domingo, 3 de enero de 2010

Surgimiento de la Filatelia

-¡Aquí tienes Emilio! Los timbres que me pediste.

-¡Ah, si!, gracias Marcela. ¡Qué bonitos timbres coreanos me traes!

-¡Oye!, ¿cómo fue que te entró la afición a la filatelia?

-Cuando yo era niño mi papá recibía correspondencia de todas partes y él despegaba los timbres y los iba pegando en un album. Cuando yo crecí me regaló su colección y yo la he seguido incrementando.
-Hoy, según datos estadísticos, uno de cada seis habitantes de la Tierra colecciona timbres y la carrera por las rarezas y la cantidad pasa a segundo plano.
-Lo importante es otra cosa, hallar el tema de tu agrado y, al encontrarlo, seleccionar timbres, sobres, matasellos, todo lo que contribuye al mejoramiento y a la descripción plena de tu afición.

-¡Ah!, en eso consiste el encanto de coleccionar timbres.

-¡Si!, la filatelia es la alegría de coleccionar, el modo de ampliar el rango de conocimientos, un buen descanso, una ventana al gran mundo.
-¡Mira Marcela! hojea esta carpeta, a donde voy a pegar los tiembres que me acabas de traer. Al ver los timbres parece que estás realizando un viaje imaginario por lejanos rincones del planeta.
-¡Mira!, ¡éstos de China estan bien bonitos!
-Una cosa más. Sociólogos de distintos países demuestran que la filatelia contribuye a fortalecer los lazos familiares. ¡Como me pasó a mi con mi papá! El niño al observar la sincera afición de los padres tiende a copiar sus actos, procura parecerse en todo a su papá.
-Si los padres estimulan a que sus hijos se aficionen a coleccionar timbres, les esperan felices minutos entregados a una afición interesantísima.

-¡Oye Emilio! yo conozco a varios hombres que tienen el gusto por la filatelia, pero no conozco a ninguna mujer que tenga esa afición.

-Si, tienes razón. La filatelia es, por lo general, una afición puramente masculina. Sin embargo, esta afición fue inventada por mujeres.

-¡A ver! ¡a ver! platicame...

-El primer timbre postal que apareció en el mundo lleva la imagen de una mujer. El 6 de mayo de 1840, en las ventanillas de correos de Londres aparecieron timbres con la imagen de la reina Victoria de Inglaterra, de pago por el envío de correspondencia.
-Al poco tiempo, una dama, cuyo nombre no me se, dio un anuncio en el periódico The Times solicitando que le enviasen los timbres sellados, puesto que deseaba pegarlos en su tocador. Ella fue la que empezó con la afición de la filatelia.
-Ya después, surgieron infinidad de coleccionadores ingleses, y entre ellos figuraron tres mujeres.
-La primera de ellas, la señora Borchard, de Burdeos, se hizo muy famosa porque está relacionada con el descubrimiento de no menos de una docena de timbres rarísimos en el mundo.
-Estaba casada con un fabricante, cuya compañía mantenía amplia correspondencia con la isla de Mauricio aproximadamente en la época cuando aparecieron allí los timbres postales.
-La señora Borchard, al revisar viejas cartas, despegaba los timbres de los sobres e iba colocándolos en su álbum, sin sospechar siquiera que eran ejemplares únicos.
-Se trató de uno de los timbres más raros, "Mauricio azul", el sueño codiciado de todo coleccionista, ¡exclusivamente gracias a una mujer!
-Hoy se conocen 26 de esos timbres y, según los especialistas, 12 de ellos pertenecían a la señora Borchard.

-¿Cómo ocurrió eso?

-Cuando en Inglaterra regía la reina Victoria, en la isla Mauricio, una de sus múltiples colonias, gobernaba sir Gomm, cuya esposa no quería ir a la zaga de las señoras de la alta sociedad londinense.
-Pues bien, en vísperas de una de las fiestas tradicionales, la señora Gomm quiso enviar invitaciones en sobres que llevaran los nuevos timbres con la imagen de la reina.
-Pero pidió al esposo que preparara signos especiales de pago postal.
-Sir Gomm, sin pensar, dio órdenes al jefe de correos de la isla, éste a su vez, encargó al único grabador de la isla, J. Barnard, para que hiciera el dibujo necesario. A causa de la premura en lugar de "Cobrado el impuesto postal", grabó el texto siguiente: "Oficina de correos".
-No había tiempo para hacer averiguaciones y se extendieron las invitaciones en sobres con timbres que llevaban esa absurda inscripción.
-Al cabo de poco tiempo, como consecuencia de la escasa tirada y de la negligente actitud hacia semejantes envíos postales, estos timbres se convirtieron en piezas raras.
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