-Nuevamente en casa de la familia
Munguía, me encuentro con el ingeniero don Francisco.
-¡Don Francisco! ¡quiero que me
platique acerca de los colibrís!
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-Como no, si te puedo hablar algo de
ellos- me contestó, mientras mi esposa se encontraba con doña Alicia, en otra
parte de la hermosa casa que tienen. Don Francisco y yo estamos cómodamente sentados en sendos sillones
de cuero rojo en su biblioteca.
-En primer lugar, el plural de colibrí
no es colibrís sino colibríes; si mal no recuerdo, de cuando estuve en la
escuela, me enseñaron una regla gramatical que dice que las palabras que
terminan en vocal acentuada forman su plural agregando la sílaba
"es". ¡A ver, déjame pensar en algunos ejemplos!... de bambú tenemos
bambúes, de alhelí, alhelíes... y de colibrí, colibríes.
-Más o menos el 10% de todas las aves se
alimentan de néctar, o sea un líquido dulce que fabrican muchas flores y del
cual hacen la miel las abejas. A este grupo de aves pertenecen los colibríes.
Los colibríes buscan las flores con corolas en forma de trompetas que tienen
nectarios profundos. En estas flores no temen la competencia de las abejas. Sólo
las mariposas, con sus largas lenguas, logran penetrar en tales corolas. y el
irascible colibrí puede ahuyentarlas fácilmente. En su vertiginosa ronde de
flores llevan polen de unas flores a otras siendo fecundadas sólo por este
medio. Es interesante que notes que en la Naturaleza todo esta bien coordinado,
una especie de colibrí nunca pasa de determinado tipo de flor a otro, siempre
es de la misma clase, de otra forma, desaparecerían las especies de flores,
habría un mezcolanza tremenda.
-¡Pero es verdad que vuelan como
helicópteros?
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-Sí, pero espérame, para allá voy. Los
colibríes cuando vuelan producen un zumbido debido al rápido batir de sus alas.
Según leí, no se dónde, la frecuencia con que baten sus alas es de 75 veces por
segundo. Como muchas flores son demasiado frágiles para resistir el peso del
colibrí, es que ha desarrollado la facultad de quedar suspendido en el aire,
mientras chupa el néctar. Pueden ascender, descender o incluso volar hacia
atrás, pero lo más notable es la de revolotear inmóviles, parecen, como tu
dices, diminutos helicópteros.
-Bueno, y,
¿por qué los demás pájaros no pueden hacer todas esas gracias?
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-La razón es que las alas de los
colibríes, a diferencia de todas las demás aves, son rígidas con poco
movimiento de "muñeca" y "coco"- Al decir esto don
Francisco me mostraba su brazo rígido
y moviéndolo como remo -Al revolotear, el que mueve las alas hacia
adelante y hacia atrás pero torcidas de modo que a proporcionan movimientos de
sustentación más no de avance.
-Los colibríes pertenecen al orden de los
apodiformes, que en griego quiere decir "sin patas" debido a que sus
patas son absurdamente pequeñas. Pues bien, el orden de los apodiformes cuenta como con 400
especies a las cuales los naturalistas se han esforzado en encontrar nombres
distintivos como rubí, esmeralda, cometa, etc.
-Estos
pajaritos son altamente individualistas, polígamos y promiscuos, y a menudo se
cruzan con desenvoltura, lo cual ha dado interesantes especies híbridas. Las
diferentes especies distan de ser idénticas. Muchas están adornadas en el
mentón o con adornos de plumas en sus diminutas patas. La cola puede ser corta
o de extraordinaria longitud en tamaño, algunos de ellos son tan pequeños como
los abejorros, el más pequeño es el Sunsún, chuparrosita de Cuba o pájaro mosca
que mide 3 centímetros de largo, que por cierto es el ave más pequeña del
mundo.
-¡Oiga don
Francisco! y ¡qué tan grande es el mayor de los colibrís, perdón, colibríes?
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-El más grande es el "Gran
Zumbador" de los Andes que es como del tamaño de una golondrina.
-Además de México, ¿dónde más hay
colibríes?
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-Los colibríes son exclusivamente de
este continente, se les encuentra desde la fría Alaska hasta la no menos helada
Tierra del Fuego, aunque claro, abundan más en las zonas tropicales pues les
gusta mucho el calor. Sólo unas cuantas especies han olvidado las cálidas y
floridas planicies y viven en las montañas cuyas cumbres están cubiertas casi
siempre de nieve.
