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LA MUJER Y EL FUTBOL
MADRID
Es mujer.
Es bonita.
Es joven.
Es inteligente.
Y, sin embargo le gusta el futbol.
Conoce mucho. Tanto, que
durante una época escribía sobre futbol y otros deportes que también le gustan, en el Jornal do Brasil.
Ahora, y desde que llegó, hace un año, a Europa, a Gracinha Cabral le gusta escribir un poco de todo.
Me concede una entrevista para Proceso.
FP: ¿Crees tú que el futbol, como dicen algunos autores, es una especie de rito tribal, un campo de batalla?
GC: Sí, en cierto modo sí. Pero es lo mismo que sucede con la vida. Uno siempre está luchando por alcanzar algo. En la cancha se hace una representación, en miniatura, de lo que pasa todos los días en la sociedad. Por eso creo que es atrayente el futbol.
FP: Entonces ¿es un desahogo, una fuente de escape?
GC: Definitivamente sí.
FP: ¿El opio de las masas en las sociedades capitalistas?
GC: Bueno, eso depende de cuáles masas. El riesgo de que sea así es mayor cuando las masas son más ignorantes. Por ejemplo, en Latinoamérica. En Brasil es increible cómo la gente pobre sigue pagando sus entradas al estadio aunque suban y suban los precios. Pero si no hubiera futbol, yo creo que se desataría una revolución.
FP: El pueblo necesita pan y circo.
GC: En cierto modo, sí.
FP: Lo malo es mucho circo y poco pan. Oye ¿y no sospechas de tus gustos, cuando que los compartes con tantos cientes de millones de personas?
GC: Al contrario: por eso me gusta más el futbol, porque comparto las emociones del pueblo, de mi pueblo.
FP: ¿Tienen las mujeres supersticiones distintas de las de los hombres, en el futbol?
GC: No, son las mismas. Por ejemplo, usar la misma ropa que una tenía puesta la última vez que triunfó el equipo favorito.
FP: ¿Hay muchas mujeres aficionadas en Brasil?
GC: Sí, pero más que nada de clase baja.
FP: ¿Y a qué lo atribuyes?
GC: A que en las clases bajas, las familias comparten muchas cosas más de su vida diaria, las buenas y las malas. Mis amigas de clase media, por ejemplo, se quejan de que el futbol les quita a sus hombres por ratos muy largos. Cuando ven el futbol no les pueden ni hablar. La educación que reciben desde niñas también tiene mucho que ver. No se considera digno que a las mujeres les guste el futbol.
FP: Tengo entendido que la mayor parte de los jugadores son chovinistas, es decir, muy machos...
GC: Debe ser. Pero la proporción de ellos que sean muy machos, no hace sino reflejar la proporción de machismo que existe en su sociedad. No tiene por qué ser más. Los futbolistas son un grupo representativo.
FP: Pero no sucede lo mismo entre los intelectuales...
GC: Porque ellos no son grupo representativo, sino destacado, que han adquirido otra educación. Pero también entre ellos hay algunos que son muy machos. Los jugadores reflejan también, por su extracción, la posición política de un pueblo. La indiferencia, a veces. El nacionalismo. Por lo tanto su forma de ser en relación con la mujer, también es semejante.
FP: Dicen que las mujers van al futbol para ver las piernas de los jugadores...
GC: Y pues sí ¿y por qué no? No tiene nada de malo. Creo que también los hombres que van a ver tenis les gusta ver las piernas de las mujeres ¿no es cierto?
FP: Bueno, sí, claro. Y a ti ¿te gustan las piernas de los futbolistas?
GC: Hay algunos que tienen unas piernas maravillosas...
FP: ¿Te casarias con un futbolista?
GC: Puede ser que sí.
FP: ¿Aunque fuera un ignorante? Los futbolists tienen fama de ignorantes.
GC: Ah, no. Yo no podría convivir con un hombre con el que no pudiera hablar de todo lo que me interesa. Y me interesan muchas cosas aparte del deporte...
FP: ¿Y desde cuándo comenzó a interesarte el futbol?
GC: Desde muy niña, porque mi papá iba a jugar todos los fines de semana. Y la única forma de estar con él era acompañarlo para verlo jugar. Así comencé a enteder el futbol, y luego lo jugué yo misma.
FP: ¿Pero no crees que el futbol es un deporte viril por excelencia y que las mujeres se ven un poco grotescas cuando lo juegan?
