(1872 è 1970)
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1. BIOGRAFÍA
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Bertrand
Russell fue hijo de John Russell, Vizconde de Amberley y de Katherine Louisa
Stanley (1844 - 1874), hija de Edward Stanley,
2º Baron Stanley de Alderley.
Los
padres de Bertrand Russell eran liberales radicales y deseaban que su hijo
recibiese una educación libre de religión a cargo de tutores elegidos por ellos
mismos.
Sus
ideas estaban influídas por la filosofía de John Stuart Mill, del cual eran
amigos. Pero la muerte de la madre y el padre de Russell, cuando éste contaba
con dos y cuatro años respectivamente, impidieron los planes previstos y
Bertrand fue llevado a la casa de su abuela paterna, una mujer cultivada, de
ideas liberales en política y religión pero de una moral muy estricta,
particularmente en cuestiones como el sexo, lo que producía una atmósfera
opresiva.
Russell
se convirtió en un niño tímido, retraído y solitario.
La
siguiente descripción del ambiente en el que Russell se educó corresponde a una
amiga de la infancia:
"Bertie,
un niño solemne, con un traje de terciopelo azul y una institutriz igualmente
solemne, siempre fue muy gentil conmigo y me encantaba ir a tomar el te a
Pembroke Lodge. Pero aún siendo una niña, me daba cuenta de cuán inadecuado era
aquel lugar para educar a un niño. Lady Russell hablaba siempre en voz baja y
Lady Agatha siempre vestía un chal blanco y parecía oprimida. Bertie no hablaba nunca... Todos entraban y
salían de las habitaciones como fantasmas y nadie parecia tener nunca
hambre."
Durante
la adolescencia, la soledad de Russell se acentuó. El desarrollo de su
sexualidad y las prohibiciones en torno al tema le produjeron numerosos
conflictos. Igualmente sucedió con respecto a la religión. Al no poder expresar
libremente su opinión con respecto a la existencia de Dios, el libre albedrío y
la inmortalidad del alma, pues sus ideas al respecto habrían sido consideradas
escandalosas, escribía sus reflexiones en griego en un cuaderno haciéndolas
pasar por ejercicios escolares.
Junto
al sexo y a la religión hay otro tema fundamental que preocupa al Russell
adolescente, pero en este caso supone una fuente de dicha y felicidad: las
matemáticas.
"A
los once años empecé a estudiar geometría, teniendo por preceptor a mi hermano.
Fue uno de los grandes acontecimientos de mi vida, tan deslumbrante como el
primer amor. Jamás había imaginado que pudiera haber algo tan delicioso en el
mundo. (...) Como toda felicidad, sin embargo, no era completa. Se me había
dicho que Euclides demostraba las cosas, y me sentí profundamente decepcionado
al ver que empezaba con axiomas. Al principio, me negué a admitirlos, a menos
que mi hermano me ofreciese algún razonamiento para que lo hiciera, pero éste
me dijo: 'Si no los admites, no podemos seguir adelante'. Como yo deseaba
seguir adelante, los admití a
regañadientes. La duda que me asaltó en aquel momento respecto de las premisas
de las matemáticas no me abandonó y determinó el curso de mi labor
subsiguiente."
Si
hasta el momento la educación de Russell se había llevado a cabo por medio de
tutores particulares que siempre duraban poco, pues al parecer Russell
conseguía su confianza y era con esas personas con quien podía discutir en
algunos de los temas prohibidos, situación que terminaba cuando la familia
tomaba conciencia de ellos.
En
1890 ingresa en el Trinity College. Para Russell esto fue encontrar "un
mundo nuevo de infinitas delicias".
Por
primera vez se encuentra entre gente que valora las ideas originales, donde la
libre discusión es la norma y donde no es criticado por decir lo que piensa,
sino al contrario. Poco a poco Bertrand pierde su rigidez y timidez y se va
integrando entre los alumnos.
Es
incluso invitado a ser miembro de una sociedad denominada "Los
apóstoles", en las que se encontraban las mentes más brillantes. La
sociedad se reunía los sábados por la noche y la norma principal era la
ausencia de tabúes, nada más opuesto al ambiente en el que se había educado.
