martes, 16 de junio de 2015

Las Hierbas Mágicas


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LAS HIERBAS MÁGICAS

En lo que ahora es Turquía, vivía hace mucho tiempo un muchacho de nombre Asis, que conocía las propiedades de muchísims plantas medicinales y podía curar con ellas toda clase de enfermedades.

Un día, el Sultán Solimán lo mandó llamar a palacio porque su hijo Adnan estaba muy enfermo.



-Salva a mi hijo -le pidió el Sultán muy angustiado.

-Haré lo que pueda, señor -le contestó el joven, e hizo todo lo posible para salvarlo;  pero la enfermedad era muy extraña y nada se pudo hacer. El principe acabó muriendo,  el Sultán, enfurecido, dijo al muchacho:

-Puesto que no has podido curar a mi hijo, te encerraré con él en su tumba.

Y así lo hizo: mandó encerrar al muchacho en la cripta donde descansaba el cuerpo del principe muerto.

El joven estaba desesperado, pensando en su triste destino, cuando vió salir de una ranura de la pared una amenazadora serpiente Cepedón. 



Este reptíl no es grande  aunque sí es peligroso. Es de color café, excepto su cabrza, que es como de cobra, pero toda negra. Pone a sus víctimas fuera de combate lanzándoles a los ojos un veneno que las deja ciegas. Esta serpiente puede disparar su veneno a más de 3 metros de distancia con una precisión extraordinaria. Además, puede escupir 12 veces seguidas o  más.

Pues bien, regresando a nuestra historia, la serpiente atacó al aterrorizado Asis quién dando brincos de un lado a otro logró esquivar sus mortíferos escupitajos. Después de 4 brincos, el muchacho logró sacar su alfanje con el que logró matar de un tajo al reptíl.

Entonces ocurrió algo asombroso: otra serpiente salió de la misma grieta por la que había entrado su compañera, llevaba un manojo de hierbas en su boca, tocò con ellas a la serpiente  muerta, y ésta volvió a la vida.

Los reptiles se marcharon por donde habían entrado, dejando las hierbas en el suelo, y fue entonces cuando Asis tuvo una idea: tomó las extrañas hierbas y frotó con ellas la frente del principe muerto, que yacía a su lado.

Ante su asombro, el principe Adnan abrió los ojos y, poco a poco, volvió a  la vida como si despertara de un largo sueño.

Después de explicarle lo ocurrido, Asis propuso al principio que buscaran una salida, pero éste se sentía desalentado pues desde muy pequeño había oído decir que aquella cripta estaba herméticamente cerrada por fuera. Pero Asis recordó entonces que existía la grieta por la que habían aparecido las serpientes, lo que significaba que existía alguna comunicación con el exterior. 
Entonces propuso al principe Adnan que juntos trataran de agrandar la grieta, pues era su única esperanaza de salvación.

Comenzaron a remover las piedras con sus manos hasta hacer un boquete por el que pudieron pasar a un recinto contiguo desde el que llegaba una tenue luz proveniente del exterior. Avanzando a tientas hacia la luz poco a poco, pudieron hallar el camino de salida,
Los guardias de la cripta quedaron atónitos al ver salir al principle Adnan con vida.

Inmediatamente fueron llevados a presencia del Sultán que abrazó a su hijo lleno de júbilo y premió a Asis con los mayores honores y riquezas. 
Por el resto de su vida, aquel muchacho se dedicó a curar enfermos usando...  hierbas milagrosas.
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