C8010 124 04
DAVOS 2014
Bestriz
Pagés
El
papa Francisco envió a la inauguración del Foro Económico mundial de Davos, Suiza, que reúne a 40
jefes de Estado y a numerosos directivos de empresas multinacionales, un
discurso sobre la desigualdad.
El hecho de
que se haya invitado al Obispo de Roma a hacer un llamado en Davos y desde
Davos, a construir un modelo económico basado en una distribución más justa de
la riqueza y en el que se tome en
cuenta la dignidad humana, denota la profunda preocupación por la aparición de
una Europa cada vez más pobre.
El judío
polaco Zygmunt Bauman, autor del término tiempos
líquidos, ha dado cuenta de cómo en países
altamente desarrollados como Estados Unidos y la Gran Bretaña la pobreza tiene
el mismo rostro de hambre y devastación que mostraba en el siglo XIX.
La
desigualdad y no solo la pobreza es la amenaza que se levanta sobre el nuevo
milenio. Cada vez un mayor número de investigadores coincidenen que la violencia -caso Michoacán-, el
terrorismo, el crímen organizado -caso México-, los suicidios, la depresión de
las sociedades tienen su raíz en dos mundos contrastantes que se miran, pero no
se parecen entre sí.
En uno,
domina el desempleo o subempleo, los bajos índices de educación, salud y
calidad de vida; y en el otro los 85 ricos que, según el informe de la ONG
Oxfam, tienen una fortuna que equivale a lo acumulado por el 50% de los pobres
del mundo.
El discurso
del papa argentino llegó a Davos después de que la Organización Internacional
del Trabajo (OIT) publicara, en su más reciente informe, que el desempleo a
nivel mundial alcanza en la actualidad a 202 millones de seres humanos.
La OIT
atribuye el desempleo masivo a la economía especulativa a que pocos -o nadie-
invierten en generar fuentes de trabajo, y muchos, sobre todo los más
acudalados, prefieren obtener ganancias a través de la Bolsa y de un
sofisticado andamiaje financiero.
México llega
a Davos en un contexto de crisis mundial, en el que no solo la economía, sino
la política y la democracia occidental se encuentra severamente cuestionada.
Una
democracia que, para la mayoría de la población o -para ésa que se manifiesta
lo mismo en una España en bancarrota que en los países africanos, asiáticos,
orientales o latinoamericanos-, ya no sirve para dar respuesta a lo que necesita la gente.
México,
entonces, aterrizó en el Foro Económico Mundial con un paquete de reformas
modernizadoras -energética, telecomunicaciones, fiscal y de transparencia-,
pero al mismo tiempo con un portafolio a reventar de problemas sociales, cuyo
origen está precisamente en la desigualdad.
La visión
del presidente Enrique Peña Nieto coincide con la del papa Francisco. Fenómenos
como el de la violencia solo pueden ser arrancados de raíz atendiendo lo
social, pero ¿cuántos de los jefes de gobierno, y lideres que asistieron a
Davos, a ese manicomio liderado, por una elite internacional cuya forma de
hacer negocios constiutye un suicidio para la humanidad, habrán tenido oídos
para escuchar al sumo pontifice?
----------------------------------------------------
Tomado de la revista SIEMPRE 2163
----------------------------------------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario