domingo, 4 de julio de 2021

Entrevista a RIUS

 


   2311 271 04 

ENTREVISTA A RIUS



Eduardo del Río, RIUS, fue uno de los dibujantes humorísticos más importantes de México. 


El autor de "Los supermachos" y "Los Agachados", historietas que llegaron a vender 300 mil ejemplares por semana, y de libros como "Marx para principiantes", "Manual del perfecto ateo", o

Controvertido y prolífico, RIUS asumió una defensa absoluta de los indígenas en su trabajo  "Quinientos años fregados, pero cristianos”. El libro vendió 27 mil ejemplares en seis meses y ha provocado encontradas opiniones por despacharse por igual contra Cristóbla Colón, la iglesia católica y los españoles, a quienes responsabiliza del atraso que padece América Latina desde entonces. 


-En ésta entrevista argumenta así sus duros ataques.


  -¿Qué le motivó a escribir este trabajo sobre la conquista? 


-Empecé a investigar el tema hace seis años, inspirado en la lectura de: "El arpa y la sombra", de Alejo Carpentier, que resalta el aspecto esclavista de Colón, y "My master Columbus", escrito por Cedric Belfrage, un inglés que pasó años investigando los documentos que había en el Museo Británico sobre el descubrimiento de América, e hizo un relato novelado donde la visión de uno de los esclavos del navegante genovés. 


  -¿Cristobal Colón es entonces el centro de trabajo? 


-Mi interés es desmentir varios mitos. Colón fue el primer racista y el primer esclavista de este continente. Existen pruebas históricas de que ordenó el asesinato de caciques indígenas. Era mujeriego y fue uno de los tantos amantes que tuvo la reina española Isabel. Eso de que la reina empeñó sus joyas para pagar el viaje es otra mentira. Colón buscó financimaiento entre banqueros genoveses y judíos que se asociaron con los reyes católicos. 


-Desde un principio, la expedición se encaró como una aventura comercial no con el deseo de cristianizar nuevas tierras, sino de hacerse de un imperio que fue el más grande del mundo, con excepción claro, del estadounidense. 


-La hazaña de Colón fue toparse con un continente que nunca existió para él. Andaba buscando China y murió convencido que había llegado a ser ese territorio. La prueba es que a los indios les hablaba un poco en chino y otro poco en hebreo, aunque los indios creían que les hablaba en chino, porque no entendían nada. 


  -¿Usted pasa toda la factura del subdesarrollo latinoamericano a los españoles? 


-Nosotros fuimos colonizados por la más incivilizada de las naciones europeas. España aún no era fruto de la Perestroika de ese entonces, que fue la reforma de Martín Lutero. Estaban en plena inquisición y la trasladaron al Nuevo Mundo con la negación de los avances científicos, culturales y religiosos acanzados en esa época, que fue la peor de la humanidad. Recordemos la suerte de Copérnico o Galileo, y la censura a obras de Miguel de Cervantes, Maquiavelo, Dante, Tomás Moro, Petrarca, Kepler. Todo lo que no coincidía con la Biblia estaba prohibido, eran herejías, como lo fueron también los indios, sus costumbres, sus creencias míticas, su sexualidad. En España la inquisición quemó vivas a 51 mil personas y metieron en prisión a más de 600 mil. 


-En México, introducida por Juan de Zumárraga, la santa inquisición quemó sólo a 16 aborígenes, pero estuvo vigente durante tres siglos para evitar que se colaran las ideas reformistas y protestantes. 


  -¿Ni siquiera admite que algo de amor pudo haberse colado en el mestizaje? 


-El mestizaje es otra gran mentira. No hubo ninguna fusión de dos culturas. Nunca se cruzaron. Una destruyó a la otra, que a duras penas subsiste. 


-Tres civilizaciones que eran superiores en muchos aspectos como los aztecas, mayas e incas fueron aniquiladas. El mestizaje racial tampoco fue voluntario, sino producto de la violación de las mujeres indígenas por parte de los soldados y sacerdotes hispanos. 


-Nunca se dio algún tipo de relación amorosa entre una mujer hispana y un indio, por ejemplo, porque a los nativos no los dejaban acercarse a las europeas. Los miles de niños nacidos de esas relaciones sexuales ilegítimas fueron rechazados por ambas partes, por la nueva sociedad blanca y por la vieja sociedad aborigen destruida. Privados de padre y madre, esos mestizos, hijos de la chingada, sirvieron de esclavos en las haciendas, en las minas, el ejército y fueron la base de la nacionalidad mexiana. 


  -¿No se le revuelve su sangre española al hablar así? 


-Perdón que con esta cara de español hable en nombre de los indígenas. Pero lo hago por una cuestión ideológica, y porque en mis venas no corre sangre, sino leche de una india michoacana que me amamantó. 


  -También los acusa sucios y antihigiénicos. 


-Los españoles fueron los inventores de la guerra bacteriológica. No utilizaban nada relacionado con el aseo. Pasaban meses encerrados en sus armaduras incubando virus y toda clase de enfermedades. 


-Transportaron la sífilis, el tifus, la viruela y otras epidemias, que provocaron la muerte de 300 mil indios tan sólo en Tenochtitlán, que ya en ese entonces era una de las ciudades más pobladas del mundo, con tres millones de habitantes. 


  -Pero también los aztecas tenían costumbres como los sacrificios humanos. 


-Los sacrificios humanos no son exclusivos de los aztecas. Todas las culturas los utilizaron: sumerios, fenicios, egipcios, semitas, cartaginenses, persas, chinos, griegos e incluso los hebreos, que sacrificaban a su primer hijo en honor a Dios. Hasta la Sagrada Biblia está llena de sacrificios. 


-A la llegada de los españoles, los únicos que ofrendaban prisioneros de guerra y seres elegidos a los dioseses eran los aztecas. Era una forma de ejecutar la pena de muerte en medio de una ceremonia religiosa que, a diferencia de la hoguera verde, el garrote vil, la guillontina, la cámara de gas, la silla eléctrica y tantos otros recursos occidentales y cristianos, honraba al sacrificado y no lo humillaba. 


  -¿Para qué sirve pasar la cuenta a los españoles a 500 años de la conquista? 


-Yo no estoy abogando por formar grupos de choque para dinamitar las estatuas de Colón, cambiar los nombres de las calles, o cosas por el estilo. Con eso no vamos a resucitar a treinta millones de indios muertos en la conquista. 


-No ganamos nada con quemarles las panaderías y los hoteles de paso a los españoles. Ya lo caído, caído está. Pero hay que quitarse las telarañas del coco, porque estamos gobernados por los herederos de los españoles, y seguimos asesinando indios de espaldas a esa realidad, en países que han dejado de pertenecerles. 


-¿Qué lugar tendrán los indios en el Tratado de Libre Comercio? 


-¿Los confinaremos a reservas como en Estados Unidos, verdaderos campos de concentración? 


-¿Seguiremos sintiendo vergüenza de ellos, negando a los dueños de la casa que habitamos? ————————————————————