GC: Mira, es una pregunta difícil de contestar, que yo me he hecho a mí misma varias veces. Me parece mal que se trate de catalogar todo: cuáles son los deportes masculinos y los femeninos, cuáles son apropiados para la mujer y cuáles para el hombre. Hay una tendencia a considerar como lesbianas o al menos como marimachos a las mujeres que juegan futbol. En Brasil hubo una época en que algunos equipos de mujeres jugaban futbol en la playa empleadas y obreras. Era muy divertido ir a verlas. Muchas veces acababan jalándose el pelo.
FP: ¿Pero los partidos alcanzaban seriedad, categoría?
GC: No, la verdad, no, era pura diversión. Ahora que, por supuesto, hay razones físicas y médicas por las cuales un deporte puede ser más peligroso para la mujer que para el hombre. Todos los deportes que implican contacto físico: roces, choques, golpes. La mujer tiene puntos muy vulnerables, como los senos, el bajo vientre, en los cuales un golpe puede tener consecuencias muy serias...
FP: ¿Para tí la pelota tiene un simbolismo sexual...?
GC: No, claro que no.
FP: ¿Tú crees que un deportista, por tener mejores condiciones físicas, puede satisfacer más a la mujer en el amor?
GC: El amor no es sólo un desempeño físico. Es mucho más que eso.
FP: Y cuando eras niña ¿les pedías autógrafoa a los jugadores? ¿Te gustaba tocarlos?
GC: Ya lo creo. Pelé me dio una vez su autógrafo. Y sí, me gustaba tocarlos y que me tocaran, que me dieran besos, que me cargaran.
FP: ¿Estás de acuerdo con lo que dijo Pelé una vez: que los europeos jugan con el cerebro y los latinoamericanos con el corazón?
GC: Sí, absolutamente.
FP: Muchos jugadores de futbol son recibidos en su casa y su barrio, cuando regresan triunfadores, como verdaderos héroes ¿crees tú que eso está fuera de proporción?
GC: No, porque no dejan de ser héroes. Han defendido a un grupo, un equipo, un símbolo en el que participa el pueblo. Además, hay que tener en cuenta que los jugadores no tienen privacía. Su vida es compartida por un público inmenso. Eso y no otra cosa es la fama...
FP: Parece que la fama de los jugadores también atrae a las mujeres como moscas. Son muchas las que se ofrecen a ello. Otras pasan por las manos de todos o muchos de los jugadores de un equipo. George Best perdió la cuenta de las muchachas que se habían acostado con él cuando llegó a mil...
GC: Es cierto. Pero eso sucede a todos los niveles. Con los cantantes de rock, los actores de cine, etcétera. Es, te digo, un resultado de la fama. La aproximación, la cercanía del ídolo hacen a mucha gente sentirse importante.
FP: Dime, Gracinha ¿es cierto que a las mujeres les gusta la violencia, es decir, asistir a espectáculos violentos?
GC: A todo el mundo, no nada más a las mujeres.
FP: En el libro de Desmond Morris, THE SOCCER TRIBE, leí que un fanático del equipo de Liverpool hablía bautizado a su hija con los nombres de todos los integrantes: la muchacha se llamaba -se llama- Paula St. John Lawrence Lawler Byrne Strong Yeats Stevenson Callaghan Hunt Milne Smith Thompson Shankly Bennen Paisley O’Sullivan... imaginate. Dime, ¿te hubiera disgustado que tu papá te hubiera llamado Gracinha Edison Arantes do Nascimiento Cabral?
GC. Ah, sí, me hubiera disgustado.
FP: Una vez George Best dijo que él era mejor que Pelé, porque sabía patear con los dos pies... ¿estás de acuerdo?
GC: Algunos jugadores han querido superar a Pelé. Otros se han creído mejores que él. Pero su récord habla por sí mismo: Best no fue mejor que Pelé.
FP: Muchas veces me ha asombrado la terrible seriedad con la que hablan de futbol algunos de nuestros “expertos”, por ejemplo en las mesas redondas. O los simples aficionados, en los bares en los cafés... ¿tú crees que un juego merezca tanta seriedad?
GC: ¿Y por qué no? Es una parte integrante de la vida de nuestra sociedad. Si en los barrios y las vecindades se comentan los asesinatos, no veo por qué no se pueden comentar los partidos de futbol, por qué el lado divertido de la vida -o una de ellos, al menos- no pueda adquirir la categoría de algo serio.
FP: Por último, Gracinha, déjame mostrarte esta foto de Arnold Schwarzenegger, Mister América 1978. Mira nada más qué músculos tan monstruosos. Cuenta él que siempre que está en una playa, no falta un linda muchacha -o incluso una señora- que le pida permiso para tocarlo... ¿harías tú lo mismo?
GC: Ah, sí, cómo no. Sobre todo para ver si está duro.
FP: ¿Y si estuviera suave, fofo ¿te decepcionarias?
GC: Mucho.
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