martes, 26 de abril de 2011

Un Perro Increible

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El perro Pastor Alemán es el más multifacético, por supuesto que no es mejor corredor que un Galgo Gris, ni tampoco tanbuenguardian como un Dobermann, ni tan buen rastreador como un Bloodhound, pero es posible dedicarlo a cualquier cosa con buenos resultados. Es por eso que diversas instituciones de todo el mundo, como los departamentos de policía, los cuerpos militares y otras, lo han adoptado para servicios de salvamento en desastres, para descubrir campos minados, para descubrir droga en los aeropuertos, como guardián, para combatir el tráfico de drogas, como perro guía para ciertos, y lo que es casi increíble: señalan vetas de cobre en las montañas metalíferas.
En esta ocasión quiero referime a uno de estos canes: "Pirat", seguramente el mejor Pastor Alemán de todos lostiempos. Se dice que cada cien años nace un perro excepcional; en este siglo XX, este mérito le tocó a Pirat, que fue un perro increible, física y mentalmente. El mismo mérito, en el siglo XIX,le tocó al famoso Barry, quien salvó a tantas vidas en los montes nevados de los alpes suizos.
En 1959, Pirat era un cachorrito algo debilucho y un poco enfermo, nada en él denunciaba lo que llegaría a ser: el mejor perro guardián de Suecia.
Cuando Pirat tenía un año y medio de edad, su dueño, un policía de apellido Johannson, lo llevó a una tienda que había sido robada. El ladrón había cometido un robo casi perfecto pues no parecía haber dejado ningún rastro. Pirat encontró al ladrón en un granero cercano, escondico debajo de un montículo de paja, y él solo, sin la ayuda de la confesión del delincuente, fue sacando de distintos escondrijos, el dinero robado.
En otra ocasión, Pirat tuvo que indicarle a la policía el rastro de unos ladrones que habían huido hacia el bosque. Las huellas tenían más de doce horas, tiempo entre el momento en que ocurrió el robo y en que la policía salío en su persecusión; el perro viajó en pleno invierno, sobre una gruesa capa de nieve, 25 kilómetros, y luego, ya en plena montaña, pese a los diversos olores de otros animales, que lo podrían haber despistado, Pirat dio con el resultado: un coche robado, escondido en el bosque, tres ladrones, y carne de un alce que había sido cazado furtivamente, guardada bajo la nieve.
Durante su vida activa trabajo en la policia y jamás perdió un rastro. Persiguió delincuentes por más de cien kilómetros en toda clase de terrenos. Para un perro sabueso y con buen entrenaémiento, es difícil encontrar huellas que tengan más de 4 horas. Pirat era capaz de localizarlas después de 24 horas.
Cuando se veía amagado con un arma, con ese desarrolladísimo instinto que tenía para descubrir el peligro simulaba docilidad y atacaba por sorpresa, lanzándose como bólido en el momento más inesperado, pegando un manotazo al hombre de la mano armada, cargaba todo su peso, con lo que conseguía hacer flexionar las rodillas del adversario para derribarlo. A Pirat nunca lo detuvo ninguna montaña, ningún río, bosqueo terrenos patanosos, muchas veces a cuarenta grados centígrados bajo cero.
Trabajaba en medio de ventiscas, o de lluvia, obstinadamente hasta concluir la misión encomendada.
Fuera de las horas de trabajo Pirat era muy tranquilo y juguetón. "Desconectaba su motor", con lo que conseguía reponerse de las fatigas de duro trabajo. Cuando su amo se ponía el uniforme y sacaba la trahilla de rastreo, Pirat dejaba de inmediato el juego o el descanso sin dar muestras de pereza.
A los diez años de edad, aunque se le solicitaba en toda Escandinavia, se tuvo que prescindir de él para dejar el trabajo a canes más jóvenes pues su vista ya no era tan buena, ello representaba un peligro para él.
Durante toda su carrera fue una estrella. Se le dedicaron planas enteras en los periódicos de toda Escandinavia y hasta se escribió un libro en torno a él.
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miércoles, 20 de abril de 2011

