lunes, 4 de enero de 2016

Extremismo Islámico contra la Educación de las Mujeres


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EXTREMISMO ISLÁMICO CONTRA 
LA EDUCACIÓN DE LAS MUJERES

Ángeles Espinosa 


Brutal, cruel, intolerable. Faltan palabras para describir la indignación que produce el secuestro de dos centenares de niñas en Nigeria. 

El 14 de abril de 2014 secuestraron más de doscientas niñas de una escuela en Jibik como parte de una campaña política en contra de la educación occidental de los estados de Borno, Yobe y Adamawa.

De ellas, 53 niñas pudieron escapar en los días subsiguientes al secuestro.
El 5 de mayo, el líder del grupo, Abubakar Shekau, reivindicó el secuestro a través de un video donde afirmó que las vendería en el mercado y que la educación occidental debe cesar.

Una niña raptada en un secuestro anterior, y que pudo escapar, cuenta que las cautivas eran violadas varias veces por día y forzadas a convertirse al Islam, y que les cortaban la garganta si no lo hacían.

A la privación de libertad se une el agravante de que se trate de menores sin defensa posible ante un grupo de hombres armados. 

Su excusa: las chicas se dedicaban a estudiar en lugar de haberse casado. 
"He secuestrado a vuestras hijas y voy a venderlas en el mercado, porque así me lo pide Dios. Chicas, tenéis que casaros”, ha explicado en un ominoso video Abubakar Shekau, el líder del grupo yihadista nigeriano Boko Haram. 

-¿Cómo es posible que alguien se arrogue el derecho a decidir sobre la vida de otro?

Boko Haram, como se conoce coloquialmente al grupo Congregación del Pueblo de la Tradición para el Proselitismo y la Yihad, suele traducirse como “la educación occidental es pecado”.

Si no fuera por la gravedad de los hechos, las declariones de Shekau podrían descartarse como “otra tontería que se atribuye a Dios”. 

Al igual que antes hicieran los talibanes en Afganistán y Pakistán, los militantes de Boko Haram no sólo rechazan la escolarización femenina, sino que recurren a la violencia para desincentivarla. 

Aún está fresco el recuerdo del atentado contra Malala Yousafzai, cuya defensa de la educación de las niñas la convirtió en objetivo de los extremistas paquistaníes. 


La joven ha unido su voz a la campaña que pide la liberación de las muchachas nigerianas.

Resulta tentador hablar de “presión Islamista contra el derecho a la educación de la mujer”, dado que ambos grupos recurren a las mismas tácticas para defender su interpretación del Islam. 

Tentador pero peligroso. Más aún cuando pocos críticos se esfuerzan por diferenciar musulmanes de yihadistas. 

Hay 1,500 millones de musulmanes en el mundo, concentrados en una franja que se extiende desde Indonesia hasta Marruecos, además de minorías significativas en varios países europeos, Estados Unidos y Australia. 

Resulta difícil calcular cuántos de ellos apoyan el Islam político, pero los extremistas que respaldan la violencia (yihadistas) son claramente minoritarios a pesar del ruido mediático de sus (intolerables) acciones.

Por cada atentado contra la escolarización de niñas pueden encontrarse sin esfuerzo numerosos ejemplos que ponen en entredicho que tal sea la actitud generalizada de los musulmanes. 

Desde las campañas de alfabetización femenina promovidas por Irán tras la Revolución Islámica, hasta el entusiasmo con que numerosas comunidades tanto en Afganistán como en Pakistán reciben la apertura de escuelas de niñas, pasando por la normalidad de la educación de las mujeres en Turquía, Indonesia o Malasia.


         Los Islamistas suníes por excelencia, los Hermanos Musulmanes, nunca se han manifestado en contra de que las mujeres estudien. 

Con todas las limitaciones de vestimenta y separación de sexos que se quiera, las chicas son mayoría en las universidades de Irán, Arabia Saudí, Qatar o Emiratos Árabes Unidos.

La educación de la mujer (y de la generalidad de la población fuera de las élites) es un fenómeno relativamente moderno en todo el mundo. 

En las sociedades tradicionales, se primaba la educación del varón sobre quien recaía la responsabilidad de sustentar a la familia. 

En aquellos países donde aún imperan sistemas patriarcales, y tal es el caso en los de mayorías musulmanas, pueden existir límites al nivel de estudios que se considera aceptable para las chicas, o el tipo de carreras que se perciben como femeninas; pero no oposición a su educación en general.

El recurso a la violencia para impedir la escolarización de las niñas ha surgido con el auge del extremismo islámico. 

Para los grupos yihadistas que luchan contra el Estado constituye uno de los objetivos menos arriesgados. 

Tachar la educación de “occidental” es una mera excusa. Sin formación, la gente resulta más fácil de manipular. 

De ahí, el desafío que suponen Malala y las niñas nigerianas.

La escuela aumenta la autonomía de las mujeres (las más educadas también tienden a casarse más tarde, tener menos hijos y a adquirir independencia económica). 

Eventualmente, eso les lleva a querer tomar las riendas de sus vidas y entonces ponen contra las cuerdas el sistema patriarcal, que los yihadistas justifican en la sharía, o ley islámica, dando así argumentos a quienes consideran misógino el Islam. 

(The Guardian ha publicado un interesante reportaje donde jóvenes musulmanas de todo el mundo y edades similares a las secuestradas condenan esa acción y defienden su derecho a estudiar; ahora sería oportuno que autoridades religiosas tanto suníes como chiíes denunciaran el rapto.) 