Russell
estudió matemáticas durante los tres primeros años, y se examinó de filosofía
en el cuarto, en 1894.
Ese
mismo año contrae matrimonio con Alys Smith, perteneciente a una familia de
cuáqueros americanos, a pesar de la oposición de su familia.
Russell
había entablado amistad con Alys antes de entrar en Cambridge y para él ella
era "la más emancipada de todas las jóvenes que conociera hasta entonces,
porque estaba en la Universidad, cruzaba el Atlántico sola y era íntima amiga
de Walt Whitman".
En
adelante la doble vertiente de su trabajo fue su labor filosófica dedicada a la
lógica y a las matemáticas, y su trabajo no académico en torno a multitud de
asuntos sociales, determina también sus actividades.
La
labor académica lo lleva a trabajar en su disertación para la Fellowship del Trinity, trabajo que culmina en su
Ensayo sobre los fundamentos de la Geometría.
En
1900 elabora Los principios de la matemática y poco después comenzaría su colaboración A. N. Whitehead
para escribir los tres volúmenes de los Principia Mathematica, la que sería su
obra cumbre en la que pretendía reducir la matemática a la lógica.
Fueron
tiempos difíciles por diversos motivos, por la dificultad del proyecto, por los
problemas personales, tanto de Russell, que había dejado de querer a Alys, como
de Whitehead.
Fueron
en total diez años de duro trabajo para cuya publicación los autores debieron
incluso pagar, pues los editores no consideraban la obra rentable de ningún
modo.
La
labor extra-académica de Russell fue causa y origen de numerosos viajes en los
cuales el filósofo observaba de primera mano la situación en diversos países y
se entrevistaba con las personalidades relevantes del momento. Así, viajó dos
veces a Alemania con Alys en 1895, el año siguiente viajaría a EE.UU. Más
adelante, en 1920, junto con una delegación del Partido Laborista Británico,
viajaría a Rusia y se entrevistaría con Lenin, viaje que acabaría con las
esperanzas que inicialmente tenía con respecto a los cambios que el comunismo
produciría.
Poco
después, junto con Dora Black, que acabaría siendo su segunda esposa, viajó a
China y permaneció alli durante un año, para volver a Inglaterra a través de
Japón y EE.UU nuevamente.
La
estancia en China resultó muy provechosa, y Russell apreció en su cultura
valores tales como la tolerancia, la imperturbabilidad, la dignidad y, en
general, una actitud que valoraba la vida, la belleza y el placer de una manera
distinta a la occidental que consideró valiosa.
Entre
los viajes Bertrand Russell participaría en la vida cultural y política de
Inglaterra. En la vida política, su participación se llevó a cabo en un primer
momento por medio de su candidatura al Parlamento en 1907 en pro del sufragio
femenino, aunque fue derrotado. Más adelante, por medio de su oposición a la
intervención de Inglaterra en la primera guerra mundial, postura pacifista que
le llevó a la cárcel durante seis meses por la publicación de artículos y
panfletos.
Russell
había pertenecido al Comité contra el alistamiento y expresado sus opiniones en
la obra Principios de reconstrucción social , que fue muy popular en su
momento.
La
siguiente etapa de su vida está relacionada con la labor educativa, más
concretamente, con la fundación de la escuela progresista de Beacon Hill, donde
Bertrand y Dora Russell pretendían dar a sus hijos y a otros alumnos una
educación que estuviese libre de los prejuicios, particularmente la inculcación
del espíritu religioso y nacionalista.
"Respecto
a la religión, no hay enseñanza religiosa de ningún tipo, los niños aprenden
hechos históricos sobre las diversas religiones del mundo, pero ninguna
religión recibe un trato especial. Nos preocupamos de que la educación no esté
inspirada en el patriotismo, especialmente en la enseñanza de la historia y
geografía, que son las materias que yo imparto. En cuanto a la hermandad entre
los hombres, tengo las mismas objeciones que hacia una instrucción moral explícita,
en el sentido de que tiende a producir hipocresía y rebelión. La moralidad debe
nacer, no puede ser implantada por precepto."
