CARTA AL
DIRECTOR DE LA REVISTA CAMBIO 16
400 años ha necesitado el Vaticano para
reconocer, después de 12 años de cabildeos de una comisión, que hizo mal al
condenar a Galileo: es decir, cuando ese error no daña ya sino a la misma
Iglesia.
Todavía el
Vaticano no ha hecho una rectificación parecida de su condena a la vacuna de la
viruela por ser, decía, antinatural y contra Dios; condenación que supuso la
muerte de incontables millones de personas e innumerables conflictos sociales,
familiares y personales.
Más dañina
todavía es la aún vigente prohibición vaticana, a pesar de la oposición de la
mayoría de sus mismos creyentes y si aun sacerdotes, de los anticonceptivos
eficaces por "antinaturales", como si fueran naturales los ineficaces
métodos Ogino y Billings que sí acepta.
Pero si ese daño fuera poco poco, su nuevo catecismo universal
agrava aún más las cosas para todos, incluidos los no creyentes, insistiendo en
la idea intolerante y antidemocrática de que el Estado no debe permitir sino
los medios anticonceptivos que quiere la Iglesia.
Volvemos a la
teoría "del brazo secular" de la Inquisición, tan querida por el
franquismo y que, en los años 50, por la oposición española y de otros países
es capitaneados por el Vaticano, impidió a la Organización Mundial de la Salud
dar apoyo a la India, en este campo.
M. Capdevila
Madrid
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