué ese empeño en construir la nueva ciudad en ese lugar, pudiendo haberlo hecho por Tacubaya o Coyoacán, con el lago a sus pies? 

-Cierto, hubo razones políticas e ideológicas de mucho peso. 

-Se quiso que la nueva México fuese sucesora directa de Tenochtitlan. 

-Pero también hubo ceguera. 

-El azolvamiento de los lagos y la retención imperfecta de sus flujos se combinaba con el hundimiento de las áreas construidas para ocasionar en las aguas un comportamiento errático. impredecible. 

-La ciudad de México, capital indiscutible, se vestía con nuevas fachadas y paisajes, pero, comprensiblemente, se inundaba con frecuencia, como si sus antiguos canales se rehusaran a morir. 

-Acequias, muelles, diques y albarradas fueron parte del paisaje urbano de esa ciudad de aire entre militar y eclesiástico, tosca y casi medieval, de la cual prácticamente nada subsiste en nuestros días.

-Poco a poco los españoles fueron puliendo y hermoseando la ciudad, y esto, según su entendimiento, implicaba combatir su carácter lacustre, que no cuadraba bien con el ideal urbanístico que los guiaba. 

-Lograron contener de manera más efectiva el agua de los lagos vecinos con nuevos diques y compuertas. 

-Pero eso era una solución falsa. Por un lado, al subir de nivel, esos lagos causaban trastornos en la población asentada en torno a ellos y, por otro, exponían a la ciudad a un potencial desbordamiento violento. 

-Era casi seguro que un año con lluvias abundantes se tradujera en una repentina y persistente inundación, y así ocurrió, entre otras fechas, en 1555, 1580, 1607, 1615 y 1623. 

-Con el agua a la cintura, pero empeñados en no mudarse, los españoles se fueron convenciendo de que el problema sólo se solucionaría dando desagüe a la cuenca.

-¿Era la naturaleza domable o indomable?

-El proyecto no era descabellado, pues en el entorno del valle había un punto -cerca de Huehuetoca- donde era posible, con cierto esfuerzo, hacer un tajo y perforar un túnel de casi siete kilómetros que se abriera hacia la cuenca del río Tula. afluente del Pánuco. Así se hizo, y con prontitud, entre 1607 y 1608, aunque después hubo que emprender innumerables arreglos. 

-El "Desagüe" -como se conoció al túnel y sus construcciones adyacentes- fue sin duda la más grande y admirable obra de ingeniería realizada hasta entonces en el continente. 

-Sin embargo, en su esencia, no era más que una salida para el principal no que alimentaba el lago de Zumpango, el más alto de todos, y su función inmediata era evitar que éste acumulara excedentes que elevaran su nivel y rebasaran las contenciones que se habían hecho para detener su flujo natural hacia los lagos más bajos.

-La medida era razonable, pero el sistema lacustre era mucho más complejo, de modo que el "Desagüe" no podía solucionar todo y mucho menos satisfacer a los muchos que soñaban con un drenaje total. Éstos criticaron la obra con ferocidad y en 1623 lograron que se suspendiera su mantenimiento, que era muy costoso, convenciendo al virrey marqués de Gelves de que no servía para nada. Porque. debe anotarse, el asunto en la política. 

-El cabildo de la ciudad estaba muy consciente del problema, pero miraba primero su bolsillo cuando tenía que enfrentar las fuertes erogaciones que implicaba el proyecto. 

-Tenía que negociar préstamos e impuestos, y a menudo dejaba el asunto en manos de los virreyes. 

-Esta vez se arrepintió. La medida de Gelves fue inoportuna y desastrosa porque la ciudad se inundó inmediatamente después. 

-Cierto que, con o sin el "Desagüe" tal vez de todos modos se hubiera inundado porque venían años de muchas lluvias.

-La situación pintaba mal para la ciudad desde l627. Dos años después, en julio. su periferia ya estaba inundada, y luego de una serie de aguaceros excepcionales -del 21 al 22 de septiembre de 1629 de la orgullosa y prepotente ciudad de México sólo emergía un pequeño pedazo alrededor de la plaza mayor. 

-A este lugar se le llamó isla de los perros porque muchos buscaron refugio allí. Pero el resto del casco urbano quedó cubierto por uno y en partes hasta dos metros de agua. y la inundación había causado centenares de muertes y el colapso de chozas, jacales y casuchas. 

-Los pisos altos, secos, no eran muchos. En ellos se refugiaron los pudientes, quienes pronto mandaron hacer canoas para desplazarse de un lugar a otro. 

-Las autoridades, con premura, se ocuparon de prestar ayuda a los damnificados: comida, hospitales, alojamiento, etc. El gobierno de la ciudad, aunque involucrado tarde en el asunto, se desvivió procurando el control de la distribución y los precios del maíz y la carne (que se dispararon), y asimismo dispuso la concentración de los mercados en los puntos menos afectados (una medida muy conflictiva porque puso a los competidores cara a cara). 

-Se levantaron terraplenes, puentes de madera, pasillos y otros artificios que permitían malamente desplazarse a pie. 

-Se bombeó el agua fuera de algunos recintos. Las misas, tan importantes en ese mundo, se celebraron en las azoteas.

-Hasta este punto la historia pudo haber sido no tan diferente de la de otras inundaciones sufridas por la ciudad, pero conforme pasaban los días y los meses era evidente que se estaba viviendo no un momento, sino un periodo extraordinario. Porque el agua. aunque bajó un poco, quedó cubriendo las calles y desmoronando las casas de adobe -las más pobres- por todo lo que restó de 1629. Y así siguió en 1630 y 1631, volviendo a subir de nivel con cada aguacero. 

-La inundación, variable, persistió por cinco años. Le puso fin una temporada de sequía en 1634, pero los barrios más afectados -Santa Catarina y Santa Ana- todavía permanecieron desiertos por otro año más. 

-La gente más desposeída sufrió indescriptiblemente. 

-Murieron, tal vez, 30,000 personas, la mayoría a consecuencia de las enfermedades asociadas a la escasez y carestía de bastimentes y al ambiente lodoso e insalubre. 

-Quien pudo irse, se fue. La ciudad tenía al parecer unos 150,000 habitantes, y se supone (porque no hay estadísticas de esto) que no menos de 50,000 empacaron sus cosas -si algo les quedó para proseguir su vida en otro lugar.
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