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TATUAJES (1)
-¡Oye Emilio!, ¿qué opinas de los TATUAJES?
-En lo personal no me gustaría tener un TATUAJE. Me parece que es un atentado a la naturaleza, es un signo de eros torcido.
-Los TATUAJES son universales; los colonizadores ingleses del siglo pasado los prohibieron a los polinesios, pero los mismos ingleses, al igual que todos los occidentales, se tatúan.
-¿Por qué crees tú que algunas personas se tatúan?
-Las personas que modifican su cuerpo lo hacen por varios motivos: preocupaciones eróticas, fetichistas, estéticas, religiosas o jerárquicas.
-¿Cómo que jerárquicas?
-Sí, por ejemplo los antiguos mandarines chinos se dejaban crecer las uñas en forma desmedida, lo que significaba su alta jerarquía.
-¿Por qué dices que tener un TATUAJE es un atentado a la naturaleza?
-Solo el ser humano es capaz de modificarse el cuerpo. ¿cuándo has visto que algún perro haya pensado en ponerse aretes? Solo las mujeres y ahora algunos hombres. Ninguna bestia atenta contra la naturaleza, el ser humano es el único ser que atenta contra la ecología. Sólo el ser humano es capáz de inventar locura y media.
-Según ésto el que se queda parecido a la naturaleza no se distingue de la bestia.
-Así es. Actualmente como en la antigüedad, hay que pintarse, remodelarse, mutilarse, tatuarse, torturarse, volverse monstruo, para dejar de ser bestia.
-En cuanto a los incisivos tallados de los sudaneses, no existe ninguna diferencia.
-A parte de los TATUAJES, ¿qué otras deformaciónes se acostumbraban en la Antigüedad?
-Las deformaciones de los cráneos fueron señaladas por Hipócrates entre los griegos; más tarde; los mayas las utilizaron para acentuar la dolicocefalía.
-En África, los mangbetus del otrora Congo belga, alargan las cabezas de sus bebés.
-Las narices están horadadas, estiradas, ornamentadas, así como las orejas, los labios, los dientes, los cuellos.
-Las tribus birmanas encierran el cuello de las niñas en unas espirales de metal cada vez más altas para producir "mujeres jirafas"; al quitar la espiral, la cabeza cae y causa la muerte de la mujer.
-En el siglo XIX los chinos metían los pies de las mujeres para que no les crecieran; los pies atrofiados de las niñas se habían vuelto una obsesión nacional.
-Los corsés eran tan apretados que las desgraciadas mujeres que los llevaban tenían las costillas encimadas.
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