miércoles, 24 de junio de 2009

Francia y la Cinología

Gracias a su tenacidad, el ser humano ha sometido a su arbitrio a valiosos representantes del reino animal, transformando algunas especies salvajes en animales domésticos, como el caballo, la vaca, el cerdo, la paloma, la gallina, el camello, el elefante, el burro y el... perro.
Todos estos animales han constituido valiosas fuerzas auxiliares en el trabajo y han contribuido a facilitar la vida humana.
El perro, como es sabido, adquirió una posición especial con respecto a la especie humana.
La cultura francesa ha dado su contribución a la Cinología, pues alrededor de 30 clases de perros son franceses.
No es mi intención referirme a todas ellas pero sí, al menos, mencionar a dos de las más conocidas mundialmente: el FRENCH BULLDOG y el PASTOR DE LOS PIRINEOS.
El BOULE-DOUGUE FRANÇAIS o mejor conocido como FRENCH BULLDOG, procede del Bulldog Inglés.
Los criadores de perros de Bulldog en Notingham, Inglaterra, desechaban a los perros pequeños que eran regalados a los tejedores pobres que los seguían criando.
En 1863, en Islington, Inglaterra tuvo lugar una exposición con 30 de estos Bulldogs miniatura. Posteriormente, durante una época difícil, estos tejedores viéronse forzados a emigrar a Normandía, Francia, donde cruzaron sus perros con perros del país, creándose así la raza actual.
"La Société Canine" reconoció a este perro como raza francesa en 1896.
Casi es una miniatura del Bulldog Inglés.
La diferencia más notable es que sus orejas tienen la forma de la de algunos murciélagos y las llevan
paradas, dándole al animal una apariencia de estar muy alerta.
Sus orejas constituyen el factor sobresaliente de la raza, puesto que ningún otro perro posee una oreja enhiesta tan bien redondeada como la del BOULE-DOUGUE FRANéAIS.
El BOULE-DOUGUE FRANÇAIS no posee la expresión hosca del Bulldog Inglés, es muy dócil, extremadamente afectuoso con los niños pequeños, posee una magnífica disposición para aprender lo que sea y es feliz compartiendo cada día con su amo.
Aunque especialmente apto como animal doméstico, es un guardián diligente.
El GRAND CHIEN DES MONTAGNES DES PYRENEES, es nativo de las montañas de los Pirineos en el país Vasco que queda entre Francia y España.
Como el pueblo Vasco, el origen de la raza es desconocido, pero se piensa que ambos tienen su origen en el Oriente y que llegaron a las costas mediterráneas occidentales con los comerciantes fenicios.
La asociación de la raza con el ser humano data de muchos cientos de años.
Las características mentales y físicas del perro han permanecido virtualmente iguales a través de los siglos.
Se cree que se le ha empleado para obtener razas modernas conocidas como el Newfoundland y el San Bernardo, pero ésto es meramente una conjetura.
Tal como guardaba las ovejas en el siglo XVI, lo hace aún hoy en día, en las altas montañas de los Pirineos.
En el siglo XVII, el rey Luis XIV hizo a esta raza la oficial de la corte.
Fue muy querido por la aristocracia; esto es ilustrado por el hecho de que tanto la reina María Antonieta y la Reina Victoria los poseyeron.
Es característico de estos perros encontrarse a sus anchas lo mismo en una atmósfera de supremo lujo como en el pórtico de un campesino en las altas montañas donde la vida mezcla el trabajo arduo y el clima extremoso.
Es un perro realmente magnífico.
Por su abundante pelaje blanco da la impresión de ser más grande de lo que en realidad es.
Por su nobleza se ha ganado una reputación más que merecida.
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