Animales

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Autorizados por la Biblia, los evangelios y el Corán, hoy dos mil millones de cristianos, mil cuatrocientos millones de musulmanes y diez millones de judíos se sienten con el derecho divino consagrado en el Génesis de disponer como a bien les plazca de los animales: de enjaularlos, de rajarlos, de cazarlos, de befarlos, de torturarlos, de acuchillarlos, en las granjas-fábricas, en los cotos de caza, en las plazas de toros, en los circos, en las galleras, en los mataderos, en los laboratorios y en las escuelas que practican la vivisección. "Dios es amor" dicen los protestantes. No. Dios es odio. Odio contra el hombre, odio contra los animales. E infames las tres religiones semíticas que invocan su nombre.
En Judea y en tiempos de los reyes Ezequías (727-698 antes de Cristo) y Josías (639-609 antes de Cristo) la mafia sacerdotal y carnívora de los levitas emprendió una profunda reforma religiosa a la que se debe el Pentateuco con sus leyes y los seis siguientes libros de la Biblia cuando menos, y cuyo propósito esencial era centralizar todos los mataderos de Judá en uno solo, el templo de Jerusalén, de suerte que los esbirros de Yavé tuvieran el monopolio de la carne con el pretexto de que era para los sacrificios en el altar del creador del mundo.
De cuantos libros ha escrito la humanidad en arcilla, en papiro, en pergamino, en papel, con ideogramas, jeroglíficos, caracteres cuneiformes o letras de alfabeto, el tercero y cuarto de la Biblia, el Levítico y Números, son los más viles.
En ellos Yavé el Monstruo le exige a su pueblo de carnívoros sacrificios de animales.
Ya en el Génesis leemos:
"Y vio Yavé que la maldad del hombre era grande en la tierra y que todos sus pensamientos tendían siempre al mal. Se arrepintió entonces de haberlo creado y se afligió su corazón. Entonces dijo: 'Borraré de la faz de la tierra a los hombres y a los animales, pues me arrepiento de haberlos creado'" (Génesis 6:5-7).
¿Y por qué también a los animales? ¿Qué culpa tenían ellos de la maldad del hombre? ¿Por qué tenían que pagar ellos por él?
Después de lo cual manda el diluvio.
Y en Josué 11:6, en plena devastación de la tierra de Canaán, Yavé le ordena a Josué, su esbirro mayor:
"No les temas a tus enemigos porque mañana a esta hora los entregaré heridos de muerte a Israel. Les cortarás entonces los jarretes a sus caballos y echarás al fuego sus carros".
Y así se hace, los derrotan sin dejar un solo sobreviviente, les cortan los jarretes a los caballos y echan al fuego los carros.
¿Qué culpa tenían los caballos?
Desde el Génesis queda pues consagrado el atropello de los animales. Por algo dice Yavé el sexto día de la creación:
"Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza y que tenga autoridad sobre los peces del mar y las aves del cielo, sobre los animales del campo, las fieras salvajes y los reptiles que se arrastran por el suelo" (Génesis 1:26).
Las leyes referentes al sacrificio de animales del Levítico no hacían más que sancionar la injusticia.
He aquí resumidas, sin las descripciones detalladas y sangrientas de que van acompañadas, algunas de ellas:
"Si todo el pueblo de Israel peca por inadvertencia, en cuanto se dé cuenta de su pecado ofrecerá un becerro como sacrificio de expiación" (Levítico 4:13-21).
"Si el que peca es el sumo sacerdote, le ofrecerá a Yavé un becerro sin defecto" (Levítico 4:3-12).
"Si el que peca es un jefe, traerá como ofrenda un macho cabrío y lo degollará en el lugar de los holocaustos" (Levítico 4:22-26).
"Quien toca por inadvertencia inmundicias humanas o pronuncia un juramento insensato, como sacrificio de reparación le llevará a Yavé una hembra de oveja o de cabra y el sacerdote hará expiación por él" (Levítico 5:3-6).
"Si un hombre yace con una esclava, ambos serán azotados y él le ofrecerá a Yavé un carnero como expiación por su culpa (Levítico 19:20,21).
Y esta perla de la infamia:
"Si un hombre se ayunta con un animal, morirán él y el animal. Y si una mujer se deja cubrir por un animal, los dos morirán también. Son responsables de su propia muerte" (Levítico 20:15,16).
¡Carajo, yo jamás he visto a un pobre burro persiguiendo a una puta vieja para cubrirla!
Y ésta es la Ley que no venía a abolir Cristo (Mateo 5:17), sino a darle su plenitud.
Porque a la mujer le vino la regla, porque dio a luz una niña, por lo uno, por lo otro, por lo otro van cayendo degollados becerros, chivos, corderos, carneros, cabras, tórtolas, vacas, ovejas, pichones, para después ser quemados en el altar del Monstruo.
Manual de los carniceros, el Levítico se lo destinó Yavé a los de la tribu de Leví, su preferida, los levitas, a quienes eligió como sus sacerdotes y de quienes proviene la estirpe rezandera e hipócrita de curas, pastores, popes, rabinos y ayatolas que después de milenios siguen estafado al mundo.
Y a las leyes contra los animales del Levítico se le suman las de Números: cada día, "ofrecidos en holocausto de calmante aroma para Yavé", se le sacrificarán dos corderos de un año sin defecto, uno por la mañana y otro al atardecer; el sábado serán dos corderos; el primer día de cada mes, siete más un carnero; el día de la Pascua, lo mismo; y lo mismo el día de las primicias, "además de un macho cabrío para que expíe por vosotros"; el día 15 del séptimo mes, trece novillos, dos carneros y catorce corderos sin defecto.
Y así los capítulos 28 y 29 de Números van haciendo la larga lista de los animales que hay que sacrificarle a Yavé en tal fiesta o en tal día "como sacrificio por el pecado".
Mayor infamia imposible.
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