El
colegio, que abrió sus puertas en 1927, suponía una serie de responsabilidades
y requería un mantenimiento cuyos gastos el filósofo trató de costear
escribiendo cuantos libros y artículos para los periódicos era capaz de
escribir. Sin embargo, por
conflictividad de algunos alumnos, problemas económicos,
administrativos, así como la crítica social a las ideas innovadoras en temas
controvertidos, la empresa fracasó y Russell dejó el colegio en manos de Dora.
No obstante, y como es habitual en el filósofo británico, la experiencia tuvo
como fruto diversos libros sobre educación en los que Russell plasmó su visión
de la enseñanza, particularmente en los años infantiles y el contraste entre la
educación tradicional y la educación que tenía en cuenta los últimos aspectos
psicológicos o educativos en otros ámbitos.
Russell
se conviertió una vez más en tema de actualidad cuando, a la muerte de su
hermano Frank, recibe el título de conde; asímismo, la ruptura con Dora en los
años 30 y la causa del divorcio despertará en el público una gran espectación.
Deseoso
de salir de Inglaterra, donde no consideraba que ocuparía un cargo lo
suficientemente relevante, aceptó una oferta para dar conferencias en la
universidad de Chicago.
Fue
estando allí cuando estalló la segunda guerra mundial, pasando en esta ocasión
del pacifismo mostrado en la gran guerra a un apoyo claro a las fuerzas aliadas
contra el ejército nazi, tras ver cómo los bombardeos de las ciudades inglesas
resultaban cada vez más devastadores.
Se
unió a otros intelectuales, como Einstein, que también había renunciado al
pacifismo en su oposición y lucha contra la Alemania de Hitler.
En
1941 tiene lugar un proceso jurídico por el cual se le impide impartir la
asignatura de Matemáticas que tenía asignada en la universidad de Nueva York en
base a la "inmoralidad" de los escritos de Russell (tal juicio se
refiere especialmente a la obra Matrimonio y moral) y la posible funesta
influencia que los alumnos pudieran recibir de su profesor. El proceso, que
salió a la luz pública y en el cual unos y otros acusaban o defendían a
Russell, es un buen ejemplo de la intolerancia y la hipocresía de ciertos
sectores conservadores de la sociedad estadounidense.
Tras
la Segunda Guerra Mundial, Russell se dedica plenamente a la tarea de evitar la
guerra nuclear y asegurar la paz mediante una adecuada organización
internacional. Así quedó plasmado en el discurso de aceptación del premio Nobel
de Literatura que se le otorgó en 1950.
La popularidad de Russell fue aumentando
progresivamente gracias a sus libros, pensados para llegar a todos los públicos
(tanto de temas sociales como de divulgación filosófica, entre los que destaca
su popular "Historia de la filosofía occidental"), y gracias también
a sus intervenciones radiofónicas, como la famosa emisión de 1954, en el
momento de máxima audiencia el día de Navidad, que alcanzó un notable éxito.
A
partir de ese momento Russell se encontró inmerso en la lucha por la paz,
fundando, con Albert Einstein, el Movimiento Pugwash, presidiendo la Campaña
para el Desarme Nuclear, y formando parte del Comité de los 100 por la
desobediencia civil, movimientos todos ellos con el mismo objetivo de lograr el
desarme internacional.
En
una protesta pacífica, el anciano filósofo de 90 años fue arrestado y
encarcelado por segunda vez en su vida. Esto no hizo sino dar más publicidad a
su figura y a su causa, pues la imagen del hombre de 90 años condenado a
prisión por hacer lo que creía correcto no podía sino atraer las simpatías de
muchas personas, incluidos algunos de sus detractores.
Todavía
estaría por venir la intervención de Russell en la crisis de los misiles de
Cuba, en la cual trató de mediar telegrafiándose con Kennedy, Kruschov y Fidel
Castro.
Tras
la crisis de los misiles, Russell se ocupó de las causas de los presos
políticos de Brasil, Birmania, El Congo, Grecia, Filipinas, Irak y Rusia.
