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TAHITÍ
-Emilio,
pensamos ir o a Hawai o a Tahití de vacaciones, pero no tengo idea, ¿no me
podrías hablar lo que sepas de Tahití?
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-El Pacífico
es un mar inmenso. Abarca 15,000 kilómetros de este a oeste y casi otros tantos
de norte a sur.
-Contiene
millares de islas, situadas en su mayoría entre ambos trópicos.
-Son, en
realidad, cumbres montañosas, levantadas por algún cataclismo volcánico desde
el fondo del mar o desde las cumbres de una cadena montañosa sumergida o bien
son antiguos volcanes, con cumbres montañosas centrales que bajan en abrupta
pendiente hacia el mar.
-Pero muchas
de las más disminutas son atolones, son círculos de tierra baja, a menudo de no
más de tres metros sobre el agua, que yacen formando el contorno de lagunas
azules con peces de centellantes multicolores.
-Hacer la descripión de una de las islas
de los mares del sur es hacerla de la mayoría de ellas, pues casi todas tienen
muchos elementos comunes.
-Es
un gran triángulo que va desde Hawai hasta Nueva Zelanda y hasta la isla de
Pascua, las islas están habitadas por los polinesios, o sea “gente de muchas
islas”, en griego.
-¿Cómo son los polinesios?
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-Los
polinesios son una raza caucásica.
Tienen color moreno claro y rasgos semejantes a los de los individuos de raza
blanca, con algunas características mongólicas.
-Salieron hace muchos siglos de la
India. Viajaron por las Molucas y las Filipinas del sur en grandes canoas,
Cruzaron la Micronesia y la Polinesia
occidental hasta llegar a las islas denominadas de la Sociedad. Desde
allí se extendieron por el norte hasta Hawai, por el este hacia las islas
Marquesas y por el sudoeste hacia la islas de Nueva Zelanda.
-En sus
expediciones colonizadoras llevaban consigo alimento para varios meses, agua
potable, semillas, plantas y ganado, con el fin de poder radicarse en sus
nuevos hogares.
-Pero
no fueron los polinesios los primeros habitantes de estas islas. Antes que
ellos ya habitaban las islas los melanesios, voz que se deriva de dos palabras
griegas que significan “negro” e “isla”.
-Alrededor
del año 1150 los polinesios partieron de Tahití y de otras islas vecinas hacia
Nueva Zelanda y, durante dos siglos, las canoas transitaron entre Tahití y
Nueva Zelanda.
-Los
polinesios, mataron o esclavizaron a los melanesios, pueblo más débil, y
ocuparon con rapidez las islas.
-Los
polinesios eran unos guerreros formidables. Su “pa” era a un tiempo una aldea y
una fortaleza. Construían defensas tan sólidas e ingeniosas que provocaron la
admiración de los europeos.
-No
empleaban armas como el arco, la flecha o el bumerang, que les permtirían
combatir a distancia, pero eran
habilísimos con sus mazas en la lucha cuerpo a cuerpo y muy recios en la pelea.
-Sin
embargo, con sus amigos se mostraban buenos y afectuosos, y su gobierno era
democrático. Todos los bienes de la tribu se poseían en común.
-Del carácter de los tahitianos, cuenta
un viajero de nombre J. A. Moerenhout lo siguiente:
“Allí en Tahití, como en casi todas
partes cuando llegan etranjeros, fuimos rodeados de gente al desembarcar, sobre
todo muchachas, la mayoría desnudas hasta la cintura, otras vestidas con una
especie de blusa; pero casi todas llevaban un pedazo de tela que las envolvía
desde la cintura hasta las rodillas y llevaban además otras telas echada
displicentemente sobre los hombros; vestimenta simple, pero que, después de
todo, les queda mejor que cualquier otra…”
“El hecho es que aún hoy, rara vez
llora, salvo que lo exijan las convenciones. La mayor parte verían al padre, la
madre, los hijos, en el estado más espantoso, o padeciendo el martirio, que
apenas les prestarían atención, por lo menos si el mal durara mucho tiempo; y
recuperaría esa alegría loca, verdadero fondo del carácter de ese pueblo,
bueno, pero demasiado aficionado al placer como para estar dotado de verdadera
sensibilidad.” (1873)
-El culto a las antiguas costumbres se
manifiesta en Tahití más como un hecho turístico que como una continuidad de
las tradiciones. El sentimiento religioso de la población polinesia, basado en
un paganismo natural, que se vió seriamente comprometido por el celo con que
los misioneros procedieron a destruir los ídolos, ha sido favorecido con
posterioridad por los nuevos sistemas de vida impuestos por el turismo
internacional, que ha hecho de Tahití uno de sus centros. Este ha sido
facilitado por el carácter de los indígenas, aficionados por naturaleza a
interesarse por cosas nuevas y a abandonar las viejas. Basta pensar que la
fiesta más importante de Tahití es, actualmente, el 14 de Julio, la fiesta
nacional francesa, que celebra la toma de la Bastilla.
