sábado, 20 de marzo de 2010

Autohipnosis

-Fíjate, Emilio, que durante las vacaciones me topé en la playa con Paco y Alicia, dos viejos amigos míos. La vez anterior que los había visto estaban gordos; pero en esa ocasión, en la playa, los noté tan delgados como cuando los conocí, hace diez años.
-¡Fantástico! -exclamé-. ¿Cómo lograron adelgazar?
-Con la autohipnosis -me dijo Paco.
-¿Dos personas sensatas como ustedes recurrieron a esa especie de brujería? -repliqué.
-Ninguna otra cosa nos dio resultado -prosiguió Alicia-. Un día, Paco vio un anaquel de cintas magnetofónicas de autohipnosis en una librería, y compró una para adelgazar. Yo la oí, cuando la tocó al acostarse; en realidad, antes de que terminara me quedé dormida. Pero, al día siguiente, en la oficina, pedí un sandwich de queso a la hora del almuerzo. Estaba delicioso, pero me sentí satisfecha con sólo comer la mitad. Tiré lo demás a la basura, cosa que nunca había hecho. Y pensé: ¡Cielos! ¡Es por la cinta!

-Al contarle la historia a un amigo psicólogo, me relató su propio caso. Durante años le habían atemorizado las visitas al dentista. Entonces, empezó a aplicarse la autohipnosis antes de cada sesión con el odontólogo, y ya superó esa angustia.
-Impresionado, comencé a investigar. Descubrí que las aplicaciones terapéuticas de la autohipnosis han ganado amplia respetabilidad entre los médicos y psicoterapeutas.
-Se imparten cursos de este método en programas médicos, odontológicos y de psicología clínica, y muchos médicos, dentistas y psicoterapeutas profesionales lo enseñan a sus pacientes.
-Según los informes de numerosas investigaciones, abundan las personas que han logrado aplicar la autohipnosis para aliviar la angustia, sobreponerse a temores, dominar el hábito de comer en exceso, curarse el insomnio, dejar de fumar y beber.
-Un doctor, psiquiatra y oncólogo que ha enseñado la autohipnosis a pacientes cancerosos y a otros que también sufren de dolores crónicos; afirma que el 20% de ellos obtiene casi completo alivio y el 60%, alivio parcial.
-Los estudios demuestran, asimismo, que la autohipnosis suele constituir un tratamiento eficaz para muchos padecimientos en los que intervengan el estrés y la angustia: asma, colitis, frigidez e impotencia, migraña e hipertensión arterial, por ejemplo.
Pero las autoridades en la materia advierten que no se debe confiar en ella al grado de que sustituya al tratamiento médico de las enfermedades físicas graves, ni como procedimiento para explorar trastornos emocionales profundos, sin la vigilancia de un profesional.

-Yo tenía la idea que la hipnosis es un proceso en que un hipnotizador, mediante destrezas y poderes especiales, obliga al sujeto a caer en un trance parecido al sueño y a obedecer sus órdenes.

-En realidad, la persona debe estar dispuesta a entrar en trance... no se le puede forzar, la hipnosis no es algo que le hace a uno el hipnotista. Uno se lo hace a sí mismo.
-Al utilizar técnicas como lograr que el sujeto fije la vista en un punto y pedirle que relaje un grupo de músculos tras otro, el hipnotista ayuda al sujeto a caer en "trance", en el cual abre la mente a cierta clase de sus sugestiones.
-Según un experto en hipnosis, el trance se logra enfocando la atención a tal grado que se excluyen todos los pensamientos y sensaciones físicas que pudieran distraer.
-No es inconsciencia ni sueño, sino algo muy parecido a estar absorto en lo que estamos leyendo o haciendo, con tal concentración que no escuchamos a quien nos habla.
-Ya inducida en trance, la persona puede pasar por alto la mayoría de los mensajes de su propio cuerpo y mente, y así se vuelve receptiva a ciertas ideas.
-Las sugestiones destinadas a capacitarla para alcanzar metas específicas entran en la mente inconsciente, y permanecen allí, activas, ejerciendo influencia en la conducta y en los sentimientos.
-Pero, en todo caso, es preciso que tú quieras poner en práctica la sugestión.
-Si en realidad no deseas dejar de fumar, por ejemplo, de nada servirá la hipnosis.
-La autohipnosis es muy diferente de ordenarse a sí mismo, sin entrar en trance: "No temas", o: "Deja de sentir hambre".
-No son eficaces tales órdenes a uno mismo.
-La autohipnosis hace actuar fuerzas mentales mucho más poderosas (las del subconsciente).
-Las sugestiones que tú te haces en la autohipnosis tienen una potencia muy semejante a la de tus habilidades o hábitos (como amarrarte los zapatos o conducir un auto), que dominas a la perfección.
-Puedes ejercutar tales actos de manera automática, sin necesidad de pensar en ello y sin tener que recurrir a tu fuerza de voluntad.
-Es muy probable que tú puedas aprender la autohipnosis.
-Según los especialistas, poca gente tiene el don innato de practicarla: esas personas tienden a ser imaginativas y saben soñar despiertas: otra minoría no puede lograrla en el absoluto.
-Pero la mayoría de los sujetos están entre ambas categorías, y pueden dominar la técnica de la autohipnosis.
-Todas las personas de inteligencia normal, y con una actitud y motivación correctas, pueden aprender la autohipnosis.
-Un recurso consiste en emplear cintas magnetofónicas comerciales.
-Algunas enseñan una técnica de autohiponsis que permite al sujeto practicarla por sí mismo y hacerse sus propias sugestiones.
-No obstante, casi todas las cintas son guías para inducir el trance, y luego hacer sugestiones sobre determinado asunto.
-Escoje una cinta que se concentre en enseñar la técnica de autohiponsis, en vez de disertar acerca de problemas específicos.
-También puedes aprender a autohipontizarte asistiendo a varias sesiones de adiestramiento con un hipnoterapeuta, leyendo un libro de autohiponosis o siguiendo un curso de educación para adultos sobre el tema.
-La mayoría de los métodos de enseñanza de la autohipnosis constan de cuatro procedimientos básicos:
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1. INDUCCIÓN
-Hay muchas técnicas para entrar en un trance o "inducirlo".
-He aquí uno de ellos, integrado con muchos elementos comunes a sistemas ya probados.
-Podrás aplicarlo grabando las instrucciones en una cinta y oyéndola; o bien, puedes repetir mentalmente las instrucciones:

