miércoles, 2 de mayo de 2012

La Francia Erótica



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        -Emilio, para mi que en todas las épocas y en todos los países, todos los seres humanos se parecen. Sin embargo, recuerdo una cita tuya que dice: "Cada pueblo tiene su idiosincracia propia", y aunque me contradiga, efectivamente, los franceses son como muy éroticos, ¿no es cierto?

         -Es un hecho indiscutible que Francia ha sido por muchos siglos renombrada como la casa "par excellence" del erotismo y de que los franceses son los típicos representantes del espíritu erótico y practicantes del arte del erotismo.


      -En qué te basas para afirmar eso?

            -Voy a tratar de explicar lo que quiero decir: Hay algo inherente en los franceses que los impulsa a ese tipo de actividades. Estoy simplemente asentando el hecho que puede ser afianzado por numerosos fenómenos, históricos y sociológicos
-A mi parecer, durante el periodo del renacimiento, fue cuando los primeros frutos de la nueva cultura se vieron documentados en la literatura.
            -Naturalmente que en esa misma época otras naciones de Europa, Italia principalmente y también Alemania, estaban produciendo obras similares.
         -¡Y vaya que en Italia iba a ser visto que indudablemente el principio de esa literatura fue casi la base de todo el empuje y potencialidad del renacimiento! Pero de cualquier modo esa dirección manifestada en la literatura fue la reflexión de tendencias continuadas, desarrollados y aumentadas  que en fechas posteriores harían de Francia la residencia mundana del erotismo en Europa.
-Hay muchos testimonios que atestiguan la importancia de Francia en esa conexión, que es difícil, pero no imposible, enumerar en su totalidad.
-En los tiempos modernos, Francia ha sido productora de novelas, leyendas y dramas que se mezclan de diferentes maneras, y desde una excesiva variedad de puntos de vista, con el amor sexual. Francia ha exportado esos productos a todo el mundo.


          -¿No me podrías mencionar a  algunos autores eróticos franceses?

         -Podemos mencionar a los escritores eróticos del siglo dieciocho: Sade, Bretonne, Dulaurens; y en tal siglo como el diecinueve, los autores que surgieron como Maupassant, Zolá, Flaubert, Gautier y Verlaine, para probar que todos esos autores fueron fervientes eróticos.
         -Para ellos no siempre fue el amor a la diversión sino un vital interés en el material que dirigía sus plumas hacia sus tareas artísticas.
         -La época grande del amor incontrolable en Francia fue el siglo dieciocho. Más que  durante el renacimiento y no menos que durante el periodo clásico de la antigüedad el sexo gobernó esa época.
-Naturalmente que la literatura era un fiel espejo del reinado del sexo en producciones sin cuento que sobrepasaron cualquier previo periodo  subsecuente en la historia erótica de Francia.
         -Esa representación de la edad clásica del amor francés será el climax de la obra; el resto nos guiará y nos alejará de tal climax. El principio tratará de las primeras épocas de Francia, la edad de los caballeros y de la cortesía; la regencia de la Iglesia y las canciones de los trovadores.

            -Qué me puedes decir de la influencia de la moda en el erotismo en Francia?

         -París ha sido desde tiempos inmemoriales el centro de las modas para vestir al mundo, desde donde se han dictado y se siguen dictando y en donde la "chic" del mundo ha sido creado. Cualquier adulto que ha tratando de entender la delirante y aparentemente caótica variación de modas, diseños y reformas, especialmente en la vestimenta femenina, llega a la conclusión, sin la menor sombra de duda, de que el antropólogo está en lo justo.
-Éste asegura que el vestuario o fue inventado porque las mujeres fueran modestas, sino porque son inmodestas. Esto es, que las mujeres no  cubrieron su desnudez porque les molestara que fueran vistas al desnuda.
         -Las mujeres escondieron parte de su anatomia a fin de aparecer más seductoras. Para abreviar, las mujeres escondieron esas porciones de su cuerpo que no eran del todo satisfactorias estéticamente hablando, para aumentar sus encantos ante los hombres.
         -Ahora bien, cuando en estos días las mujeres revelan su desnudez, o cuidadosamente la seleccionan y la hacen resaltar parcialmente, van pregonando esos motivos que les atribuyen los estudiantes de la evolución humana.
         -Las modas cambian, aparte de los motivos puramente económicos de los diseñadores y fabricantes de vestidos, porque es necesario que sean reveladas nuevas a atracciones para los hombres sin imaginación. 
-Un poquito más de las piernas o un poco menos; un poco más o menos de los bustos; una silueta de las formas  femeninas diferente, más carne o menos de ella, esos son los motivos dominantes para el extensísimo panorama de las modas.
-Por lo tanto, ¿es de maravillarse que París, más que ninguna otra ciudad del mundo, que ha cultivado lo erótico y ha soportado esa larga y rigurosa escuela, entregándose a  todos los caprichos y todos los gustos de lo erótico, sea también el árbitro del destino de la moda?

            -Qué me puedes decir de la influencia del arte en el erotismo en Francia?