Además del desafío de los yihadistas, Nigeria y Pakistán comparten otros elementos que sin duda ayudan a crear el caldo de cultivo donde florecen esas ideas retrógradas. 
Ambos, que tienen el dudoso honor de encabezar la lista de países con más niños fuera de las aulas, se acercan peligrosamente a los 200 millones de habitantes, están dirigidos por gobernantes corruptos y se caracterizan por una enorme desigualdad social. 

Uno de cada cinco niños que no van a la escuela en el mundo es nigeriano; otro paquistaní; cerca de 60% de ellos son niñas.

Hacer frente a la pobreza y la ignorancia resulta más eficaz para combatir el radicalismo que demonizar a millones de personas por los actos criminales de unos pocos. 

Nada puede justificar el secuestro de las niñas nigerianas, pero hay que evitar que el horror de esa acción conduzca a una espiral de odio entre comunidades, más aún en un país como Nigeria donde las susceptibilidades confesionales están a flor de piel.

Sigue pareciendo increíble que sucedan estas cosas. La educación y los derechos de los menores no deberían ser decididos por religiones.

Por desgracia no solo pasa con lo extremistas musulmanes. Hay quien ya lucha por cambiar esto, pero deberíamos hacerlo todos.

Mirad si hay condenas de musulmanes sobre esto. Parece que disfrutáis pensando que los musulmanes son cómplices o algo parecido. Boko Haram son terroristas, no musulmanes.

Aquí tienes otra declaración de la Organización para la Cooperación Islámica, con sede en Jeddah, y que agrupa a 57 países de mayoría musulmana 
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Comentarios

Soy musulmana, estoy orgullosa de serlo y tengo estudios.

Me parece muy triste que, según leo, necesiteis oir voces musulmanas condenando este crimen atroz. 

¿No sabeis todavía que a los "buenos" musulmanes no se les da voz? 

¿No sabeis que el Corán mismo impone el conocimiento a cada ser humano, hombre o mujer, sin distinción alguna? 

Si no sabeis, ¡informaos! que hoy día no es nada difícil saber sobre "qué dice o qué no dice el Islam sobre esto o aquello", pero no espereis la información servida, quizá no sea la verdadera información.
En cuanto a estos tarados retrógrados son de lo peor y lo que hacen NO es Islam, malditos sean por la fama que le dan. 

Saludos, una musulmana.
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Sería oportuno que autoridades religiosas tanto suníes como chiíes denunciaran el rapto. 

Los musulmanes de buena fe, parece que callan y no expresan su rechazo. 

Luce como esas sociedades consideran a la MITAD DE LA POBLACION DEL MUNDO COMO UN MAL Y LES CONCEDEN SER NECESARIOS... 

Deben rechazar abiertamente esos delitos o todos consideraremos que musulman y jihadista es la misma cosa.

El que la mujer estudie o no lo haga, no es un problema de solo la cultura musulmana. 

También es un asunto que se da entre occidentales y especialmente en suramerica, donde el machismo, acentuado por las tradiciones cristianas sembradas durante la Conquista Inquisitoria, dejaron marcadas en la mente de la sociedad la priorización del varón. 

Es común aquí en Colombia, observar que se prima la educación del hombre por encima de la mujer. 

Siempre hay dinero para educarlos mientras que a ellas, les toca trabajar, prostituirse o casarse, (que en últimas es igual a prostituirse) para llegar a tener una educaciòn mediocre. 

En síntesis, no veo donde este el horror del Islamismo, si en este asco que llamamos cultura occidental de paises subdesarrollados, la sensación es la misma con otros tintes...
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Todos los extremistas quieren que la gente no esté formada, como los ingenieros talibanes que saben su campo y después todo el día con el Corán, pero también es muy importante para los que quieren o tienen el poder impedir que los de abajo se unan, y lo evitan estableciendo jerarquías: el que está arriba es capaz de aguantar todo lo que le echen para preservar sus supuestos privilegios, que al final suelen ser de pega o poco menos. 

Las discriminaciones racistas, étnicas, por género, por lo que se quiera tienen siempre este componente.

  Por algo la extrema derecha apoya por sistema todo tipo de discriminaciones.
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Boko Harám podría ser el caballo de Troya de la OTAN, para justificar una invasión armada en Nigeria, dividir el país, poner gobiernos títeres y apoderarse de los recursos petrolíferos y gasíferos de la mayor economía de África.
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Buen lector: no se hace una revolución prostituyendo niñas como se ve en el video del líder islámico de Nigeria, eso no se ve muy varonil, es más en Occidente y Perú se ve como una de las mayores bajezas del ser humano. 

En Perú el 99% es partidario de dar pena de muerte al violador de niños aunque la ley peruana lo prohíbe.

Boko Haram en idioma Hausa significa “la educación occidental es pecado.” Lo cual es inconcebible desde el mismo punto de vista de Cristo sino del mismo Islam.
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Tal vez el lector relaciona al Islam con las bombas y este secuestro de niñas para venderlas como prostitutas, solo porque desean estudiar, pues no es así: el Islam irradio una grandeza incomparable mientras occidente estuvo en decadencia durante la Edad media, casi toda la cultura y la ciencia provenía de los árabes y otros, musulmanes: medicina, álgebra, astronomía, etc, etc. y tradujeron todos los libros de occidente.

Tenían bibliotecas de 3 millones de libros como en Trípoli – que fue incendiada por los cruzados.
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