Hace como
700 un japonés llamado Konbei
Mori, estando en China, encontró que los chinos utilizaban tableros
rectangulares con bolitas móviles, algo parecido a lo que los niños usan en el
"kinder" para aprender a contar, el diccionario lo llama ábaco.
Existen varios tipos de ábacos: en
China, en Grecia, en la ex-Unión Soviética y en... Japón.
Todos son, en
esencia, parecidos. El ábaco japonés tiene por nombre SOROBAN.
Konbei Mori abrió una escuela, para la
promoción de este artefacto, en la ciudad de Kyoto, que en aquel entonces era
la capital del Japón.
En la actualidad no hay duda de que el
SOROBAN es uno de los artículos más característicos de un nipón.
A donde
quiera que vaya, ya sea Nueva York, México o Colombia, el SOROBAN va con él.
De la misma
manera que un bebito depende de su madre, un japonés depende del SOROBAN.
Por muy
simples que sean los cálculos que tenga que hacer, los efectúa con el SOROBAN.
No hay un
solo hogar u oficina en Japón en donde no se encuentre uno.
La dependencia del japonés en el SOROBAN
se entiende, debido a que con este simple objeto se pueden efectuar con
eficiencia los cálculos matemáticos, desde el más simple hasta el más complejo.
Su uso es simple pero su exactitud y
rapidez se asegura únicamente con la práctica.
Se han efectuado concursos entre el
SOROBAN y las máquinas calculadoras, y muchas veces el SOROBAN ha salido
victorioso.
Últimamente se están interesando muchas
personas, de varios países en él, ojalá en México se tengan nuevos adeptos al
SOROBAN.
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