         -Si fuéramos a examinar todas las pinturas y esculturas que conciernen al amor, a la desnudez, a las actividades sexuales, etc., tendríamos un método excelente para ver el impacto de este problema sobre épocas venideras.
-Por lo tanto, no estamos ya interviniendo directamente con los materiales de la vida sexual o su relación con las leyes humanas,
historia médica o eclesiásticas, sino con sus reflejos en el espejo del arte.
         -El pintor o el escultor sostienen el espejo contra la naturaleza y las imágenes que ellos captan e interpretan permanecen por siempre.
-Este esfuerzo sería suplementado considerablemente por la actividad similar de recompilar canciones populares y proverbios de la gente que generalmente nos ofrecerían vistas interiores en la historia, más intensas que las palabras simples.

          -Acabas de tocar dos temas interesantes, la vida sexual en  relación con la historia de la medicina y con lo eclesiástico. ¿Cómo es eso?

         -Eso me pasa por hablantín. Bueno, ni modo: Otros de los recursos para nuestra historia serían el reino de la medicina, historias médicas y estadísticas vitales. Utilizando estos caminos podríamos por ejemplo examinar todos los antecedentes disponibles referentes al origen y propagación de la sífilis en Francia y al seguir los pasos del desenvolvimiento de esta plaga a través del país y las referencias sobre eso desde fuentes diversas, estaríamos en situación de comprender la significación de esa enfermedad y exponer algunas conclusiones acerca de las condiciones responsables de ella. Esa sería una amplia contribución para la historia erótica de Francia y una recopilación que indudablemente vendría a formar un cuerpo de escritos de gran importancia.

          -Y con lo eclesiástico. ¿qué me puedes decir?

         -En la Francia Medieval había tres clases en esa estructura social.
         -En la más elevada se encontraba el rey y su corte de nobles, que poseían vastas extensiones de tierra como señores feudales. Esos individuos afortunados estaban excentos de trabajar; todas las labores necesarias y trabajo productivo del mundo era llevado a cabo por sus siervos a quienes ellos poseían corporalmente.
         -Entre esas dos clases se encontraba el clero que gobernaba igualmente a los de arriba como a los de abajo, pero tenía una marcada inclinación y posición hacia los poderosos.
         -Cada una de esas tres clases, viviendo en niveles diferentes de riqueza, posición, educación y oportunidad, seguían sus instintos sexuales a su manera: religiosidad pública del periodo que marcaba la época, no alteraba el curso de sus instintos.
         -La Iglesia se dió cuenta de eso  y de allí que instituyó la confesión.
         -Tiene que ser admitido que los hombres pecarán. Si la Iglesia era incapaz de contener el torrente de la pasión, entonces al menos había que dejarla que retuviera una medida de control sobre sus seguidores y advertir en donde aquel torrente había roto los diques.
         -Hay que dejar que los adictos a la Iglesia confiesen sus pecados y que ella tenga conocimiento de esas faltas y les inflija alguna pequeña penitencia por ellas.
         -Si se castiga tan débilmente, ¿para qué seguir intentando vivir virtuosamente?
            -Los siervos, miserables, completamente ignorantes, con las caras marcadas por la pobreza. Las vidas de esa clase social eran ciertamente sórdidas, brutales y cortas. Entre ellos había frecuentes infracciones a la virtud. Allí la Iglesia ejercía sus más grandes efectos pero aun así su éxito era ligero.
-La castidad, la continencia y la fidelidad, no se veían muy a menudo. La vida de esos siervos era corta y difícil, de modo que el pecado no era poco frecuente, pero la confesión les perdonaba todo.

           -¿Que me podrías decir en torno al pueblo francés que no te haya yo preguntado?

         -Es su gracia, encanto y liviandad lo que ilumina salidas serias, y es su lucidez la que los purifica ante nosotros en una perpectiva propia. El amor de esa gente, la comodidad, el gusto en el ejercicio corporal y mental en todos sus sentidos y capacidades, esas cualidades han hecho de Francia una de las naciones más grandes y más sabias del mundo occidental y si queremos condenar demasiado severamente sus perversidades y desenfrenos sexuales, recordamos que sus virtudes elevadas y nobles sobrepasan su erotismo.
         -El feliz pueblo francés ama las palabras y es feliz en el ejercicio de la pluma. Adoran su lenguaje como ninguna otra nación y durante muchos siglos lo han cultivado hasta que ha llegada a ser el instrumento más flexible en las manos del editor entrenado.
         -En Francia, uno puede decir todo, y lo que está dicho es tolerable aun para el oído más modesto, porque la magia del lenguaje lo capacita a uno a mirar muy por encima al sujeto de que se trata.
            -Según un psicólogo francés
la preponderancia de los asuntos sexuales en la literatura francesa es menos atribuida a la lujuria desenfrenada que al amor por la diversión.
         -Los franceses no son tan pasionales sexualmente como ingeniosos para el sexo. Las bromas y aventuras amorosas de la edad media, conocidas como fabulas, nunca mostraron realmente una sexualidad deslumbrante.
         -El eterno blanco del humor de esos cuentos es siempre el marido engañado; y hasta la fecha  en las más recientes comedias, el marido soporta el peso de las burlas, aun entre audiencias masculinas.
         -Más aún Rabelais, en cuyas obras apenas una página estará libre de sugestiones o temas sexuales, ha tratando las relaciones entre los sexos con cruda rudeza pero sin ningún intento perverso, sin un objetivo secundario y meramente como un material para la satisfacción de su propio amor y el de los otros a la broma y a la risa.
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Bibliografía:
LA HISTORIA SEXUAL DE FRANCIA
Henry L.Marchand
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