Creó
la Fundación Bertrand Russell para la Paz y la Fundación Atlántica, y conforme
el conflicto en Vietnam se fue agravando, aumentaron también las protestas de
Russell, llegándose finalmente a constituir el Tribunal de Crímenes de Guerra,
un tribunal de carácter simbólico con el fin de sacar a la luz lo que estaba
sucediendo en el sureste asiático.
Hasta
el último día de su vida estuvo luchando para llevar adelante sus proyectos y
lograr sus objetivos, con infatigable pasión y optimismo.
En
un breve artículo: "Cómo envejecer", Russell afirmaba:
"Algunas
personas ancianas están oprimidas por el miedo a la muerte. Durante la
juventud, este miedo está justificado. Los jóvenes que tienen razones para
temer que los maten en alguna batalla, pueden justificadamente sentir amargura
al pensar que se les ha robado lo mejor que la vida es capaz de ofrecer. Pero,
en un anciano, que ha conocido las alegrías y las tristezas humanas, que ha
terminado la obra que le cabía hacer, el temor a la muerte es algo abyecto e
innoble. El mejor modo de superarlo -por lo menos, ésta es mi opinión- consiste
en ampliar e ir haciendo cada vez más impersonales sus intereses, hasta que,
poco a poco, retrocedan los muros que encierran al yo, y su vida vaya
sumergiéndose crecientemente en la vida universal. Una existencia humana
individual debería ser como un río: al principio,
pequeña, estrechamente limitada por las márgenes,
fluyendo apasionadamente sobre las piedras y arrojándose por las cascadas.
Lentamente el río va haciéndose más ancho, las márgenes se apartan, las aguas
corren más mansamente y, por último, sin ningún sobresalto visible, se funden
con el mar y pierden, sin dolor, su ser individual. El hombre que, en su vejez,
sea capaz de considerar su vida de esta manera, no sufrirá el temor a la
muerte, pues las cosas que él estima seguirán existiendo. Y, si con la
decadencia de la vitalidad aumenta la fatiga, no será mal recibido entonces el
pensamiento de que está próxima la hora del descanso. Yo desearía morir en
pleno trabajo, sabiendo que otros continuarán lo que yo ya no puedo hacer, y
contento al pensar que se hizo lo que fue posible hacer."
Tras
su muerte, el Trinity College de Cambridge, el que fue su segundo hogar, le
rindió homenaje.
Hoy
se puede leer en sus muros una placa conmemorativa en su memoria que reza:
"El
tercer conde Russell, O.M., profesor de este colegio, fue particularmente
famoso como escritor intérprete de la lógica matemática. Abrumado por la
amargura humana, en edad avanzada, pero con el entusiasmo de un joven, se
dedicó enteramente a la preservación de la paz entre las naciones, hasta que
finalmente, distinguido con numerosos honores y con el respeto de todo el
mundo, encontró descanso a sus esfuerzos en 1970, a los 98 años de edad."
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2. CITAS
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• Creo
que todas las religiones del mundo
son tan falsas como nocivas.
Bertrand Arthur William Russell, (1872 è 1970); Premio
Nobel de Literatura en 1950, filósofo, matemático y político británico.
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• Cuánto
placer se obtiene del conocimiento inútil.
Bertrand Arthur
William Russell
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• El
problema de la humanidad es que los estúpidos están seguros de todo y los
inteligentes están llenos de dudas.
Bertrand
Arthur William Russell
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• El
sabio uso del ocio es un producto de la civilización y de la educación.
Bertrand Arthur
William Russell
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• Gran
parte de las dificultades que atraviesa el mundo se deben a que los ignorantes
están completamente seguros y los inteligentes, llenos de dudas.
Bertrand Arthur
William Russell
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• La
religión se basa primeramente en el temor. En parte
el terror a lo desconocido y
parte
de deseo de contar con un especie de hermano mayor qu te va
a ayudar en tus dudas y problemas. Temor a la vida misma
y temor a la muerte. El miedo
es el padre de la crueldad y la
religión.
Bertrand Arthur William Russell
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• Me
opongo a toda superstición, sea musulmana, cristiana, judía o budista.
Bertrand Arthur
William Russell
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• Yo
nunca moriría por mis creencias porque puede ser que esté equivocado.
Bertrand Arthur William Russell
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8 citas de 35 de Russell
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