En una habitación silenciosa, con iluminación tenue, siéntate cómodamente en una silla, con las manos sobre las piernas.
Ordénate que en cualquier momento, si necesitas salir del trance, podrás lograrlo al contar del uno al cinco.
Elije un punto al nivel de tus ojos; fija la vista en él.
Aspira profundamente; conten la respiración y pon tenso todo el cuerpo, sobre todo las manos; luego, poco a poco, suelta el aire y ve relajando los músculos.
Haz esto una vez más.
Empieza la cuenta regresiva, muy despacio, desde el trescientos; si pierdes la cuenta, empieza otra vez en cualquier número o vuelve al comienzo.
Mientras cuentas, ordénate relajar los pies; concéntrate en ellos y siente cómo se van aflojando.
Con mucha lentitud, sigue hacia arriba, sintiendo cómo se te relajan los tobillos, las pantorrillas, los muslos, los glúteos, el abdomen, el pecho, las manos, los brazos, los hombros; el cuello y la cara (los párpados se te deben sentir cada vez más pesados, hasta cerrarse; la cabeza debe caer suavemente hacia adelante).
Deja de contar y dité que ya estás en relajación total, en trance, y que ya puedes proseguir.
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2. PROFUNDIZACIÓN
-Casi todos los hipnotistas enseñan a profundizar el trance mediante un cambio en la técnica.
-Algunos recomiendan repetir mentalmente una sola palabra o un número, mientras lo imagina el sujeto con el ojo de la mente.
-Otros recomiendan imaginar una escena que facilite la sensación de paz y desasimiento. Por ejemplo:

Imagina que estás en el centro abierto de un edificio moderno, rodeado de tiendas y de gente.
Llegas a una escalera eléctrica, que desciende, y sientes cómo baja al siguiente piso, donde todo está más tranquilo, las luces son más tenues y no hay nadie.
Tú bajas, llegas más abajo, hasta quedar por fin tan profundamente relajado como lo desees.
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3. SUGESTIÓN
-En esta etapa, tú te haces sugestiones.
-Puedes repetir una meta por alcanzar, con palabras, o decirte algo que reconoces como la verdad, pero que no has podido practicar.
-También puedes verte a tí misma, de la manera más vívida posible, con la fisonomía que deseas tener y ejecutando los actos que deseas realizar.
-He aquí una autosugestión que puede servirle a quien desea adelgazar:

Imagina que, en un espejo, ves tu nueva figura delgada.
Dite: "Iré sintiéndome con más energía a medida que me acerque a mi peso ideal.
No tendré hambre después de haber comido lo suficiente para las verdaderas necesidades de mi cuerpo.
Me complaceré con mi nuevo aspecto y sentiré orgullo al tomar las riendas de mi vida".
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4. SALIDA DEL TRANCE
-Aunque no es probable que se
te dificulte salir del trance, la mayoría de los especialistas aconsejan que se sugiera por anticipado cómo salir de él.
-Si no utilizas una cinta, puedes servirte de un reloj despertador para salir del trance, en caso de haberte quedado dormida.
-Otro método consiste en ordenarte lo siguiente:

Mientras cuento despacio, del
uno al cinco, voy a salir del trance, descansada, alerta, y con capacidad de hacer lo que me propuse.
Uno: siento aue mi cuerpo recobra el tono muscular normal.
Dos: vuelvo a captar los sonidos que me rodean.
Tres: mi mente se aclara.
Cuatro: me siento a cada momento más alerta.
Cinco: abro los ojos y me siento muy bien.

-Las primeras veces que te
sometas a este procedimiento, con cinta grabada o sin ella, tal vez sientas que no ha funcionado muy bien.
-Pero ten en cuenta que inducirse un trance es una destreza que requiere de paciencia y mucha práctica constante.
-Si no fuera así, ya habría logrado yo renovar todo mi ser.
-Lo cierto es que aún tengo una
larga lista de aspectos de mí mismo que deseo mejorar.
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Adaptado de un artículo de Morton Hunt.
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