martes, 9 de septiembre de 2014

Futbol, Hombres y Mujeres


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FUTBOL, HOMBRES Y MUJERES

-Emilio, ¿qué importancia tiene el futbol para el ser humano?

-Fuera del ámbito deportivo, comercial y cervecero se convierte en un fenómeno antropológico.


-Podemos pensar en las ciudades de la Edad Media o para el caso de la Nueva España virreinal; los días eran sumamente monótonos: sin otra distracción que el trabajo, sin todas las comodidades que nos dio la industrialización, como agua corriente e iluminación en las noches. La  oportunidad de interacción social sólo se daba en la vecindad inmediata. El encuentro con los habitantes del otro lado del pueblo o de la villa era infrecuente. 
-Pero en cada boda, funeral u onomástico del santo patrono local, todos participaban. Las fiestas en los pueblos en las que todo el pueblo participaba con expresiones de fe religiosa, y algo más: Espíritu de grupo, todos forman parte del grupo. 
-Así que incluso quienes no eran de una gran fe religiosa, participaban con entusiasmo.
-Y lo mismo con las bodas: no sirven sólo para emborracharse y criticar la comida que servían. Su propósito era anunciar a todo el grupo: pueblo-familia-comunidad-gremio-empresa que surge una familia; “yo que te invité porque te reconozco parte de mi grupo que es el tuyo, que asistí porque te reconozco como parte de mi grupo que es el tuyo”.
-De ahí proviene el interés por el futbol.

-Oye, ¿por qué los aficionados al futbol son por lo general hombres?

-En los tiempos en de los cavernícolas, los hombres tenían que salir a cazar mientras las mujeres se quedaban a cuidar a los hijos, preparar la comida y a cuidar del lugar, quedó la costumbre de que, cada vez que los hombre salían a cazar era como un reto. Las fieras, a veces, mataban al cazador. En cambio la mujer no tenía ningún peligro.

-Y, ¿qué me puedes decir de la casi nula influencia del futbol en las mujeres?
.
-De acuerdo con la psicoanalitica argentina Débora Tajer existen muchas claves interpretativas para analizar lo que ocurre con las mujeres.
-Tajer ve al futbol como “un área social privilegiada de la constitución de la subjetividad masculina”, y señala que gran parte de la fascinación masculina por este deporte reside en lo que implica la escena deportiva: La impredictibilidad, la sorpresa, la ambigüedad entre ganar y perder, la creencia en los espectadores de que su entusiasmo puede cambiar las oportunidades de su equipo, la suposición en los jugadores de que otra cosa acontece cuando son mirados por el público.
-Hablar del futbol es muy importante en la vida cotidiana, y Tajer observa que es uno de los modos en los cuales se expresan el afecto, la pasión y los vínculos. 
-Ella insiste en que aun cuando siempre ha habido mujeres a las que les gusta y apasiona, dicho deporte está marcado por la masculinidad: hay una relación entre el futbol y el hacerse hombre y ser hombre. 
-En Argentina, por ejemplo, se ha constituido la identidad nacional, y forma parte de la genealogía masculina que un padre transmite y lega a su hijo varón. 



-Hoy en día, la afición por un equipo permite un anclaje identificatorio de gran relevancia frente a la pérdida de otros, como el trabajo a los partidos políticos. 
-Un varón contemporáneo puede cambiar de mujer, de partido, de jefe y hasta de país, pero nunca de equipo de futbol. 
-Para Tajer se trata del último refugio generador de pasión y dador de identidad fuerte que queda y su afición transmite una ruta de la masculinidad.
-Para Tajer no es posible hablar de una relación entre el futbol y los hombres sin hacerlo también en relación con las mujeres, por lo que habla de las mujeres y su actitud, tolerante o no, de acompañamiento o no, con esa pasión masculina. 
-Hay algunas a las que les gusta el futbol y otras a las que no. 
-A las primeras Tajer las divide a su vez en dos subgrupos: 
las que han ingresado o pugnan por ingresar como actoras directoras  -jugadoras, árbitros, periodistas, dirigentes y entrenadoras- y 
  • las que simplemente aprecian el espectáculo,
asisten a los partidos o los miran por televisión.  
-En cuanto a aquellas a quienes no les agrada esta práctica, Tajer distingue cuatro grandes subgrupos:
uno es el de las que se sienten “molestas” por considerarse excluidas de una actividad que          -mientras dura el partido- causa todo el interés de su amado. El futbol se vuelve un rival y ellas buscan una manera de persuadir a su pareja de que, en prueba de su amor por ellas, desista de ir a la cancha o de ver el partido por televisión; 
  • otro es el de las “indiferentes”, a quienes no les
importa ni les molesta el futbol. según Tajer, hay muy pocas que pertenezcan a este subgrupo; 
luego están “las que acompañan”, y que para Tajer son “mujeres que, con suficiente experiencia en la vida, han aprendido la estrategia de que, al no poder vencer a un poderoso enemigo, lo más inteligente es “si no puedes vencerlo, unete a él”; 
finalmente están las “perplejas”, que no se sienten molestas pero no logran entender la fascinación masculina por ver a 22 adultos corriendo detrás de una pelota. 
-En el relato de algunas de las mujeres que participan y gustan del futbol se nota la relación con el padre, el gusto por el futbol parece un don que han recibido de su padre, una especie de herencia paterna.
-Tajer analiza el caso de una mujer que encontró sumo atractivo en un hombre al que no le gustaba el futbol, para luego comprender, desilusionada, que ese lugar puede ocuparlo cualquier otra pasión. 
-Pero también la psicoanalista advierte la fascinación femenina de las que experimentan las mujeres al ver a un hombre concentrado y puesto todo en una accción, en un acto. 
-Así, hay mujeres que pueden llegar a enternecerse ante los sentimientos, incluso los sacrificios, a los que un varón está dispuesto por la adhesión a un determinado equipo.
-Aunque en la actualidad hay muchas mujeres que eligen acompañar al amado mientras disfruta del partido, bastantes se han percatado de que existen muchas otras alternativas para pasar un domingo por la tarde como visitar a sus amistades y familiares, mientras su “rival” ocupa la atención de su pareja.
-Tajer concluye que desconocer el futbol es desconocer una parte importante de la vida nacional. 
-Pero lo que más impacta de su agudo análisis es que, según ella, lo que las mujeres suelen compartir ante el futbol, muchas veces inconfesadamente, es la envidia que les provoca la pasión que ellos sienten y a la que no le encuentran equivalente sustitutivo en el universo de la feminidad. 
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