Los partidos politicos evolucionan, los gobiernos suben y caen en
sucesión en todo el mundo, pero Tahití se supera con amor. La pompa real y la
habilidad con que presentan sus ceremonias, ataviados con milenarias
vestimentas de gran colorido, acentúan la distinguida majestuosidad de todas
las manifestaciones de su vida espiritual y alarde de suntuosidad de
arcaica apariencia.
-¿Cómo es
Tahití?
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-Tahití,
antiguamente Otaheite, es la más grande de las islas de la Sociedad, situada en
el centro del océano del Sur Pacífico, latitud 17°37’S y longitud 149°26’W.
-Consiste de dos montañas volcánicas y
de partes circulares unidas por un istmo bordeado por riscos de coral.
-Tiene 1041 Km2, con una
población de 44,170 habitantes, la mayoría de la cual vive en una franja plana
fertil que bordea a la isla.
-El interior montañoso protege los cultivos de caña y a las
plantaciones de coco. Es notable por sus magnificos paisajes, con un follaje tropical.
-El monte Orohena alcanza una altura de
2,237 metros. La vegetación cubre las tierras bajas; los cocoteros y flores
tropicales son muy prominentes como los frangipani y las bugamvilias.
-El clima, a pesar de que es húmedo y
bastante caluroso tiene una temperatura agradable debido a la brisa del mar y a
las elevaciones de la isla.
-Tahití fue descubierta por el
navegante portugues Pedro Fernandes de Queiros en 1606, y fue explorada por el
capitán inglés James Cook en 1769.
-En 1780 desembarcó en ella el capitán
francés Bougaiville, ocupando Tahití a nombre de Francia.
-En 1843 Tahití se convirtió en un
reino, bajo el control francés, y en 1880, a raíz de la abdicación del rey
Pomaré V, pasa a ser declarada colonia francesa con “derechos completos civiles
y politicos”.
-¿Cómo les
fue a los tahitianos con los colonizadores europeós?
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-Con la llegada de los europeos, en el siglo XIX, a Tahití, los
nativos, una vez una raza espléndida con una cultura bien desarrollada, fueron
devastados en número.
-Todos los isleños de Oceanía han
sufrido a causa del contacto con los europeos. La enfermedad, la bebida, los
misioneros y el trabajo forzado. Sobre una cifra calculada en 1,100,000
polinesios existentes cuando llegaron los europeos a fines del siglo XVIII,
solo quedaban en 1900 unos 180,000.
-Sin embargo, desde 1900, la población
se ha repuesto y está creciendo.
-De los misioneros, relata un viajero
alemán, de nombre Otto von Kotzebue, lo siguiente:
“Esta religión, que prohibe todos los
placeres inocentes, que ahoga o aniquila todas las facultades mentales,
traiciona al divino fundador del cristianismo. La religion de los misioneros aportó, en verdad, muchas cosas
malas. Dió lugar a la ignorancia, la hipocresía y el odio a todas las demás
formas de religión, defectos que eran ajenos al carácter franco y bondadoso del
tahitiano.” (1823-1826).
-¿Qué me puedes decir del famoso capitán Cook?
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-El capitán Cook tuvo vínculos fuertes
con Tahití. A principios de 1768, el rey Jorge III de Inglaterra ordenó que un
barco, el Endeavour se equipara para llevar astrónomos y otros
científicos a la isla de Tahití.
-James Cook fue puesto al mando de la
nave. El barco salió de Inglaterra en agosto de 1786, dobló el cabo de Hornos y
arribó a Tahití en abril de 1769.
-El Endeavour, antiguo
carbonero de 32 metros de eslora, tenía una misión dobe: realizar, con base en
Tahití, estudios astronómicos que ayudasen a determinar la distancia entre el
Sol y la Tierra, e ir en busca de un continente hipotético, la “Tierra
Incógnita del Sur”.
-Después de cruzar el Atlántico, el Endeavour atracó en Río de Janeiro, después
prosiguió hasta el Cabo de Hornos, que dobló entre furiosos vendavales. De allí
puso proa a Tahití, a 9,000 kilómetros al noroeste.
-La tripulación, deslumbrada por los
relatos de los anteriores exploradores, contaban interminables historias acerca
de las atracciones femeninas de la isla: a cambio de un clavo los marineros
conseguían una hermosa jóven y por un perno les era posible disfrutar de un harén
durante un mes.
-Los tahitianos, que no concían los
metales, daban cualquier cosa por poseer tan maravillosos objetos.
-El buque inglés que había estado antes en Tahití al mando de
Samuel Wallis, el Dolphin, estuvo a punto de hundirse porque su
tripulación, en un solo mes, había extraído subrepticiamente un enorme número
de pernos y espigas de hierro de su casco.
-El Endeavour tenía que
permanecer en Tahití durante tres meses por lo que su capitán puso guardias a
todos los elementos metálicos del navío.
