Arabia Saudita y sus Mujeres

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ARABIA SAUDITA Y SUS MUJERES

Mariana Calderón Aramburo

14 ene 2014

La igualdad entre hombres y mujeres es un principio incuestionable en casi todas las democracias.

En un mundo tan globalizado, como el nuestro, es común que muchos de los derechos que ejercemos día con día los tomemos por sentados, sin pensar en los múltiples movimientos del pasado que los generaron. A pesar de existir gobiernos de izquierda o derecha, resulta innegable la uniformidad de principios y derechos que rigen en la  mayoría de los países occidentales.

Por ejemplo, la igualdad entre hombres y mujeres es un principio incuestionable en casi todas las democracias. Si bien es cierto que existen algunos países más rezagados que otros en dicha materia, la realidad esque casi todos se han encaminado por lograr una equidadde género en el ámbito político, económico, cultural y social. Por ello, resulta sorprendente encontrar en pleno siglo XXI países donde las mujeres apenan estén siendo consideradas para los asuntos públicos y cuyos derechos sociales resulten más que cuestionables.

Me referiré en esta ocasión al caso de Arabia Saudita, que hace poco más de 2 años se convirtiera en la última nación de la historia que permitiera el sufragio de sus mujeres. Arabia Saudita, es un país que, por su nivel económico (PIB de 576 mil millones de dólares anuales) y por ser el único miembro de Medio Oriente en pertenecer al exclusivo grupo del G20, podría pensarse que tiene el más amplio reconocimiento de derechos, sin embargo, la realidad social saudita es muy distinta de lo que pudiéramos imaginarnos.

Apenas en 2011 el rey Abdullah de Arabia Saudita concedió a las mujeres el derecho a votar y ser votadas en las elecciones municipales que se llevarán a cabo en 2015, lo cual representó el mayor paso de empoderamiento de las mujeres sauditas en aquel país, el cual por motivos religiosos no había reconocido el derecho a las mujeres de ejercer sus derechos políticos electorales.

A pesar de la férrea oposición de algunos grupos musulmanes al respecto, existieron varios factores que pudieron haber detonado dicho cambio, tales como la Primavera Árabe, el activismo de las propias mujeres sauditas e incluso la difusión de mensajes por redes sociales. A pesar del gran avance que representa el derecho al voto, las mujeres de aquel país critican la incongruencia de poder ser electas para un puesto público pero no tener derecho a manejar un vehículo.

Si consideramos que Arabia Saudita es un país en el que apenas en 1960 se les permitió a las mujeres recibir educación pública y en el que las mujeres necesitan permiso de un tutor masculino “mahram” para viajar e incluso para realizar actividades comerciales, sin duda el derecho a votar y ser votadas es un gran avance.

Apenas en 2001 se les concedió el derecho a las mujeres sauditas a que les fueran expedidas cédulas de identificación personal y diez años después se les ha concedido el derecho al voto. Si la tendencia continúa así, espleremos que en 10 años las mujeres de Arabia Saudita hayan logrado una plena equidad no solo en sus derechos políticos sino también en sus derechos sociales, económicos y civiles.

Teniendo presente el dicho que reza “mal de muchos, consuelo de tontos” no puedo dejar de reflexionar sobre los avances legales que se han logrado en México en materia de perspectiva de género en comparación con otros países, sin perder de vista que nuestro país, culturalmente, aun tiene mucho por mejorar en dicho rubro. La equidad entre hombres y mujeres es un principio que debemos proteger y seguir fomentando  pues no es un derecho que se reconoció desde el nacimiento de nuestro país sino que fue el fruto de valientes mujeres y hombres cuyo esfuerzo, pasión y dedicación permitieron que nos fuera heredado un país más justo que aquel en el que ellas nacieron.

Desde esta pluma deseo y auguro la misma suerte a mis congéneres de Arabia Saudita.

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