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COLLIE
Hace unos 5,000 años,
el hombre aprendió a trabajar el cobre y el cinc de los cuales surgió el
bronce, útil para la fabricación de armas y herramientas.
De
este modo pudo renunciar a sus grotescos utensilios de piedra.
A
la Edad de Piedra siguió la Edad de Bronce. Comenzó una
gran transformación, el cazador se convirtió en agricultor y en criador de
ganado.
El
perro doméstico, que durante la Edad de Piedra ayudaba al hombre en la caza,
aprendió un nuevo oficio en la Edad de Bronce: el de pastor.
Al principio, los perros tuvieron por
misión proteger pequeños rebaños, pero pronto se les exigió verdaderas faenas,
constantemente debían mantener vigilados a los grandes rebaños y a los animales
aislados, a veces, tenían que llevarlos a largas distancias para pastar.
El pastor dependía cada vez más de su
perro viéndose obligado, en consecuencia, a poner el máximo cuidado en su cría
y selección, es decir, en busca de los perros más inteligentes y resistentes a
las inclemencias del tiempo.
Lo
importante era el rendimiento de los animales, no la apariencia.
Sólo
comenzó a concederse importancia a la apariencia exterior cuando el perro
pastor paso de la vida rural a la vida apacible urbana.
Los
primeros perros de este tipo comenzaron a figurar en las exposiciones, donde se
les empezó a reconocer como razas específicas, creándose patrones raciales
fijos.
Debido a sus magníficas disposiciones se
han creado trabajos específicos para estos perros.
Se
les emplea para labores militares, vigilancia, guía para ciegos, etc.
Un ejemplo de estos perros es el COLLIE.
Las
autoridades en la materia están de acuerdo en que el COLLIE ha existido desde
tiempos inmemoriales, pero poco se sabe acerca de sus ancestros.
Los
primeros COLLIES eran predominantemente negros, por lo que se les llamaba
perros "Coally" que se pronuncia "kouly" y que viene de la
palabra sajona "coal" que significa carbón, dando lugar a la
designación de esta raza.
No
hay duda que el COLLIE ha conservado sus características desde hace cientos de
años.
Sus dueños
no veían la necesidad de mantener "pedigrees", por la razón de que
eran considerados estríctamente como perros pastores y guardianes de las
propiedades; solamente cuando la reina Victoria de Inglaterra puso de moda al
COLLIE, estimuló el interés en él y se empezaron a llevar registros y
"pedigrees".
Existen dos variedades de COLLIES: el de
pelo áspero y el de pelo suave.
Los
COLLIES de pelo áspero son vestigio de sus ancestros los intrépidos perros que
por siglos ayudaron a los ovejeros de Escocia.
La
variedad de pelo suave fue usada para cuidar ganado y se supone originaria de
la región Northumberland en el sur de Escocia.
Las
condiciones climatológicas que dieron al mundo la mejor lana, ayudaron al
desarrollo del pelaje áspero y suave del COLLIE, que es como una alfombra muy
gruesa, que puede ser dorado, negro o gris con blanco, presentando casi siempre
un collar blanco que le rodea el cuello.
Tiene
una altura de 60 centímetros y pesa hasta 35 kilogramos.
Su
cuerpo es largo con patas fuertes y derechas, sus movimientos son elegantes y
al correr cambia de dirección sin el menor esfuerzo.
El
cráneo es pequeño y con el hocico alargado.
Son
sumamente inteligentes, no obstante el mito de que al ser menor la cabeza más
estúpido es el animal.
Una variedad
de COLLIE de pelaje suave ha sido
la única entrenada, hasta ahora, para ser lazarillo de niños ciegos.
El COLLIE tiene una mirada alerta e
inteligente, es muy trabajador, afectuoso, leal y muy celoso de su
responsabilidad.
El
COLLIE es muy apreciado por su devoción a sus dueños.
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