-Las
hembras una vez fecundadas, se convierten en hábiles constructoras de nidos y
después en diligentes madres, fabrican sus nidos, que con frecuencia no exceden
de dos centímetros y medio de diámetro, a gran velocidad, como hacen todo lo
demás en su vida. Los nidos se encuentran perfectamente disimulados con
líquenes y resultan casi invisibles. Generalmente los colocan sobre una rama o
en sitios tan extraños como el nudo de una cuerda o la parte superior de una
naranja pendiente del árbol. El fondo del nido se encuentra forrado con plumón
suave y algodonoso ligado con hilo de telarañas que la hembra teje con la fina
aguja de su pico. Por lo general ponen dos huevos blancos del tamaño de un
chícharo. Al nacer las crías apenas son mayores que una caniquita. Al principio
la madre tiene que darles de comer cada minuto, y parece casi imposible que la
madre no atraviese la garganta de los polluelos cuando a la velocidad del rayo
mete su pico para darles alimento regurgitado.
-Y, ¿qué tan grande puede llegar a ser
el pico de un colibrí?
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-El pico más largo es de 10 centímetros
y pertenece al colibrí andino denominado "Pico de Espada".
-Nada iguala la vivacidad de estos
pajarillos, a no ser su coraje, o más bien su osadía. Se les ve perseguir con
furia a pájaros veinte veces más grandes que ellos, aferrarse a su cuerpo y,
dejándose arrebatar por su vuelo, picotearlos con desbordada rabia, hasta dejar
saciado su furorcillo. Promueven entre ellos reñidos combates. La impaciencia
parece ser el elemento de su vida, si se acercan a una flor y la encuentran
marchita, arráncanle los pétalos con una precipitación que indica su despecho.
Su voz sólo consiste en un grito: "screp, screp", frecuente y
repetido, que dejan oir en los bosques, desde el amanecer hasta que a los
primero rayos del sol, alzan el vuelo y se dispersan por los campos.
-¿Qué tan rápido
vuelan?
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-Vuelan con una velocidad de 50 kilómetros por hora. A menudo
los podemos ver en los jardines, cerca del hombre, sin importarles la
proximidad del mismo, pues saben que al menor peligro pueden escapar. El tiempo
que les toma reaccionar es de 20 milisegundos.
-Intensamente activos durante la mayor
parte de las horas de vigilia, los colibríes gastan más energía, con relación a
su tamaño, que cualquier otro animal. Si comparamos con el de un colibrí, el
metabolismo humano es increíblemente ineficiente. Un hombre corriendo a su
máxima velocidad consume proporcionalmente la décima parte de la energía que un
colibrí revoloteando y se cansa antes. Algunos colibríes ingieren diariamente
la mitad de su peso en azúcar y necesitan de proteínas las cuales obtienen de
insectos que complementan su dieta. Su consumo es equivalente a unos 200 kilos
de carne diarios.
-El colibrí tiene unas mil plumas, la
mitad de las de un petirrojo y la décima de las de un pollo. Pero es tan
pequeño que, en realidad, es el más intensamente emplumado de todos los
pájaros. Sus plumas reflejan y difractan la luz haciendo que el pájaro brille y
cambie de coloración al moverse.
-Los antiguos mexicanos conocían al
colibrí con el nombre de HUITZITZILIN. Pero variaba la designación con que lo
distinguían según fuese el color predominante que ostentaba; así, si le tenía
bermeja, encendida como una tuna, era TENACHUITZITZILIN, si verde
XIUHUITZITZILIN, si sólo había en él plumas blancas IZTAHUITZITZILIN; y si azules QUETZALHUTZITZILIN; si le
rodeaba el cuello un collar amarillo, TEZCACOZHUITZITZILIN y cuando lucía
variedades de colores brillantes entonces se le nombraba COCHIOHUTZITZILIN.
-Oiga don
Francisco, ¡yo no sabía que usted supiera náhuatl!
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-Bueno, algo se le pega a uno. Has de
saber que mi tía Justina nos enseñó algo de Náhuatl. Mi hermano Jorge, por si
no lo sabes, es presidente del Club Náhuatl de México.
-¡Caramba, don Francisco! ¡qué
interesante!, y, dígame ¿dónde hay más colibríes en México?
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-En México hay colibríes en todas
partes, pero especialmente en los esteros boscosos y manglares de Sinaloa,
Sonora y Nayarit, pero, desgraciadamente están desapareciendo debido a que
mueren por millares a manos de quienes los venden disecados como talismanes
amorosos o "chupamirtos". Es creencia general que con un colibrí
muerto que se lleva debajo de las ropas y encima del pecho, se deshacen los
mayores desdenes de los amantes y se logra que el desamorado vuelva pronto a
acercarse muy rendido de quién se apartó, pues se cree que no hay talismán más
provechoso para conseguir y retener amores...
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