-Cook se dirigió luego hacia el mar, donde descubrió las dos islas
principales de Nueva Zelanda, de gran fertilidad y hermosura, y más allá, tras
cruzar el mar de Tasmania, la costa
oriental de las vastas tierras que habrían de convertire en la Comunidad
de Australia.
-Cook levantó cartas de 3,800
kilómetros de costas neozelandesas y maravilló a los polinesios de Nueva
Zelanda, que tomaron a los ingleses
por seres sobrenaturales al ver que remaban hacia las playas mirando a
popa, lo cual les hizo pensar que tenían ojos detrás de la cabeza. Además
podían quitarse y ponerse la piel (los abrigos) y algunos (que usaba pelucas)
hasta el cuero cabelludo.
-En una ocasión cuando Cook llegó a Tahití le sobrevino un terrible
reumatismo que lo dejó medio paralítico y al que no era ajena la humedad de los
camarotes instalados bajo un puente lleno de goteras. Un jefe polinesio, que
fue a visitarlo, le dijo:
“En seguida vamos a arreglarle eso…”
-Y en cumplimiento de su promesa envió
con toda ceremonia una gran canoa con doce mujeres. Al llegar se apoderaron de
Cook y, con sus manos ágiles le amasaron los músculos y le dieron un intenso
masaje hasta que todas las artículaciones del inglés restallaron sonoramente y
se le puso la piel roja. Al cabo de cuatro de estos tratamientos Cook dejó de
sentir dolores.
-¿Cómo era
el carácter del capítán Cook, porque según sé, los capitanes de los navios
ingleses eran terriblemente crueles?
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-Años después de la muerte de Cook, un
jefe polinesio decía a propósito de él:
“Aquel barco estaba dirigido por un
gran hombre. Sabíamos que era el amo de todo por su perfecta caballerosidad y
su noble comportamiento. En una ocasión se acercó a nosotros y nos acarició las
mejillas. Mi compañero dijo: ‘Este es el jefe. Lo prueba la simpatía que nos
tiene y el que le agraden mucho los niños. El hombre con nobleza de espíritu no
se confunde con la multitud’”.
-¿Cómo viven los tahitianos actualmente?
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-Los natives llevan una vida simple
que, junto con el clima, la belleza escénica, y la abundante comida natural, ha
dado a Tahití una reputación de un paraíso tropical. Cocos, fruta de pan, ñame,
taro, platanos, puerco, aves y pescado son la comida normal. Los nativos,
pescan a menudo en la noche con antorchas, son expertos pescadores con lanza,
red y con caña de pescar. La población incluye muchos extranjeros,
principalmente franceses, que se dedican a la exportación y a la industria y
chinos que por lo general son comerciantes. Las exportaciones principales son
copra, vainilla, coco, madreperlas y fosfatos.
-El coco es para los isleños del Pacífico lo que el arroz para los
asiáticos y el trigo y el maíz para los occidentales.
-Mencionaste la fruta de pan, ¿cómo es?
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-En Tahití el fruto del árbol del pan
es un alimento muy importante. Recuerda un poco al melón y crece sobre un árbol
alto y hermoso. Durante miles de años, los polinesios lo han cultivado, y hay
tantas variedades que algunas de ellas crecen durante todo el año. La major es
la del fruto sin semillas y es la que más se cultiva hoy en día.
-Los europeos oyeron hablar por primera
vez de él hace unos 300 años. Suponiendo que crecería bien en cualquier lugar
de los trópicos, los europeos
decidieron, a fines de 1700, llevarlo a sus colonias de las Antillas.
-La historia de la primera expedición
de los buscadores del fruto del árbol del pan es muy romántica. Porque el
excesivamente riguroso capitán del Bounty, que era el barco encargado de
aquella misión, y varios de sus hombres, fueron abandonados en un bote por la tripulación
amotinada –que se rebeló contra el despiadado trato que recibía- y navegaron en
su diminuta embarcación más de 6,480 kilómetros hasta ponerse a salvo. Pero
cuando, en el año siguiente, 1792, otra expedición tuvo más éxito, pareció que
se había tomado una molestía inútil,
porque a los esclavos negros antillanos no les interesaba el fruto del
árbol del pan… y son muy pocos los hombres blancos que han podido descubrir por
qué les gusta a los natives de las islas del Pacífico.
-¡Oye Emilio, platícame de los marinos del Bounty!
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-En la isla de Pitcairen, a medio camino entre Australia y América viven
unas 200 personas, todas ellas descendientes de los que nueve marineros
británicos que formaron parte de la tripulación del barco Bounty, amotinada
contra su tiránico capitán Bligh y que desembarcaron en la isla en 1790, con un
grupo de 13 nativas tahitianas. Toda la población de esta posesión inglesa
pertenece a una secta protestante.
-Así como los amotinados del Bounty sucumbieron a
la belleza idílica de Tahítí, lo mismo les ha pasado a escritores, pintores y a
toda persona que llega a esa
hermosa isla del mar del sur. A
tal grado que el gobierno ha tenido que poner medidas rígidas a la imigración.
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